Yerma, o cómo buscar tu lugar en un mundo que no te lo permite

Título: Yerma
Autor: Federico García Lorca
Editorial: Cátedra
Número de páginas: 131
ISBN: 978-84-376-4000-6

Sinopsis:

El personaje de Yerma describe con intensidad y precisión el conflicto de la mujer estéril que no puede soportar su incapacidad para ser madre. La obra conecta poderosamente con cuestiones humanas intemporales: la omnipotencia del deseo, la frustración amorosa, la incapacidad para poder aceptar los propios límites, la desesperación y los anhelos. Por ello la tragedia de Yerma nos conecta con un universo poético en el que el sufrimiento humano aparece de forma descarnada, violenta y, al mismo tiempo, bella.

Opinión personal de Cristina de la Torre:

Corría el año 1933 cuando Federico García Lorca dijo en una entrevista: “Ahora voy a terminar Yerma, una segunda tragedia mía. La primera fue Bodas de sangre… Hay que volver a la tragedia. Nos obliga a ello la tradición de nuestro teatro dramático. Tiempo habrá de hacer comedias. Mientras tanto, yo quiero dar al teatro tragedias”

Así, en el año 1934 se estrenó en el Teatro Español de Madrid la segunda de la trilogía rural de Lorca, compuesta por Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba; para mí, las mejores obras del autor.

Estudié en el colegio García Lorca de Málaga, y tuve la suerte de que en el centro daban muchísima importancia a que los estudiantes conociesen el trabajo del autor que daba nombre al lugar. Desde muy pequeña he leído sus obras, he cantado canciones suyas e, incluso, he copiado sus dibujos. Siempre me encantó Lorca, y es de esos autores que, en mi opinión, cuanto más conoces más te apasiona. Yerma, además, es una obra que tuve la suerte de disfrutar hace años pudiendo verla en el Teatro Cánovas, de la que aún conservo la entrada como buen recuerdo.

Por todo ello, no pude dejar pasar la oportunidad cuando la editorial Cátedra la puso en su catálogo de Cátedra Base, y me ofreció recibir un ejemplar para hacer una reseña de la obra. Ya la conocía bastante, pero esta relectura me ha pillado con más madurez que la última vez que disfruté de esta obra. Y ahora, además, soy madre; un tema bastante importante en la historia.

Yerma, la protagonista, es una mujer atrapada en una sociedad que la presiona para ser madre, convirtiendo esto no solo en su mayor sueño, sino en una pesadilla y obsesión cuando ve que los años pasan y no consigue quedarse embarazada. Además, la mujer vive atrapada en un matrimonio concertado por sus padres con un hombre al que no ama y que no la entiende, preocupado solo por su vida en el campo mientras en su casa se mantenga la honra. Honra que no deja ninguna libertad a Yerma, a quien Juan, su marido, regaña y recrimina cada vez que sale de casa o se para a hablar con alguien, hasta el punto de pedir a sus hermanas que sigan y vigilen a su esposa a cada paso que esta dé.

En la obra encontramos al personaje de Víctor, de quien Yerma está enamorada en realidad, pero a quien jamás muestra ningún tipo de sentimiento, ya que ella siente que su única misión en la vida es tener un hijo con su marido y que nada más, absolutamente nada más, puede hacerla feliz.

En la obra, que mezcla prosa y verso de una forma magistral y utiliza canciones y coros para dar ritmo a la historia, encontramos una enorme carga simbólica. Las canciones están cargadas de connotaciones sobre fertilidad, sexo, pasión o esterilidad; utilizando imaginario rural o referencias a la mitología clásica.

“¿Por qué duermes solo pastor?En mi colcha de lana dormirías mejor.En el arroyo frío lavo tu cinta,como un jazmín caliente tienes la risa”

El propio nombre de la protagonista es el mayor símbolo que encontramos en la obra, ya que “yermo” significa terreno inhabitado.

