Sevilla, año 2022.

Un robo en el palacio más importante de la ciudad pondrá en jaque al inspector Gonzalo Díaz.

Una guía turística en peligro.

Un suceso histórico hará tambalear los cimientos de uno de los hechos más importantes de nuestro país.

¿Es la historia tal y como la conocemos?

No me puedo resistir a un buen thriller, eso ya lo sabéis. En esta ocasión, es uno ambientado en Sevilla, en la actualidad. Nuestra protagonista es guía turístico y, debido a su delicada situación económica y personal, se ve tentada de participar en un robo que pondrá en jaque a toda la policía, ya que el objeto sustraído es una de las cartas de Cristóbal Colón. A pesar de que sí, se ha convertido en una ladrona, sentimos simpatía y empatía por ella, puesto que, de estar en su situación (sin familia, haciéndose cargo de una madre con Alzhéimer y sin un duro), yo también me habría visto tentada a hacer cualquier cosa. Además, si algo me ha gustado, es que el autor no se anda con rodeos, y a esta protagonista sí le pasan cosas.

Me explico. Normalmente, las protagonistas que están en un aprieto se suelen salvar de cosas más graves, pues la policía o el galán de turno siempre llegan a tiempo de salvarla. En La andaluza errante, la protagonista la caga... y paga bien las consecuencias. Esto ha sido, para mí, un gran punto a favor, pues me ha parecido muy realista. 

Por otro lado, sabéis que la histórica no es, precisamente, un género que me encante. Sin embargo, la trama histórica que tenemos aquí sí que lo ha hecho. Cuenta algo que me ha parecido muy interesante, un misterio en el que me encantaría ahondar. ¿Y si Colón no fue realmente quien descubrió América?

En definitiva, una novela adictiva, con una trama policíaca actual, con un hecho de la historia que podría cambiarlo todo y con una protagonista muy real, así como las consecuencias de sus actos.

Os la recomiendo.