Gin Fizz, o cómo la tónica no estaba recién abierta

Autora: Jane Kelder

Publicado por Versátil

Género: romántico

Número de páginas: 280

Formato: 14 x 22 cm.

Encuadernación: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-17451-17-2

Sinopsis:

Nueva York, 1953. Liv Joyner y Oscar Hancock compiten por el proyecto de la remodelación interior del hotel Edén de Manhattan. Un proyecto que a Liv la consolidaría como decoradora y por el que Hancock estaría dispuesto a hacer cualquier cosa.

Cuando la dueña del hotel, Heidy Brinicombe, se decide por el de su más odiado competidor, sin siquiera haber tenido ocasión de presentar sus ideas, Liv comienza a sospechar que Hancock consigue los clientes más interesantes con malas artes, así que decide contratar a Jack Bradley, un detective privado, para que lo investigue.

Lo que ella no sabe es que, por una casualidad, Hancock logra suplantar a Bradley. Y es que, lo que realmente quiere Oscar es averiguar la identidad del artista que pinta los cuadros del diseño de Olivia, porque la señora Brinicombe se ha enamorado de ellos. Hasta el momento, solo conoce sus iniciales, G.F., o, como han decidido llamarlo en su oficina: Gin Fizz.

Opinión personal de Tamara López:

Me apetecía volver a leer algo de romántica, sobre todo ahora que el calor ha llegado a Málaga por la puerta grande. ¿Y qué hay más refrescante que un Gin Tonic? Al parecer, un Gin Tonic leyendo esta novela. Digo al parecer porque, como ya estáis sospechando, no me ha gustado tanto como esperaba. Esto no quiere decir que no la haya disfrutado, sino que no ha conseguido conquistarme del todo, sobre todo por un punto muy importante: Liv, la protagonista.

Es cierto que para encontrarnos en Nueva York en plena década de los 50, Liv es una mujer adelantada e independiente. Es soltera, vive sola y tiene su propio negocio: una empresa de decoración. Ahora compite por un proyecto muy importante con su mayor rival, Oscar Hancock. Cuando le dan el trabajo a él, sin ni siquiera haber dado oportunidad a otros aspirantes, Liv sospecha que algo turbio hay detrás, por lo que decide contratar a Jack Bradley, un investigador privado. Por circunstancias del destino, Hancock se hace pasar por Jack para ver qué está tramando Liv. El problema llega cuando a Liv, irremediablemente, Jack empieza a parecerle un encanto...

Dicho esto, y vuelvo a repetir, es una chica independiente para la época. Pero me ha caído muy mal, oye. Llega un punto de la novela en que se vuelve una paranoica y ve trampas y conspiraciones por todas partes. Relájate un poquito, mujer... En la recta final me tenía ya de los nervios. Oscar me ha gustado más, al menos es consecuente con lo que hace y reconoce que se equivoca. Pero, sin duda, mi personaje favorito ha sido Gilda, la abuela de Liv, con la que esta, a veces, tiene también una actitud muy fea. Otro punto menos para Olivia. Esta señora pone el punto positivo y alegre a la historia. Sin duda, si llego a su edad, me gustaría hacerlo con esa mentalidad y ese espíritu.

"En lugar de preocuparte porque yo esté viva, deberías preocuparte de que tú solo vivas para tu trabajo, Olivia Joyner. Y eso no es bueno. Es como estar enterrada. Como tú has dicho, cada edad tienes sus cosas y tú te estás perdiendo las de la tuya"

A pesar de que la historia se llama Gin Fizz, a mí me han faltado burbujas, me ha faltado la parte chispeante y fresca que pensé que tendría. Como punto a favor, además de la encantadora abuela, tengo que decir que tampoco es una historia de amor típica o al uso, sino que también prima la importancia que tienen ambos protagonistas por realizarse en su carrera profesional. No me ha molestado que el final fuese predecible, pero sí me ha resultado un poco apresurado; igual un capítulo más hubiese estado bien.

En definitiva, una novela romántica entretenida, pero a la que, bajo mi punto de vista, le falta algo de frescura.

Lo mejor: Gilda. La ambientación y la época.

Lo peor: Liv, la protagonista.