La emisora KWL, o cómo llevar los zombis a otro nivel

Idioma ‏ : ‎ Español

Longitud de impresión ‏ : ‎ 65 páginas

Autora: Rain Cross

Prólogo: Tony Jiménez

Epílogo: Tamara López

Género: Terror, zombies

Sinopsis:

Cuando Annie Matthews llegó ese día a la emisora, nunca sospechó, ni en sus más horribles pesadillas, lo que iba a encontrar. Junto a Josh, el locutor estrella de la KWL, descubre que el mundo se está desmoronando, y que ellos pueden ser el único nexo de unión entre los supervivientes.

Acompáñales a través de las ondas, en una aventura donde la muerte y el rock and roll están presente en cada llamada.

Opinión personal de Tamara López:

Se cumplen cinco años desde que Rain Cross publicó esta historia, y es por ello que ha decidido sacarla nuevamente al mercado; eso sí, revisada, alargada y con algunos extras, como esta portadaza de Marco Gómez, un prólogo de mi adorado marido, y un epílogo de esta servidora.

Y sí, me la he vuelto a leer, quizá tres veces, y me ha vuelto a dejar maravillada. Siempre que vemos o leemos una película/libro/serie sobre zombis, somos testigos al principio de cómo el mundo se va a la mierda, de cómo los personajes, ciudadanos de a pie, pierden todo contacto con los medios de comunicación. Rain va más allá, pues nos lleva el fin del mundo, el infierno, al interior de una emisora de radio.

Annie es testigo directo de las llamadas de los oyentes; al principio cree que ha llamado algún loco, alguien que está aburrido y se está inventando una historia de terror, pero enseguida se dan cuenta, tanto ella como su compañero, que todo es real y que, fuera de esas paredes se ha desatado el caos. Se convierten en un nexo para los supervivientes, un modo de que, a través de las ondas, los demás sepan qué está pasando.

Es una novelita muy corta, te deja con ganas de más, pero creo que en esta ocasión eso es un punto muy positivo, ya que siempre quiero más de Rain Cross. Tiene una pluma muy personal, un estilo propio muy difícil de conseguir. La trama es muy adictiva, pues pasa todo en una extensión breve de páginas, por lo que te tiene con el corazón en un puño hasta el final, uno de esos que tanto me gustan. Realista, cruel, sangriento.

Los personajes, a pesar de la corta extensión, están muy bien perfilados y consiguen que les cojas mucho cariño. Además, tiene un capítulo extra que añade esa guinda que todo buen pastel lleva. Y el prólogo de mi bonito, por supuesto, que te hace salivar, como todo buen escaparate que se precie.

Lo dicho, larga vida a Rain Cross.