Hoy tenemos en la web al uruguayo artista plástico y maquillador de efectos especiales, Roberto Parada.
¡Hola, Roberto! Lo primero, darte la bienvenida a Chica Sombra. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?
Un día normal me levanto 8:30, por lo general desayuno mate, miro tv y después me voy al taller a continuar mi trabajo del día anterior; medito mucho, soy un transmutador de mi espíritu, trato de relajar mi cabeza , poner en orden todo dentro de mí y previsualizarme un día perfecto, esto me funciona alas mil maravillas. Mi cabeza muchas veces es como un circo de cinco pistas, todo sucediendo al mismo tiempo, y hay que ordenar a los payasos, los malabaristas, los elefantes... o todo es un caos. Bueno, hago eso y trato de pensar con claridad. A las 16 horas voy a recoger a mis niños al colegio y se los llevo a la madre,tarea que me encanta, ya que estar separado de ellos me mata, y cada vez que puedo estar con ellos lo aprovecho, me cambia el ritmo de trabajo claro, pero no hay otra forma, soy adicto a ellos desde que nacieron. Luego continúo mi trabajo hasta las 21 más o menos, llego a casa, mate de nuevo, tv, pinto como hobby y lo hago cada vez menos, ya que no tengo tiempo, atiendo mi Facebook y mis chat, ya que al no tener una vida social, la única forma de tener amigos o amigas es por ese medio. Es raro conocer, por ejemplo, a una mujer si no es por internet, sé cómo suena, pero no puedo hacerlo de una manera normal, digamos, como ir a un bar o salir a bailar, o actividades normales donde uno conoce gente… no puedo por mi agenda, si estoy con alguien sí le dedico tiempo, pero entre una cosa y otras me acuesto a las dos de la madrugada.
Después de ver muchos de los trabajos que has realizado, tengo claro que debes ser un apasionado de las películas de serie B. ¿Qué películas fueron las que hicieron que quisieras dedicarte al mundo de la caracterización? Todo artista tiene un referente al cual admira dentro de la profesión, ¿cuál es el tuyo?
Frankenstein de 1931. Todas la películas de la Universal me marcaron a fuego, luego vino Un hombre lobo americano en Londres de John Landis, y ahí fue el golpe de gracia. Me gusta el cine de horror artesano, en el que la computadora solo se usa para determinadas escenas, hay un divorcio en ese tema de efectos prácticos. Las películas de bajo presupuesto son las más personales, ya que con muy poco dinero se cuenta para una película, y muchas veces son las más creativas y se transforman en culto. En los años 50 y 60, Roger Corman hizo una serie de films basados en Edgar Allan Poe que fueron lo máximo para mi, Vincent Price fue su fetiche, tal como Johnny Deep para Tim Burton, y con tan poco dinero, esas películas son una obra de arte en su totalidad, solo he visto muy poquitas acercárseles en estilo y magia a esas. Guillermo del Toro trata muy bien de plasmar eso en algunas de sus películas. En general, es maravilloso ver esos monstruos hechos con papel maché y espuma, hoy en día ves algo y solo te decís…es computadora, punto, y sellas todo el misticismo de un plumazo, ya no te asombras como antes; recuerdo ver Encuentros en la tercera fase en el cine….Salí pasmado mirando al cielo, no podía creer cómo hicieron esas naves tan reales. Eso es lo que me gustaba, sabías que la nave existió en el set y no en una pantalla verde con bolitas pegadas. Detrás de cada monstruo había un ARTISTA, no 20 nerds informáticos, ¿me comprendes?
Comenzaste a abrirte camino en los 90, experimentando con diferentes materiales, siendo el primer creador de máscaras de látex en Uruguay, y esto te llevó a trabajar en distintos programas infantiles como Cacho Bochinche, Maxianimados, Requetesábados o Aventujuegos, entre otros. Para mí eres el claro ejemplo de que aún siendo una persona autodidacta, lo que prima es el talento y las ganas que se le pongan. ¿Echaste en falta alguna formación que te hubiera explicado cómo hacer las cosas de cero, o volverías a aprender por tu cuenta desde el principio?
