Le doy las gracias a NetGalley por proveerme con la oportunidad de leer esta novela antes de su publicación en inglés.

Eric LaRocca demuestra una vez más la versatilidad y maleabilidad del género de terror. Como género, siempre se le ha intentado clasificar como un género menor, y el terror, en respuesta, siempre ha sabido removerse del encorsetamiento al que se le ha sometido y demostrar estar mucho más avanzado que lo que los críticos nos quieren dar a entender.

LaRocca nos trae una historia que comienza explosiva y acaba en una escena digna del mismísimo Lovecraft. Lo que el autore nos ofrece es un nuevo terror que bebe de los clásicos más influyentes (Barker, el mencionado Lovecraft, Stephen King) y pasa esas referencias por su propio filtro personal, en el que la presencia del trauma en sus personajes es tan natural como la presencia de seres oscuros.

Ghost (Fantasma), siempre ha tenido la sensación (como su propio nombre parece indicar) de vivir al margen de los demás, en un halo de invisibilidad en el que autocompadecerse hasta el fin de su existencia. La vida le provee con otra oportunidad cuando se cruza por su camino Heart Crowley, un misterioso multimillonario que (como buena persona rica) busca la relevancia y la vida eterna con métodos no del todo convencionales.

Hay lugar también para un enfoque religioso que deslumbra por su originalidad y por su presentación, tan afín a todos aquellos que somos aficionados al terror. El terror vive por delante de la sociedad. La presencia de personajes LGTBIQ+ y el duelo al que se ven sometidos (lo cual implica abrir debates sobre qué podemos hacer para cambiar ciertas situaciones) pone en la vanguardia a este autore y nos demuestra que, a pesar de ser vilipendiado por muchos, el terror es refugio inclusivo de todos aquellos que estén dispuestos a pasarlo mal dentro de un entorno controlado.