We stand on guard, o cómo Estados Unidos y Canadá fueron a la guerra


Editorial: Planeta Cómic
Temática: 
Cómic | Cómic juvenil | Independiente americano juvenil
Colección: Independientes USA | Serie We Stand on Guard
Número de páginas: 40

















Sinopsis:

Dentro de 100 años, una heróica banda de civiles canadienses deben defender sus hogares después de que los Estados Unidos los invadan. Una batalla superdetallada entre fantásticos luchadores por la libertad y unos robots condenadamente gigantes.

*El dibujante es STEVE SKROCE, autor estrella en los años 90 de Spiderman. Tan bueno en su nivel de detalle y narrativa que dejó el mundo del cómic porque Hollywood llamó a su puerta. Se encargó, de entre otros storyboards, de la trilogía Matrix. Ha vuelto al mundo del cómic sólo para colaborar con Vaughan y sólo para esta miniserie.


Opinión personal de Tony Jiménez:

Es curioso cómo han avanzando y evolucionado las distopías en lo concerniente a la cultura popular. Hemos pasado de que el concepto de distopía sea sólo conocido por aquellos muy fans, en especial, de la ciencia-ficción, a que sea el marco de innumerables historias que pueblan los televisores, cines, librerías, consolas y ordenadores de todo el mundo, sin incluir otros escenarios de ocio artístico. Pero, ¿qué es una distopía? Explicarlo sería lo oportuno, ¿verdad? Al menos, si vamos a sumergirnos en una, no sin antes dar un repaso rápido a la carrera que ha realizado esta interesante idea durante los últimos años. Para contar lo que es una distopía lo más sencillo y menos enrevesado es hablar primero de las utopías, el concepto de la sociedad ideal, en todos los sentidos, una sociedad tan perfecta que filosóficamente se la considera inexistente, imposible de levantar salvo en el mundo de la imaginación. Novelas, videojuegos, cómics, películas, series, canciones y pinturas se han creado a partir de la idea de utopía, aunque no siempre esa utopía ha conducido a una historia alegre con tintes felices. Eso es lo interesante de ambos conceptos, que, al igual que pasa con muchos otros (quizá con todos) son capaces de ser transformados mediante autores tan capaces como profesionales, poseedores de un talento con el que la mayoría sólo puede soñar. Al igual que pueden existir utopías con un regusto amargo, la posibilidad de distopías que terminen bien está al alcance de la mano. Sin embargo, hay que admitir que mientras la primera opción suele ser bastante jugosa, la segunda no llama tanto la atención, como si las obras donde las sombras, la pena, la tristeza, la pérdida y la desesperanza resultasen más atractivas que aquellas en las que brilla el sol continuamente. 



Supongo que llegados a este punto de la reseña, más o menos os oléis lo que es una distopía, al menos, si antes de estas líneas no lo sabíais, o sólo lo sospechabais. Una distopía es, en resumen, una antiutopía, la representación de una hipotética sociedad indeseable para cualquiera con dos dedos de frente. Uno de los mejores ejemplos de distopía que tenemos en la actualidad es la trilogía literaria de "Los Juegos del Hambre", adaptada a la gran pantalla con bastante éxito, gracias, sobre todo, a la presencia de la actriz Jennifer Lawrence (X-Men: Días del futuro pasado, Gorrión Rojo) como máxima protagonista. No es el único ejemplo que podría poner, por supuesto, y lo curioso es que muchos de los que mencionaría están relacionados con sagas literarias más o menos juveniles, una forma bastante rápida, efectiva y potente de poner de moda el concepto de distopía, sobre todo, de que llegue a todo el mundo y se vuelva muy, muy popular. Ahí tenemos también la saga de "El Corredor del Laberinto", que, por supuesto, llegó a los cines, al igual que la de "Divergente", aunque ésta corrió peor suerte en el mundo cinematográfico, muy al contrario que en el literario. Precisamente, en el celuloide, poco impacto ha tenido la idea, salvo excepciones, más allá de muchas de estas adaptaciones, siendo la literatura el medio que más ha visto cómo se reproducía como si ni hubiera mañana, dejando una larga lista de títulos de diversa calidad. Ojo, porque las distopías también se han agarrado bastante bien al mundo del cómic, gracias a autores muy interesados en ellas. Y en la presente obra tenemos precisamente a uno de ellos, uno cuya imaginación dio a luz una de las mejores y más imaginativas distopías que se han podido leer en los últimos años.