No, obviamente ahora me ahorraría años de investigación. La información esta ahí para quien la busque, todo es mucho más sencillo. Cuando yo quería saber cómo se hacía algo, iba a la Biblioteca Nacional, me pasaba horas estudiando cómo se maquillaba, qué se usaba; luego, cuando en tv pasaban detrás de cámaras, recuerdo, por ejemplo, Dick Tracy, quedé estúpido viendo cómo maquillaban, y anotaba todo, absolutamente todo. Cuando supe que la piedra filosofal del maquillaje era el látex, estudié sobre lo que era, de dónde salía, sus diferentes usos, casi como un estudiante de química, y así, mientras todo eso, mi vida seguía su curso. Me casé, tuve una hija, y en el fondo de mi casa tenía mi taller alquímico, donde pasaban cosas increíbles dignas de un doctor Frankenstein. Cada pequeño logro, cada cosa que lograba hacer, era para mí como descubrir el fuego; me abría una puerta, luego otra, y así sucesivamente.
Hoy veo todo lo que a mí me llevó años aprender en un tutorial de Youtube, pero eso te hace perder el sentido de lucha de logro, no tienes tu marca personal, todo el mundo aprende a hacer las cosas del mismo modo; es difícil ver el arte en eso... es como fabricar raviolis en serie, se avanzó mucho, pero se perdió mucha alma de sacrificio en eso.
Has trabajado como diseñador y animador 3D, diseñador gráfico en efectos especiales, y editor realizador para Latinoamérica televisión. ¿Cómo fue esta etapa tan productiva de tu vida?
En 1994 tuve mi primer pc, aprendí a usar Photoshop y, como amo dibujar, pronto fui un experto en usar ese programa. Cuando en 1999 Cacho de la Cruz me pidió que le hiciera dibujos animados, teóricamente sabía cómo hacerlos, pero tuve que aprender a usar programas de edición para eso; luego, un amigo me enseñó a trabajar en 3DMax y ahí me cambió todo… usaba 2D y 3D para los videoclips, y me empezó a gustar jugar con esas cosas. En 2004, cuando entré como diseñador gráfico en Latinoamérica Televisión, me encargué de las promos, los institucionales, y me dieron suficiente carta blanca para hacer con el logo lo que quisiera. Durante diez años trabajé mucho en animación 3D y, paralelamente, era maquillador de FX; fue una unión de ambas cosas y, aun hoy, uso programas de edición para editar mis trabajos.
El cine, el teatro, la publicidad, la animación para vídeos musicales o, en general, la televisión, han tenido la suerte de contar con tu talento. ¿En cuáles de estos ámbitos te sientes más cómodo trabajando? ¿Cuál ha sido la caracterización que más te ha costado realizar en tu carrera, y de la que te sientes más orgulloso?
En 2016 me encargaron para una pieza publicitaria un dinosaurio tamaño real, este tenía que caminar, correr, mover la cabeza, boca, etc... Tengo la costumbre de decir que sí a todo, sin saber después cómo hacerlo, y esa no fue una excepción; investigué cómo lograr control de movimiento, era obvio que lo tendría que hacer el actor desde dentro, y fue un duro trabajo de aluminio, madera y espuma. El resultado fue muy bueno, era enorme y en el comercial se aprecia poco, ya que yo solo doy una herramienta al director y él decide qué hacer. No me gustó que lo mostraran tan poco, pero lo que se vio fue muy bueno, a pesar del trabajo que me dio entrenar al actor para que le diera vida y supiera cómo se controlaba y se obtenían mejores resultados.
Conoces a Guillermo Lockhart en 2006 y, desde entonces hasta la actualidad, trabajas para el programa televisivo Voces anónimas como maquillador de efectos. ¿Cómo surgió esta amistad? ¿Sigues manteniendo la misma ilusión que al principio?
