Entrevista a Manu Carbajo: `Lo más duro de escribir es la soledad´

Hoy me hace mucha ilusión traer a Chica Sombra a un artista bastante polifacético. El año pasado publicamos la reseña de su primera novela en solitario, Olvídate del Resto. Y hoy vengo con él para hablar de su carrera en general y también de su nuevo libro, Cartas desde el Desierto. Con ustedes, Manu Carbajo.

Antes de nada, darte la bienvenida a Chica Sombra. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?

Al ser autónomo… ¡No tengo una vida normal! Cada día es una aventura. Sí que tengo ciertas rutinas, como informarme de lo que pasa en el mundo mientras desayuno, hacer ejercicio todos los días (o estiramientos, en caso de que vaya muy justo de tiempo), intentar mantener unos horarios de comidas y sueño, dedicar un ratito siempre a leer y/o ver una película… Pero cada semana depende de los proyectos en los que esté metido. Algunas veces son más tranquilas, otras más ajetreadas.

Soy consciente de que eres una persona bastante polifacética. ¿Cómo sueles resumir cuando te preguntan a qué te dedicas?

Creo que es la pregunta a la que más me cuesta responder porque, como bien dices, hago muchas cosas. No solamente me dedico a escribir. Mi fuente de ingresos principal depende del mundo audiovisual. Pero siempre intento que haya una cierta armonía en todas las ramas profesionales que toco. Por ejemplo, en el mundo de la literatura, además de mi faceta como autor, también me dedico a la realización de booktrailers (tráilers de libros) para varias editoriales, y desde hace unos meses he metido la cabeza en el precioso mundo del audiolibro, dirigiendo varias adaptaciones a este formato. Siempre intento que haya una simbiosis laboral, en este caso, entre el mundo audiovisual y el de la literatura.

Cuéntanos cómo fue la experiencia de empezar a escribir literatura siendo alguien dedicado a lo audiovisual.

Yo estaba muy acostumbrado al mundo del guión y, además, dirigía mis propios cortos. Eso quiere decir que tenía cierta experiencia narrando. Sin embargo, en literatura tienes que contar de otra forma una escena, por ejemplo, de terror. En lo audiovisual tienes una serie de elementos (fotografía, música, montaje…) que te ayudan a perfilar la atmósfera que quieres generar, los sentimientos que quieres provocar en el espectador. En un libro estás tú sólo, con la hoja en blanco y el poder de la palabra. Aprender a adaptar la narración audiovisual a la literatura fue todo un reto. La base que utilizo para construir historias sigue bebiendo del cine y, por supuesto, de la estructura de un guión. Y con la narración ocurre lo mismo: cuando escribo me imagino el plano, el movimiento de la cámara, la atmósfera que yo generaría en una película. ¡Es un “defecto” que me viene de fábrica! Supongo que, consecuencia de ello, los lectores consideran mis obras literarias muy “cinematográficas”.

El año pasado hice la reseña de Olvídate del Resto, libro que me atrapó completamente. ¿Qué destacarías de tu primera novela en solitario? ¿Qué disfrutaste más de escribirla?

Me alegra mucho que te haya gustado y atrapado la historia. Muchas gracias.

Olvídate del Resto fue una manera de demostrarme a mí mismo que podía escribir una novela yo solo, dejando que mi estilo se impregnara al 100% en cada palabra. Sí que es cierto que con el relato que escribí para Y luego ganas tú, experimenté esto y, en el fondo, este proyecto fue una especie de antesala personal a lanzarme a escribir mi primera novela en solitario. Pero, desde luego, no es lo mismo un relato de cincuenta páginas que un libro de trescientas.

Me lo pasé muy bien, la verdad. Hubo momentos muy duros. Quizás el más duro de todos fue la soledad. Escribir es un trabajo que se hace en solitario, pero yo hasta entonces estaba acostumbrado a hacerlo acompañado. No solo por la saga Electro, en guión también trabajamos mucho con la gente. Y aunque el primer borrador dependa de ti, luego siempre se hace alguna reescritura en base a la propuesta de foto o de arte.

Si alguien decidiera empezar a leer una de tus obras, individuales o colaboraciones, ¿por cuál le recomendarías empezar?

