RIP, un musical de muerte

Sinopsis:

Una chica de ciudad vuelve a su pueblo natal del cual salió con su madre tras ganar un premio de lotería. ¿El motivo?, el funeral de su padre, con el que le quedan cuentas pendientes por saldar. Una herencia escondida y el cementerio local forman parte de la trama de esta comedia con toques de crítica social llena de personajes peculiares que luchan por sus propios intereses. Un entierro, un ataúd y un escándalo tras otro. ¿Estás preparado para morirte de risa?

Opinión personal:

Hace algún tiempo os traje una entrevista a las chicas que protagonizan este musical. Lo vendieron tan bien, que tenía muchísimas ganas de que estrenaran para ir a verlo. Pero al mismo tiempo, tenía miedo de una decepción, ya que conozco a gran parte del elenco. Anoche por fin llegó el gran momento y, nada más llegar al teatro, nos encontramos tres plañideras llorando y vestidas de negro para el entierro del difunto. ¡Qué gran detalle, qué original!

Cuando al fin empezó el musical, la butaca me absorbió de tal forma que no me di cuenta de ello hasta que volvieron a encenderse las luces, casi dos horas después. Es asombroso ver que, a pesar de no tener ningún presupuesto, han creado esta maravilla que levantó un aplauso detrás de otro. La historia comienza cuando Marta vuelve a su pueblo natal para el funeral de su padre. ¿Una chica de ciudad en un pueblo castizo? Pues sí, no pararon las risas en toda la noche. Pero RIP no es solo comedia, también me sacó lágrimas porque todos y cada uno de los actores estaban emocionados, y eso se nota y llega al patio de butacas.

Me gustaron todos, del primero al último, pero quiero destacar lo que me dejó sin habla. En primer lugar, Adrián López, que interpreta a Feliciano, el garrulo del pueblo, pero que también da vida a una de las viejas plañideras. ¡Qué bien lo hizo, cojones! Héctor Wolf interpreta a Ezequiel, el moderno cura del pueblo. Me gustó desde el principio, pero cuando cantó él sólo, con esa dulzura de voz que tiene, con ese alma que se le salía por la boca... me hizo llorar, ¡qué preciosidad de niño y de voz! Álex Trinidad interpreta a Eugenio, el "tonto del pueblo" (los que somos de pueblo sabemos que en todos hay uno). No podía parar de reírme con él, pero a la vez despertaba en mí una ternura enorme, ¡si me daban ganas de saltar al escenario y abrazarlo! De Jessica (Helena Donet) me conquistó su sensualidad, ¡qué chica más sexy, por Dios! De Mandy (Lucía Monreal) su vis cómica, de Camila (Paloma Mora) su espontaneidad y, por último, nos queda el personaje protagonista, Marta. Interpretada por Alicia Esteban, fue un personaje que caló en todos y cada uno de los espectadores. Esta chica promete, y mucho.

Otra cosa que me encantó fue la cantidad de crítica social que esconde la obra: el qué dirán, la homofobia, la religión y la Iglesia, los programas basura de televisión... en fin, cosas con las que lamentablemente tenemos que lidiar todos los días. Pero me quedo con su moraleja, que también es la mía: sólo tienes una vida, vívela como tú quieras, pero respeta siempre la de los demás.

P.D: Cuando acabó el musical, yo me secaba las lágrimas mientras iba saliendo. