¿Te aburres, Minimoni?, o cómo hacer que los niños amen los domingos

Título: ¿Te aburres, Minimoni?

Autora e Ilustradora: Rocio Bonilla

Editorial: ALGAR

Número de páginas: 32

Fecha publicación: Marzo 2019

Sinopsis:

Minimoni ha crecido y, aunque continúa pintando, también hace muchas otras cosas: ir de excursión, reencontrarse cada lunes con sus amigos y amigas en el colegio, practicar hockey, leer en la biblioteca, jugar con su abuela… Pero los domingos no hay nada que hacer. ¡Qué aburrimiento! ¿O quizás no?

Opinión personal de María Pizarro:

No hace mucho escribí una reseña hablándoos del libro ¿De qué color son los besos?, escrito e ilustrado por Rocío Bonilla. Con más de 200.000 lectores en todo el mundo y traducido a 17 idiomas, el éxito del primer ejemplar ha sido tal, que la editorial Algar ha publicado su continuación, que lleva por nombre ¿Te aburres, Minimoni?

En él veremos de nuevo a Minimoni, pero esta vez un poquito más mayor. Nos cuenta que aún conserva las aficiones de las que nos hablaba en el primer libro, pero que ahora, tras ir al cole de los mayores, tiene otras nuevas. Vemos cómo transcurre su semana, entre amigas, el hockey, leer en la biblioteca, o pasar las tardes con su abuela Lola. Pero al llegar los domingos, el aburrimiento se apodera de ella, y su única salvación será la desbordante imaginación de la que nuestra joven protagonista es poseedora. La acompañaremos por la fría Antártida, volaremos sobre un avión de papel, nos zambulliremos en lo profundo del océano, o incluso viajaremos por el espacio, todo ello para encontrar la respuesta a la pregunta que ronde la cabeza de Minimoni: ¿qué puedo hacer para no aburrirme?

Respetando el formato de su antecesor, este álbum también está presentado horizontalmente, con hojas gruesas y tapa dura. A diferencia del primero, en este las ilustraciones cobran mucho más protagonismo, ya que algunas de ellas están a doble página ocupando todo el espacio con las increíbles ocurrencias de Minimoni.

Un libro que ayuda a los más pequeños a entender los días de la semana, y a cómo administrar su tiempo entre deber y diversión. Por ello, al final del libro, encontraremos un desplegable para que los pequeños lectores planifiquen la semana.

A diferencia del anterior cuento, que a mi parecer era mucho más entrañable por el tema que trataba en sí, este no deja de ser entretenido, ya que nos recuerda esas larguísimas tardes de domingo apáticas donde no había mucho que hacer, pero aún así no queríamos que terminaran, para que no llegara el lunes y volver al colegio (al menos yo, que lo detestaba con todas mis fuerzas). Enseña que, con el poder de la imaginación, no hay día, tarde, o noche aburrida.

Si la autora decide seguir con las aventuras de Minimoni, podremos ver a nuestros niños y niñas crecer y aprender con este divertido personaje de ojos enormes, y yo espero que así sea, porque ya le he cogido mucho cariño.