Cuando lo conocí fue en una fiesta del Canal 12 en 2006, se interesó por mi trabajo y le infundí al programa más terror, y efectos especiales que no tenía. Para mí fue la oportunidad de llevar a cabo mis conocimientos y todo lo que había aprendido durante tantos años; me daba carta blanca en cuanto a lo creativo, era una idea innovadora en ese entonces, y solo éramos un puñado de personas con ganas de hacer algo nuevo. Hice caracterizaciones, efectos prácticos, y muchas cosas que quedaron en la memoria colectiva de la gente; todavía recuerdan muchos episodios de esos tiempos hoy, y la gente me pregunta cómo hacia esas cosas. Con Guillermo mostramos que era posible hacer terror en Uruguay, y hoy el programa es un clásico que se espera temporada tras temporada. Yo pasé a hacer cine y otros proyectos, y solo de vez en cuando él me llama cuando el proyecto de rodaje requiere una calidad superior; fuimos dos solteros que se divertían mucho y recordamos nuestras andadas y luego ambos conseguimos pareja; yo me separé hace dos años y él continúa en pareja, tiene una familia hermosa y yo bueno... cómodo y solo, pero…nunca se sabe (Risas).
En la actualidad has dado charlas compartiendo tus conocimientos en distintos seminarios y talleres. ¿Cuál es uno de los consejos recurrentes que sueles dar a los alumnos y alumnas que quieran dedicarse a este noble arte?
Somos maquilladores… no curamos el cáncer. Lo digo y lo repito, el ego es uno de los problemas más comunes entre maquilladores, son divos, se desprecian entre ellos, y jamás se cuentan técnicas o secretos, creen que el arte está en las herramientas y cómo usarlas, y el arte está en la cabeza de cada uno, eso no se aprende. El ego entre maquilladores es todo un tema, si bien se respetan, no se comparten conocimientos, y es difícil hacerlos entender que entre artistas no debe haber estas cosas; cada uno tiene una mano diferente, un arte diferente. En mis clases enseño todo lo que sé, por supuesto, no puedes enseñar en cinco meses lo que te costó años de aprendizaje, pero gozo de mucho respeto de mis pares y eso me hace muy feliz.
Para las personas que quieran seguir viendo tus espectaculares obras, ¿podrías contarnos en qué nuevos proyectos andas inmerso?
Me encargaron los maquillajes de FX y la dirección artística de una importante serie de ciencia ficción que, por contrato, aun no puedo decir; se rodará en Uruguay, y es todo un reto nuevo, marcará un antes y un después en mi carrera y nos abrirá un lugar en el mundo, sin duda. En lo personal, es el paso lógico que he esperado durante tantos años y disfruto todo este proceso, desde el diseño, la creación de un estilo que se diferencie de las otras series, hasta el mas mínimo detalle, y trato de hacerlo personal. El día que caiga la claqueta, va a ser uno de los días mas importantes de mi vida.
Como viene siendo un clásico en nuestra web, aquí te suelto la última pregunta que le hacemos a todos/as nuestros invitados: ¿Eres feliz?
Sí lo soy…pero no completamente, y esto es porque la felicidad es algo que se presenta de a cuotas, no un estado permanente. Mi sueño está realizado en parte, amo mi trabajo, amo lo que me ha costado llegar hasta acá, y acepto todas las cosas que me han pasado porque todas fueron consecuencia de mis pensamientos, negativos y positivos. Aun me siento incompleto en lo sentimental, pero eso puede cambiar o no a corto o mediano plazo; de todas formas, el amor de mis hijos y mis amigos está siempre en mi corazón, y eso muy importante para mí y, sin duda, el proyecto a venir será otro hijo que me solicitará horas de entrega. Tengo una forma de ser rara para mi edad, no me identifico con ella para nada; para mí la edad es un estado mental y se me nota en cómo actúo, me visto, y en mis gustos artísticos. Eso, a veces, es un obstáculo para la gente común, pero bueno…yo no soy común, y quien esté conmigo tampoco debe serlo (Risas).
Me despido, no sin antes darte las gracias por tu tiempo y contestar sinceramente a las preguntas.
Entradas
Buenaas!
ResponderEliminarPues la verdad es que no lo conocía pero no estoy nada metida en este tema, pero me ha parecido una entrevista super interesante ^^ Gracias <3
Hola! No lo conocía así que muchas gracias por la entrevista.
ResponderEliminarUn saludo!
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