La fertilidad, además, se suele expresar mediante símbolos de agua en movimiento, leche o sangre; mientras que la infertilidad aparece en forma de agua estancada, sed, tierras secas o arena.

“Cada mujer tiene sangre para cuatro o cinco hijos y cuando no los tienen se les vuelve veneno, como me va a pasar a mí”.

Yerma a su amiga María

“¡Ay de la casada seca!

¡Ay de la que tiene pecho de arena!”

Canción de las lavanderas

“Y qué voz tan pujante. Parece un chorro de agua que te llena toda la boca”.

Yerma a Víctor

Además de la infertilidad, otro de los grandes temas que trata la obra es la represión de la mujer a la que Yerma y muchas otras mujeres se ven sometidas. Se ve muy bien expresado en la conversación que Yerma mantiene con la vieja sobre sus problemas, en la que la anciana intenta aconsejarla sin poder hablar demasiado sobre el tema, lo que frustra a la protagonista, que no entiende por qué la mujer no quiere hablarle claro.

“Las muchachas que se crían en el campo como yo tienen cerradas todas las puertas. Todo se vuelve medias palabras, gestos, porque todas estas cosas dicen que no se pueden saber”.

Yerma a la vieja

“Los hombres tienen otra vida: los ganados, los árboles, las conversaciones; y las mujeres no tenemos más que esta de la cría y el cuido de la cría”.

Yerma a Juan

Pero, ¿qué nos ofrece Yerma? ¿Cuál es su trama? El propio Lorca afirmaba que la obra no poseía fábula ni argumento. Yerma es una historia sobre la desesperación de una mujer que va perdiendo la esperanza al mismo ritmo que la cordura. Es una obra sobre el desasosiego de una mujer que no consigue encontrar su lugar en el mundo, ya que el que ha elegido le es inalcanzable.

Me gusta mucho que también aparezcan personajes de mujeres fuertes y con personalidad, que afirmen que no es tan importante tener hijos, que todo el mundo vive una vida que no le hace feliz o que, incluso, una no quiera ser madre. Me parece un toque bastante feminista, y más viniendo de una obra que se escribió hace poco menos de un siglo.

Otro tema muy importante de la obra, es el amor frustrado y la represión sexual; tema recurrente en las obras de Lorca. Yerma dice estar felizmente casada, pero no ama a su marido. Nos cuenta que solo con Víctor sintió un estremecimiento que jamás volvió a sentir en su vida. Muchas de las mujeres que hablan con ella, cuando Yerma les pide consejo sobre cómo engendrar un hijo, le dicen que el deseo es primordial. Ella, sin embargo, sólo concibe el sexo como herramienta para engendrar, no como deseo, ya que nunca ha sentido apetito sexual hacia su marido.

“Algunas cosas no cambian. Hay cosas encerradas detrás de los muros que no pueden cambiar porque nadie las oye. Pero si salieran de pronto y gritaran, llenarían el mundo”.

Yerma a Víctor

Sin duda, Yerma es una obra dramática, una obra sobre los fantasmas que acosan a una mujer que se encierra en un mundo que la ahoga y le quita toda libertad y cuyo destino le arrebata su único sueño. Una crítica al mundo rural y cómo este trataba a las mujeres. Y cómo las propias mujeres se apoyan o se dañan entre ellas. Una obra que trata de personajes, de sus vidas y propósitos. Una obra que se te agarra al corazón y te destroza por dentro, con un final trágico que te deja sin aire.

Lo mejor: el simbolismo, algunos personajes como la vieja, cómo empatizas con Yerma.

Lo peor: el personaje de Juan, la mente cerrada de la propia Yerma.

“Tengo un concepto del teatro en cierta forma personal y resistente. El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se le vean los huesos, la sangres. Han de ser tan humanos, tan horrorosamente trágicos y ligados a la vida con una fuerza tal, que muestren sus traiciones, que se aprecien sus olores y que salga a los labios toda la valentía de sus palabras llenas de amor o de ascos”.

Federico García Lorca, en uno de sus textos sobre el teatro.