Siempre recomendaría la última que he escrito, porque es ahí donde se ve un estilo más actualizado. Quiero decir, el Manu Carbajo de Cartas desde El Desierto no es el mismo que el de Electro. Y, ahora mismo, el Carbajo del 2020 es el de Cartas desde El Desierto. Mi estilo narrativo y mi carrera como autor se acerca más a esta novela. Ahí es donde se puede ver la pluma que tengo ahora, mi forma de construir personajes, el estilo que tengo narrando. Es cierto que todas mis novelas comparten algunos elementos como el cinematográfico o mi pasión por los giros de guión, pero siempre la última creación mostrará el estilo que más me define.

Hace muy poquito sacaste Cartas desde El Desierto. Háblanos un poco de este libro.

Se trata de una novela realista con tintes distópicos y de ciencia ficción. Planteo un futuro (no muy lejano) en el que La Mili (el Servicio Militar Obligatorio) se vuelve a imponer para los chicos y chicas de 16 años. El destino al que te mandan depende de una evaluación que te hace el Estado y el peor de todos esos lugares es El Desierto. Allí envían a todos esos jóvenes conflictivos, que no han sacado buenas notas y el Estado considera “parásitos” del futuro. El protagonista de esta historia se llama Aitor y, precisamente, le mandan a este lugar a hacer La Mili. El libro es un viaje a través de los dos años que pasa el chaval en El Desierto y no solo conoceremos la vida que hace allí, también lo que le ha llevado hasta ese lugar y cómo le cambiará hacer la instrucción del Servicio Militar Obligatorio. ¡Y hasta aquí puedo leer para no hacer spoilers!

Es un libro que he escrito con mucho cariño, lleno de giros y de personajes con muchos matices. He intentado crear a chavales de verdad, con sus grises. No todo es blanco o negro. Hoy en día cada vez está más presente el “o estás conmigo o estás contra mí”, no hay una intención de escuchar la postura o el pensamiento contrario. Cada uno tiene sus circunstancias, su historia, su ideología. Con Cartas desde El Desierto e intentado dibujar a personajes con los que puedas empatizar y, a la vez, discrepar. Al fin y al cabo, creo que el viaje de la vida es eso.

Imagino que esto es como cuando a una madre o un padre le preguntas cuál es su hijo/a favorito pero, como curiosidad, ¿hay algún personaje de tus obras que sea tu favorito?

¡Totalmente! Es muy difícil elegir a un personaje de todos mis libros. De Electro me encanta la evolución que tienen Ray y Dorian; de Olvídate del Resto le tengo mucho cariño a Tío Marc y Nana Charlenne, las personalidades de la madre de Dani; en Cartas desde El Desierto me resulta muy fácil identificarme con Oriol… Cada historia es un mundo, con sus voces y sus personajes. Supongo que, al fin y al cabo, el conjunto es lo que representa una pequeña parte de mí.

¡Ay! Nana Charlenne consiguió sacarme alguna lagrimilla, que lo sepas. ¿Cuáles crees que son tus principales influencias como artista?

El cine, sin duda. Muchas veces me preguntan si tengo algún autor cuya pluma me haya influido, pero… ¡lo cierto es que no! Tengo muchas novelas que me han marcado, desde luego. Marina, de Carlos Ruiz Zafón, es una de ellas. La leí muy jovencito y me enamoró ese estilo gótico que tiene. Cómo mezcla lo romántico con el terror… Pero si analizamos mi estilo como autor, bebe mucho más del mundo del cine que del de la literatura. Me siento más influido por cineastas como Shyamalan, Hitchcock, Fincher o Nolan, por historias en las que reina el suspense, personajes con arcos evolutivos oscuros y, por supuesto, los giros. Pero, claro, esto lo mezclo con los elementos de la literatura juvenil. Y aquí entraría otra influencia: he disfrutado mucho con literatura juvenil. Desde realismo como Palabras envenenadas de Maite Carranza hasta distopías como Los Juegos del Hambre.

Como seguidora de tu canal desde hace años y amante del cine me veo en la obligación de preguntar, ¿hay por ahí algún proyecto que tenga que ver con el séptimo arte? ¿Vas a volver a hacer cortos? ¿Te gustaría hacer alguna adaptación de tus libros?

