Entrevista a Karen G. Justicia: `La felicidad está un poco mercantilizada´

¡Hola, Karen! Antes de nada, darte la bienvenida a Chica Sombra, siéntete como en casa. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?

¡Hola! Muchas gracias por acogerme en Chica Sombra. Un día normal en mi vida incluye ensayos con los actores de mi compañía, Bacalorio; producción o postproducción de audiovisuales en mi productora, HAPAX, y muchas horas de gestión para compaginar todo el trabajo. A veces es estresante manejar varios proyectos a la vez, pero también es muy gratificante dedicarte a lo que te gusta.

Se acaba de estrenar, dentro del VI Festival SURGE Madrid, Dangarunga, obra escrita y dirigida por ti, una fábula sobre la búsqueda de la felicidad. ¿Crees que estamos tan obsesionados con alcanzarla, que no nos damos cuenta de esos pequeños momentos diarios que nos la dan?

La obra va precisamente sobre eso, sobre si la obsesión con la perfección te aleja de la felicidad real, la que encuentras mientras vives. Creo que vivimos en una época en la que la felicidad está un poco mercantilizada. La verdad es que ser feliz no tiene por qué ser glamuroso, y la mayoría de las veces no lo es.

¿Por qué ese original título?

En la obra, Dangarunga es el nombre de la ciudad perfecta, que es el lugar que el protagonista va buscando como si fuera la clave de su propia felicidad. Es el título porque toda la obra gira en torno a esta búsqueda. Como tratamos el tema de forma bastante surrealista, quería un nombre que transmitiera nuestras intenciones.

En ella se mezcla el teatro con la música que, además, es en directo y en pleno escenario. ¿Qué tal está funcionando esa mágica combinación?

La música actúa como banda sonora del viaje que realiza el protagonista, y por las impresiones que nos están llegando, al público le está gustando mucho que sea una experiencia tan inmersiva. Para entender Dangarunga necesitábamos que el público desconectara de lo que estuviera haciendo antes de entrar en el teatro, que conectara consigo mismo y encontrara algo familiar en lo que estábamos diciendo en el escenario. Para conseguir eso, era imprescindible integrar la música con la palabra, y Rodrigo Arribas, que es el compositor además de uno de los intérpretes, ha hecho un trabajo maravilloso para conseguirlo.

Si pudieses elegir la sensación con la que se quede el público tras ver la obra, ¿cuál sería?

Creo que sería la paz. Me gustaría que, después de haber visto Dangarunga, cada uno se mirara a sí mismo y se preguntara en qué momento del viaje está, y si está a gusto con sus propias elecciones. Al final, Dangarunga no va de la felicidad en sí, sino de cómo la buscas, de qué decisiones tomas y si estás conforme con ellas.

Tu compañía, Bacalorio, está dirigida por cuatro mujeres, y siempre apuesta por obras innovadoras. ¿De dónde surgió su fundación?

Claudia, Raquel, Carolina y yo nos conocimos en el Grupo de Teatro de la Universidad Carlos III, y posteriormente trabajamos también juntas en otros montajes. De ahí surgió nuestra amistad, que nos llevó a ver que teníamos ambiciones artísticas similares. Cada una de nosotras tiene habilidades bastante diferentes de las demás, así que nos atraía el hecho de poder cubrir muchos ámbitos de la creación, y a la vez, autogestionarnos. Nos gusta tener la independencia para poder contar las historias que queramos y proponer temas desde las ópticas que nos interesan. Hemos creado una especie de hogar artístico para los miembros de nuestra compañía, un lugar donde todos podemos proponer y todos nos sumamos a los proyectos comunes desde muchos ámbitos diferentes, y creo que ese es uno de nuestros mayores logros.

¿Me puedes hablar sobre tus próximos proyectos?

Mi intención es seguir haciendo Dangarunga todo el tiempo que sea posible, y volver a los escenarios con otros montajes de Bacalorio (Muerte de un cochero, Maribel y la Extraña Familia o Píram092 & Tisbe_94). Seguiré trabajando en algunos textos teatrales que tengo en marcha, y produciendo los proyectos que se propongan desde la compañía. En lo audiovisual, sigo trabajando en mi productora, HAPAX, con algunos proyectos de cortometraje y largometraje, que espero que podamos presentar dentro de poco.

Para terminar, darte mil veces las gracias y hacerte una última pregunta: ¿eres feliz?

Sí, la verdad es que soy muy feliz. ¡Muchas gracias a ti!