"Y: El último hombre" nos presenta un mundo futuro, no muy distanciado del nuestro actual, donde todos los hombres han muerto, dejando el planeta por completo a las mujeres. Bueno, vale, no sólo a las mujeres, sino también a un chico que practica el ilusionismo y va acompañado de un mono. En la actualidad, esta serie es una de esas imprescindibles no sólo para los amantes de los cómics, sino para los fanáticos de las buenas lecturas, vengan del medio que vengan, sin olvidar que estamos ante uno de los mejores títulos de la línea Vértigo de la editorial DC, sobre todo, si hablamos de las obras del sello para adultos de DC que fueron apareciendo con la entrada del nuevo siglo. Evidentemente, el cómic que os traigo hoy no es "Y: El último hombre", pero sí pertenece al currículo del genial guionista que la creó, un Brian K. Vaughan que a estas alturas ya ha hecho de todo en el medio, paseándose por igual entre Marvel y DC, pero sobresaliendo con sus títulos más personales, como el mencionado, o "Saga", que también trata el tema de las utopías y las distopías, para más inri. Es Vaughan el guionista de la obra de la que vamos a hablar, "We stand on guard", que nos llega a España en formato de tomo de tapa dura, siendo en su origen una miniserie con varios aspectos bastante especiales e interesantes. El primero de ellos tiene que ver con su argumento, en pocas palabras, una futura guerra a muerte entre Estados Unidos y Canadá; el segundo está relacionado con el artista que acompaña a Vaughan en el cómic, nada más y nada menos que Steve Skroce en el que es su regreso al mundo del cómic. Estamos ante un dibujante con un estilo que navega entre el japonés Katsuhiro Otomo (Akira) y otros que también lo usan como referencia como Frank Quitely (Nuevos X-Men) y clásicos como Arthur Adams (Superman, Ultimate Comics: X), capaz de plasmar viñetas repletas de ricos detalles, ofrecernos una narrativa de otro planeta y unas escenas de acción que duelen sólo de verlas. A pesar de que Skroce hace tiempo se paseaba por las dos grandes, especialmente por Marvel con proyectos tan diferentes como la serie regular de Lobezno y algunos cómics que adaptaban el mundo de "Hellraiser" del escritor de terror Clive Barker (Cabal), no hace menos que gracias a las hermanas Wachowski (Speed Racer) se puso bien cómodo en el mundo del cine, participando en los storyboards de grandes superproducciones como la trilogía "Matrix", "Yo, robot" y "V de Vendetta", entre muchas otras, casi siempre bien acompañado por las Wachowski, con quienes comparte una gran amistad, además de un desbordante amor por los cómics y el cine.

"We stand on guard", la distopía que tenemos en nuestras manos, nos traslada a un futuro próximo, no demasiado lejano, en el que Estados Unidos y Canadá, países vecinos, se encuentran en una cruenta guerra que ha dejado a su paso millones de muertos, hijos huérfanos, padres sin sus retoños y largas listas de venganza y luchadores por la libertad. Todo se origina por el que se supone que es un ataque por parte de Canadá al corazón de Estados Unidos, y a partir de ahí, todo empeora. Vaughan nos muestra, con todo lujo de detalles, cómo comienza todo, de la forma más brutal posible, pasando luego a varios años después, cuando Canadá está prácticamente cercada por las fuerzas superior de Estados Unidos, que superan a las del país vecino en tecnología por mucho, llegando a atacar incluso con robots gigantescos muy parecidos a los "mecha" japoneses a los que tan bien nos han acostumbrado el manga, el cine, el anime y los videojuegos. El guionista se sirve de la protagonista, una chica que vio morir a sus padres delante de ella (cosa que ocurre en las primeras páginas del cómic, así que no hablamos de spoilers) para adentrarnos en lo que sucede, uniéndola años después del suceso a la guerrilla más peligrosa de Canadá, cuyos componentes libran una peligrosa guerra en solitario contra Estados Unidos, descubriendo un perverso plan que sólo ellos pueden destruir. Lejos de ofrecernos una distopía futurista cercana a la ciencia-ficción más pura, Vaughan y Skroce la aproximan a los más violentos relatos bélicos que nos podamos imaginar, ya pertenezcan al celuloide o a la literatura, recreando al dedillo el horror de cualquier guerra, el guionista en su parte más literaria, y el dibujante en el modo más gráfico posible. Y lo es. Y mucho. Skroce no se anda con tonterías a la hora de mostrar mutilaciones, explosiones, disparos atravesando la carne, cortes en el cuerpo humano y destrucción propia de un blockbuster hollywoodiense. Y qué decir de sus escenarios completamente detallados, sus viñetas nevadas y sus robots gigantes, o demás ingenios tecnológicos. Hay momentos en los que parece que estemos disfrutando de una versión americanizada de la popular obra "Akira", ya mencionada con anterioridad. Es lo que hay si tenemos en cuenta el estilo de Skroce.



