Entrevista a Juan Cañas y Daniel Rovalher, que nos hablan sobre Cervantina

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Juan, Daniel, Jaume y Chica Sombra


¡Hola chicos! Lo primero, daros la bienvenida a mi web, y pediros que me contéis cómo os preparáis antes de salir al escenario.

Daniel: Pues, generalmente, cada uno tiene su técnica personal. Fuera de lo que pueda parecer, que todos nos ponemos a calentar y hacemos la misma cosa… pues con el tiempo, el curro y la experiencia, cada uno sabe qué necesita antes de salir. Algunos calientan más el cuerpo, otros la voz, algunos simplemente estiramos u otros buscan relax. O también nos tomamos un cafetito juntos y charlamos, que es una manera muy relajada de afrontar una función.

Juan: Suscribo absolutamente todo. Es que vamos juntos a tomar café (Risas)

Con vuestra anterior obra, “En un lugar del Quijote”, cosechasteis un gran éxito. ¿Cómo os planteabais afrontar esta nueva obra? ¿Esperabais el mismo éxito, más, ibais más asustados?

Juan: Hombre, asustados siempre vamos, porque cuando va pasando el tiempo, las expectativas de la gente aumentan. Por suerte, el listón está muy alto. Con este espectáculo teníamos el miedo y la preocupación de que, en principio, era un poco más difícil de afrontar que el del Quijote. Con el anterior, la gente tiene una predisposición porque ya sabe lo que va a ver, aunque luego nosotros hagamos una propuesta muy loca y muy diferente, pero bueno, la historia la conocen y es un seguro, porque tienes una joya entre las manos. Esto son joyas también, pero son muy desconocidas y al lado del gigante que es El Quijote, pues claro… El reto era ver cómo de las novelas de ese otro Cervantes, que es mucho menos conocido, sacábamos petróleo, cómo lo convertíamos en algo interesante y cómo lo convertíamos en lenguaje Ronlalero. Teníamos que hacer un espectáculo que estuviera vivo y que tuviera caña, como hacemos siempre, y que a la vez nos sirviera para ser críticos. El reto y la preocupación era sobre todo esa.

Después de crear un nuevo Quijote, ¿qué os lleva a interpretar una antología completa de Cervantes?

Daniel: En este caso, son co-producciones con la compañía Nacional de Teatro Clásico. Volvió a aparecer la posibilidad de co-producir con ellos y como este espectáculo estaba dentro del año de la conmemoración de Cervantes… pues tenía que ser un Cervantes, y a Álvaro se le ocurrió esta mezcla de números, esta Cervantina de textos cervantinos que no fueran El Quijote.

Sin Cervantes, ¿qué habría sido de vosotros? ¿Hacia dónde habríais encaminado vuestra carrera?

Daniel: Nadie lo sabe, pero teniendo en cuenta que todo este ámbito del teatro clásico, a través del Quijote, de Cervantes se abrió así como caído del cielo… pues probablemente, a lo mejor, habríamos mantenido la tónica anterior donde no teníamos que ver con el teatro clásico ni con el verso. Eran espectáculos con música en directo, con humor, todo original, buscando una temática principal y con una manera más contemporánea del sello Ronlalero. Igual habríamos tirado por ahí, pero cayó esa fruta del árbol y la enganchamos. Ese Quijote de repente en nuestro camino, que nos ha dado tanto, tanta experiencia, tanta felicidad, tanto éxito y que nos ha hecho grandes como compañía también.

¿Cómo de sexys os sentís cuando os vestís de mujer?

(Descojone)

Daniel: ¿Cómo de sexys? Algunos es mejor que se quedaran como están (Risas)

Juan: Yo tengo claro que, cuando sale la abuela a escena, hay varios abuelos que se revuelven en sus butacas.

Daniel: Entre nosotros hay más mofa que otra cosa, pero hay que decir, que después de 106 Cervantinas que hemos hecho, hoy es el primer día que cuando nos desvestimos y volvemos a ser hombres, alguien ha silbado entre el público. Pero sólo ha pasado una vez, hoy, y porque eran jóvenes y la hormona estaba alterada (Risas). Pero bueno, más allá de la responsabilidad de encarnar a personajes femeninos, que es toda una responsabilidad, nos hemos echado unas risas vestidos de mujer.

