Especial Halloween: `Menudo fin de año´, por Sergio Salvador Campos

 


Josh entró en su dormitorio y se tumbó boca abajo en la cama, pero enseguida tuvo que cambiar de postura por el intenso dolor de estómago que sentía. 

Odiaba ponerse malo en un día de fiesta, pero el día de fin de año era aún peor. Toda la familia estaba abajo, en el salón, habían venido sus primos, sus tíos y sus cuatro abuelos, y estaba siendo una noche muy divertida hasta que comenzó a sentir cómo la barriga se le hinchaba y le empezaba a doler como si nunca le hubiera dolido y quisiera ponerse al día. Fue disimuladamente al baño e intentó vomitar, pero fuera lo que fuese, aún no estaba preparado para ello. 

Se sentó en el salón y a ratos se lo pasó bien con su familia, esa pandilla de alocados adultos haciendo el tonto como si fueran críos. En cierto momento su madre se fijó en él y le vio sudando y con escalofríos. Pensó que era un resfriado, le tocó la frente con las manos, con los labios y determinó que tenía un poco de fiebre con ese termómetro natural que cada madre tiene. Luego le riñó por haber estado toda la mañana fuera con sus amigos disfrutando de la bici que Santa le había traído. Le contó que las madres de Georgie y Billy la habían llamado porque sus hijos estaban igual, y querían saber si Josh también estaba enfermo. Les dijo que no, pero estaba claro que tendría que volver a llamarlas y entre las tres dilucidar si es que sus hijos habían comido algo que les sentó mal o, simplemente, era que habían cogido frío y un buen gripazo. 

La verdad es que Josh esa última parte apenas la escuchó mientras subía la escalera con lentitud, casi como un hombre que se dirigiera al cadalso; cada paso le costaba un mundo. Lo cierto es que, aunque había protestado, cuando vio su cama y pensó en la posibilidad de tumbarse y cerrar los ojos, se alegró. 

Tumbado y entre retortijones, Josh cayó en lo que su madre le había contado. Aquello de que sus amigos estaban igual que él. Era raro. Josh hizo memoria intentando recordar la mañana. Georgie, Billy y él estaban haciendo carreras con las bicis en el parque. Al ser 31 de diciembre estaba prácticamente vacío y era una estupenda pista. Se lo estaban pasando de maravilla cuando algo cayó del cielo, apenas a cien metros de donde ellos estaban. Georgie, siempre él, dio la orden de ir a buscar esa cosa. En el camino les dijo que era un ovni y que se harían famosos por haberlo descubierto, pero al llegar vieron un surco en la tierra de unos cincuenta metros y una piedra de apenas sesenta centímetros de diámetro al final del mismo. En el fondo les dio igual, tenían allí un trozo de meteorito, y vaya si molaba para poder contarlo a padres y amigos... 

Los tres descabalgaron sus bicis y se acercaron a la piedra. Josh advirtió de que podía quemar y eso hizo que Billy reculara un poco, pero nada para a Georgie cuando está en modo jefe de expedición. Georgie estiró el brazo para tocar la piedra y... 

Nada. No recordaba nada más. ¿Cómo es posible que tuviera una laguna de un par de horas y no hubiera caído hasta ahora? Lo siguiente que recuerda es dejar la bici en el garaje de su casa y entrar con mucha sed en la cocina. También recuerda haberse bebido el zumo de manzana entero, lo que no dejaba de ser curioso, pues nunca le había gustado. 

Josh quiso llamar a su madre y contárselo, pero justo cuando iba a gritar, el dolor de barriga se intensificó. El chico se encogió sobre sí mismo y al fin lanzó un grito, pero de dolor... Tuvo la mala suerte de que fue en el momento en que su familia puso la radio a todo volumen, como era tradición, para bailar rock and roll hasta que llegase la hora del cambio de año. 

El dolor pasó y Josh sintió un alivio que casi le hizo llorar. Se llevó la mano a la barriga y abrió mucho los ojos. No se había dado cuenta, pero la hinchazón ahora era antinatural. Se recordó a su tío Richard, el que estaba abajo aplaudiendo, sin bailar, pero con una barriga que su padre llamaba "cervecera" bastante pronunciada. El dolor volvió y Josh empezó a asustarse de verdad. Llamó a su madre a gritos, pero con la música supo que no lo oiría. El dolor, como si no le hubiera gustado el grito, aumentó varios grados hasta que hizo llorar a Josh, que casi no podía ni respirar. Cuando cesó un poco volvió a mirarse solo para ver una mano moviéndose dentro de él. La imagen le recordó aquella vez que vio la barriga de su hermana mayor embarazada, recordó que ver la manita del que sería su sobrino empujándola desde dentro le pareció algo asquerosamente divertido. 

Ahora él tenía algo dentro y empezaba a pensar que quería salir. Lo confirmó cuando sintió un fuerte pinchazo. Aquella cosa iba a salir atravesando su barriga. El dolor alcanzó cotas que él no pensaba que pudiera soportar, sentía desgarrarse cada capa interior de su cuerpo. Josh gritó como nunca lo había hecho. La música paró. Volvió a gritar cuando vio que su barriga empezaba a sangrar, primero por un pequeño punto, casi un poro, pero luego la herida se fue abriendo como si alguien desde dentro estuviera usando una cremallera. 

La cama se llenó de sangre, de su sangre. Josh se quedó sin fuerzas y sus ojos se perdían entre la consciencia y la inconsciencia. Escuchó varios pasos subiendo por la escalera y acercándose a su puerta, pero supo que llegaban tarde cuando miró por última vez a su tripa y vio a esa cosa mirándolo con curiosidad y ¿hambre?  

Josh echó la cabeza sobre la almohada mientras dos últimas lágrimas caían de sus ojos. Con esa postura, pudo ver cómo entraban su madre y su tía riéndose en su habitación. Pudo ver cómo sus risas se truncaban en gritos de horror y, por último, pudo ver cómo aquella cosa saltaba de su interior y se dirigía a inusitada velocidad hacia sus seres queridos. 

"¡Corre, mamá, corre!", pensó Josh antes de cerrar los ojos y abandonarse al dulce descanso indoloro de la muerte. 



Chica Sombra

8 comentarios:

  1. Holaaa! =D

    Uff pobre Josh =( Me gustan mucho este tipo de historias sangrientas y creepys. Me he llevado hasta una mano a la barriga mientras la leía jajaja ;P Muy buena =)

    Muchos besitos!! =D

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  2. Ahora me pasaré varios días repitiendo lo mucho que odio Halloween jajaja
    Besos.

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  3. Hola! me encantan estas historias, son geniles. Besos

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  4. Uff, qué me duele mi barriga ahora... Jajajaj
    Besotes!!!

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    Respuestas
    1. mírate bien a ver si algo se mueve dentro!!! jajajajaa gracias por leerlo! un abrazo!

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