Macabrismos por Rain Cross: La leyenda negra del Hospital del Tórax

Foto de Adriano Agulló

En Terrassa nos encontramos con uno de los lugares donde la muerte paseaba por sus fríos pasillos creando que la maldad impregnara sus paredes y quedase atrapada allí para siempre.

El Hospital de Tórax albergó pacientes con enfermedades pulmonares como la tuberculosis desde 1952 y, después de dieciocho años, pasó a ser un hospital común hasta 1997, fecha en que cerraroN sus puertas y se convirtió en el Parque Audiovisual de Catalunya, perteneciente a la productora Filmax, la Gerenalitat y el Ajuntament de Terrassa.

El edificio se dividía en dos alas principales, nueve pisos de altura, una capilla y el sótano. Tenían zonas separadas para la clase obrera y la burguesía de la época. Y es que hasta en la enfermedad se hacía diferencias sociales.
Poseía 1500 habitaciones, donde los enfermos no tenían más contacto con el exterior que el teléfono y la radio debido a su condición.
La lenta y dolorosa muerte a la que se enfrentaban sus pacientes hacía que muchos decidieran acabar con sus vidas arrojándose desde la novena planta hasta el jardín, al que apodaban La Jaula.


Se dice que tiene una alta actividad paranormal y que quien pasea por allí escucha voces o ve espectros caminando por sus pasillos. Algunos incluso afirman ver enfermeras con jeringuillas dirigiéndose hacia las habitaciones de los pacientes, monjas o los propios enfermos. Los gritos de dolor y locura atraviesan las paredes, estremeciendo al que los oye, haciendo que quieras salir corriendo de ese lugar sin mirar atrás.

Hay rumores de que en la capilla se hacían ritos satánicos y en 2003, los mossos d’escuadra detuvieron a unos jóvenes que habían entrado en el recinto y robado un tarro con un feto, lo que esparció el rumor de que en la cuarta planta se encontraba un almacén con restos humanos.

Aparte, ha servido de inspiración para múltiples películas de terror, siendo de escenario de algunas de ellas como Frágiles (Jaume Balagueró, 2005), El Maquinista (Brad Anderson, 2004) o La Monja (Luis de la Madrid, 2005).

Nada de esto se ha podido comprobar con pruebas físicas, son testimonios de los aventureros que se han atrevido a adentrarse entre sus paredes, pero lo que sí podemos afirmar es que la historia del Hospital del Tórax habla de la desesperación, ya que hay que pensar que sus pacientes se encontraban solos, aislados y perdían poco a poco la cordura a consecuencia de los dolores y la depresión.

¿Te atreverías a visitarlo?

Fuentes:




Rain Cross

3 comentarios:

  1. Hola! Trabajando en un hospital... casi que no lo visitaré! jejeje!

    Un saludo!

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  2. Casi que va a ser que no.. vamos ni de coña.. digo.. comor?? Anda hombre... :p

    Besos

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  3. Visitar ni dormir ni nada de nada. Con saber la historia ya se me ponen los pelos de punta. Besos

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