Una de cine: Turbo Kid (2015)


Título original: Turbo Kid.
Año: 2015.
País: Canadá.
Dirección: Anouk Whissell, François Simard, Yoann-Karl Whissell.
Guion: Anouk Whissell, François Simard, Yoann-Karl Whissell.

Reparto: Munro Chambers, Laurence Leboeuf, Michael Ironside, Edwin Wright, Aaron Jeffery, Romano Orzari, Orphée Ladouceur, Steeve Léonard, Yves Corbeil, Anouk Whissell, Evan Manoukian, François Simard, Tyler Hall, Yoann-Karl Whissell, Éric S. Boisvert, Abdul Ayoola, Thomas Luccioni, Jean-François Ferland, Ara Ball, David Rigby, Jason Eisener, Marcello Bezina, Alex Stines, Patrick Kerton, Rob Deleeuw.

Género: Años 80/ Ciencia ficción/ Post-apocalíptica/Comedia



Sinopsis:

Nos encontramos en un 1997 alternativo.
Una guerra nuclear ha arrasado el planeta, convirtiendo gran parte de él en un yermo inhabitable. Las lluvias radiactivas contaminan el agua, e impiden que nada crezca en una tierra estéril y muerta.
Gran parte de la humanidad ha desaparecido como consecuencia de la guerra, y los pocos que quedan pelean ferozmente por los escasos recursos que encuentran.
En todo este caos y anarquía nos encontramos a nuestro protagonista, al que todos apodan “Kid” (Munro Chambers), que no es más que un adolescente que ha sobrevivido en un pequeño refugio a base de mucha astucia, y en el que recopila objetos previos al gran cambio sufrido en el planeta. Además, es gran fanático de Turbo Rider, un héroe sobre el que se han escrito un sinfín de hazañas y del que colecciona todo lo que cae en sus manos.
Un día aparecerá en su vida una chica llamada “Apple” (Laurence Lefouf) que tiene un extraño comportamiento y, dada su actitud, podría estar ligeramente perturbada. A pesar de ello, terminarán por congeniar y se harán amigos. 
Pero la tranquila vida de “Kid” dará un giro irremediable cuando su nueva compañera sea secuestrada y deba elegir entre ocultarse de nuevo, o convertirse en un héroe y enfrentarse a “Zeus” (Michael Ironside), señor del páramo, y que gobierna estos dominios con puño de hierro.



Opinión personal de David P. Yuste:

Turbo Kid ha supuesto para mí un grato y más que agradable descubrimiento con el que no esperaba encontrarme en estos días.
Es un claro homenaje a las películas de mi infancia, y eso se demuestra en el fuerte aroma a cine de los ochenta que posee: empezando por sus créditos iniciales, continuando por una música realizada a golpe de sintetizador, y su clara y marcada estética que nos recuerda a una mezcla entre Mad Max y Las aventuras de Buckaroo Banzai. Incluso sus efectos especiales están realizados de manera que emulan a los de aquella época.

Aquí nos encontramos con un film muy gamberro, cargado de tópicos de las producciones de aquellos tiempos, y que harán las delicias de los fans de aquel cine de antaño y que tanto vuelve a ponerse de moda. Véase como ejemplo la serie de Netflix Stranger Things, o producciones para la gran pantalla como Super 8 o Verano del 84.

Turbo Kid está repleta de acción, no exenta de violencia, muchas aventuras, y un humor recargado y que sienta muy bien a este trabajo lleno de numerosos gags y que hacen más amables algunos momentos. Además, no podían faltar los chicos malos, pero que muy malos, y un héroe dispuesto a acabar con ellos.


Por si todo esto que os cuento no fuera suficiente, como colofón nos encontramos con la aparición, en el papel del gran villano “Zeus”, de Michael Ironside (serie V, Scanners, Proyecto: Terror, Desafío total). Un secundario de lujo e imprescindible en cualquier buena producción de los años ochenta que se preciara, el cual continúa a día de hoy en activo y que hasta la fecha no  ha dejado de trabajar.

En definitiva, y con esto ya termino, con todos estos ingredientes han logrado crear una mezcla muy entretenida y palomitera, que probablemente si hubiera sido rodada en esos ochenta de los que no me canso de hablar, hoy sin duda sería una cinta de culto que con seguridad habríamos alquilado más de una o incluso dos veces en el videoclub de nuestro barrio.


Lo mejor: su claro y marcado estilo ochentero, sin grandes alardes y con la única intención de homenajear un cine de otro tiempo, para hacer disfrutar al espectador y llevarlo a su terreno creando esa añoranza con ecos de un pasado más amable.

Lo peor: que pese a que es un trabajo muy compacto y divertido, el uso abusivo de la sangre (de manera exagerada y a la antigua usanza) y esos mismos clichés que tantos nos gustan a muchos, puedan aburrir a las nuevas generaciones, acostumbrados a los actuales efectos especiales y producciones de un corte bien diferente.



Chica Sombra

8 comentarios:

  1. Como curiosidad, estaría bien verla. Ni me sonaba, pero si la encuentro, la tendré en cuenta :)
    Besos!

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  2. No la he visto, pero parece entretenida.
    Un abrazo.

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  3. Hola! No conocía la película pero parece entretenida, me la apunto por si la encuentro. Gracias por tu reseña.

    Un saludo!

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  4. Se de dos frikis que morirían por verla... no es mi caso esta vez 😅😁💋

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  5. Hola!
    creo que lo negativo que le das a la película a mi me gustaría, soy fan del cine de los 80 así que esos clichés no me importan.
    Besos!

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  6. ¡Hola!
    Esta no la he visto, pero, después de leerte, está claro que me la llevo apuntada.
    ¡Un saludo!

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  7. La vi en su día y, sin ser un peliculón, cumple con su cometido, que no es otro que el de entretener y avivarnos esa nostalgia a los que ya peinamos algunas canas. La atmósfera ochentera (la música, la estética retro a lo Mad Max...) muy lograda.

    Un abrazo ;)

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