Estamos ante un cómic muy entretenido, y que va más allá de la simple diversión ociosa de la guerra en el papel. Vaughan no se queda en la superficie de una distopía donde existen los robots gigantes y Estados Unidos y Canadá, después de tantas indirectas durante siglos, se enfrentan al fin, sino que trata en profundidad ciertos temas bastante interesantes, como es el que personas normales y corrientes se transformen en verdaderas máquinas de matar sin alma a causa de las pérdidas sufridas en una guerra en la nunca pidieron estar involucradas. La guerra cambia a la gente, y "We stand on guard" lo muestra, pero no es lo único que nos enseña. Vaughan se ha puesto las pilas en este cómic para descubrirnos los más y los menos de los dos países protagonistas, al mismo tiempo que explora su cultura, sus rivalidades, sus paisajes y a sus habitantes, aunque más bien se centra en Canadá, como si supiera que Estados Unidos siempre ha sido más explotada en este tipo de historias, quedándose el anterior país siempre en un segundo plano de puertas para fuera. El exterior del tomo está al nivel del interior, con una edición deliciosa por parte de Planeta Cómic, y no sólo por el ajustado precio y la tapa dura, sino por la ingente cantidad de extras, donde destacan todas las portadas de la miniserie, unas breves aunque interesantes palabras sobre el cómic por parte del guionista y plato fuerte, un extenso artículo acerca de "We stand on guard" escrito por José Torralba, donde, con mucho más acierto que yo, nos explica todo lo que quieren contarnos Vaughan y Skroce con esta impactante, cruda, espectacular y agridulce distopía bélica que espero disfrutéis tanto como yo. ¿Habéis elegido ya bando?


Tony Jiménez

4 comentarios:

  1. Tengo el lector perfecto para este cómic pero si piensa que le voy a regalar yo el libro... de eso nada, le pasó el apunte 😂

    Besitos 💋💕💋

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  2. ¡Qué ambientación! Eso ha despertado todo mi interés, ahora que me he aventurado en el género del cómic se que seguiré y este pinta genial, de momento quiero hacerme con los de The Walking Dead pues he leído el de Negan y me he quedado con ganas de ver como es la historia original aunque Daryl no sea un personaje =( jeje Gracias por este otro descubrimiento que creo podría gustarme.

    Besos =)

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  3. Hola! El cómic no es para mi pero se ve interesante. Gracias por la reseña.

    Un saludo!

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  4. ¡Muy buenas, sombritas!

    Presentía que la entrada de este cómic en concreto no tendría demasiados comentarios, y aunque así ha sido, veo que algunas sois fijas, por lo que os doy las gracias. ¡Qué bien cumplís siempre! Así da gusto ponerse a reseñar estas cositas, jejejeje. ¡Gracias, gracias, gracias!

    Pelipequirroja del Gato Trotero, di que sí, que de vez en cuando se compré él los cómics, jajajaja. ¡A ver si le vas a estar surtiendo tú siempre de la droga friki-comiquera que le gusta! De eso nada. ¡Besos!

    Atrapada, pues creo que si te has aventurado en el mundo del cómic con historias que no son las típicas de superhéroes, es posible que éste tomo también te llame la atención. Vale, no es de zombis, que esos parece que te gustan mucho, pero tampoco es de terror. ¡Ciencia-ficción pura y dura! Te animo a hacerte con él.

    Beatriz, una pena que no sea para ti, pero de todos modos, muchísimas gracias por pasarte y comentar. Me alegra que te haya gustado la reseña.

    ¡Abrazotes bien fuertes a las tres! :D :D :D

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