En estos meses de confinamiento hemos estado trabajando en la adaptación de Cartas desde El Desierto. No hay nada hablado, pero de momento existe un primer borrador del guión para la película. Soy un enamorado del cine y, en el fondo, mi canal de YouTube empezó como una ventana para mostrar mis trabajos como cineasta. El último corto que hice fue Bienvenidos al fin del mundo y de eso hace ya… ¡6 años! Intenté sacar un corto muy ambicioso hace unos años, pero el proyecto no salió adelante. Así que tengo clavada la espinita desde entonces y, sí, por supuesto que me encantaría volver a dirigir algo. Sé que lo voy a hacer. ¿Cuándo? ¡No tengo ni idea! Ahora tengo muchas más responsabilidades que hace cinco años. ¡La vida adulta pesa! Pero no me cabe la menor duda de que, tarde o temprano, volveré a ponerme detrás de las cámaras.

Hablando del confinamiento. Sobre la situación actual, con la pandemia y la cuarentena (que esto sí que empieza a parecer una distopía), ¿cómo crees que está afectando a los artistas y a su trabajo?

Se avecina una oleada de historias sobre virus, confinamiento y soledad. Algunos contarán su historia desde el punto de vista crítico, otros desde lo personal. Estamos viviendo una tragedia histórica. Algo que va a cambiar, por completo, la vida que conocíamos hasta ahora. Nuestros hábitos, la tecnología, la forma de relacionarnos… Creo que aún es muy pronto para ver cómo nos afecta esto a los que queremos contar historias. Ten en cuenta que escribir es algo muy personal, algo que se hace porque quieres contar algo que tienes dentro. Y muchas de las cosas que más nos van a cambiar todavía no las hemos vivido porque aún desconocemos esta nueva “normalidad”. Del mismo modo que después de la Guerra Civil tuvimos mil historias sobre las consecuencias de esta, lo mismo va a ocurrir con la pandemia.

Y, en contraposición, ¿cómo crees que está ayudando la cultura a la gente que está confinada en casa sin tener mucho que hacer?

Por suerte, tenemos a la tecnología de nuestro lado. ¡Imagínate cómo sería vivir esto sin plataformas VOD como Netflix, sin libros electrónicos, sin Spotify y la música! Pero aún así, muchos han sido los que han rescatados libros de sus estanterías o películas de su filmoteca. Los que escribimos, en cierto modo, creamos mundos. Mundos con los que la gente acepta nuestras reglas y se dejan llevar por él. Es, sin duda, una forma de evadirse, de viajar mentalmente desde el sofá de tu casa. No me imagino un mundo sin historias.

¿Te gustaría contarnos cuáles son tus futuros proyectos?

Estos meses he aprovechado para empezar mi siguiente novela. Aún no puedo decir nada sobre ella, porque no sé cuándo la voy a poder terminar. ¡Pero empezada está! Por el lado audiovisual, además de la adaptación de Cartas desde El Desierto (¡ojalá salga!), quiero adaptar ese corto que quise sacar adelante hace unos años a un formato distinto. Es una historia a la que tengo mucho cariño y me da pena dejarla aparcada en el cajón. Así que ya que no se va a poder rodar, voy a buscarle otra vida.

Para terminar, darte mil veces las gracias y hacerte una última pregunta, ¿eres feliz?

¡Sí! Siempre intento estar en paz conmigo mismo. Tomarme unos segundos para mirar a mi alrededor y enorgullecerme de quién soy, de lo que hago y del camino que he recorrido. Soy, como dice mi madre, un culo inquieto. La ambición se me junta con las ganas de hacer cosas. Y muchas veces me “frustro” cuando no soy capaz de hacer todo lo que quiero. Así que hay que priorizar y para hacer eso tienes que hacer un balance de tu vida, ver en qué punto estás. Así que creo que, sin duda, para ser feliz, primero hay que ser honesto con uno mismo. Y eso es algo que siempre he intentado.

¡Gracias a ti por las estupendas preguntas y por dedicarme un espacio en vuestra web! Fuerza y ánimo en estos días.