En vuestra obra, hacéis bastante partícipe al público. ¿Qué cosas os han pasado debido a esto?

Juan: Nos ha pasado de todo, como cuando bajamos a preguntar a la gente en El hospital de los podridos. Ahí te encuentras todo tipo de respuestas y yo lo entiendo, porque nosotros somos actores y estamos acostumbrados, pero cuando eres público, lo último que quieres es que nos acerquemos. Les metes en un compromiso.

Si, es horrible.

(Risas)

Juan: Es horrible, yo lo sé, y jugamos con eso. Ves la cara y dices: “te ha tocado”, y muchas veces la gente se queda en blanco y no dice nada, aunque también hay todo tipo de respuestas. Para quien no sepa de qué hablamos, en Cervantina hacemos una pregunta que es ¿de qué está cansada, podrida, la gente? Los que aciertan a contestar, han contestado de todo. Desde “de esta que tengo aquí al lao”, “de la familia”, “del fútbol”, “del jefe”, “del trabajo”, “de los políticos”… ha salido ahí de todo.

Hablando de esto, ¿qué es lo que os pudre a vosotros?

Juan: A mí, personalmente, que durante una función saquen los teléfonos móviles. La gente es muy consciente de silenciar los móviles cuando van al teatro, pero luego lo sacan para mirar sus cosas y no saben que eso distrae todavía más, porque desde el escenario vemos la lucecita como si fuera un Gusiluz, se creen que en la oscuridad de sus abrigos no se les ve, pero es al contrario, se les ilumina toda la cara.

Daniel: Estoy de acuerdo con mi compañero.

Formasteis la compañía a raíz de conoceros en el instituto. ¿La ausencia de chicas significa que no os comíais una rosca?

(Descojone)

Juan: En realidad la formamos para intentar comernos alguna jajajaja. No, lo cierto es que la compañía se formó después, cuando estábamos en la universidad, aunque nos conocíamos del instituto, pero también es cierto que no éramos todos del mismo grupo ni nada, que eso sería faltar a la verdad. De hecho, los hombres estamos en el escenario, pero detrás mandan las mujeres: la jefa de prensa es mujer, la escenógrafa es mujer…. Vamos, las que mandan.

Daniel: Vamos, que la misoginia en Cervantina no existe. 

Por último, daros las gracias y pediros que hagáis un llamamiento a padres y profesores, y les digáis porqué tienen que traer a los niños al teatro.

Juan: Tanto el ir al teatro, como al cine, como leer un libro, como la pintura, la escultura... cualquier tipo de cultura es buena para los niños, porque hace que tengan una mejor vida, más rica.

Daniel: Creo que es muy bueno educar a los niños de esta forma, porque los harás espectadores críticos y mejores personas, y te lo dice un padre. Mejoras su vida y la tuya.

¡Muchas gracias, chicos!

Chica Sombra

6 comentarios:

  1. genial como siempre!!!gracias muy interesante y entretenida.suerte para todos los actores, un beso enorme desde argentina!!

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  2. ¡Hola!
    Gracias por compartir la entrevista.
    Besos.

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  3. Hola! Genial la entrevista como siempre! La obra también pinta bien.

    Un saludo!

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  4. Sin lugar a dudas, debo dejar de leer este tipo de entradas tuyas, porque me dan unas ganas tremendas de ver los mil y un espectáculos que nos presentas porque todos son maravillosos, en especial este, pues creo que la labor de inculcar el arte y la cultura a los más pequeños es de vital importancia, y me dan unas ganas tremendas de verlos y me es físicamente imposible por la distancia, el tiempo y la economía :'( Pero de verdad que le deseo lo mejor del mundo a estos artistas y la pedazo de obra que se han montado. ¡Gracias por descubrírmelos!
    Un abrazo grande :3

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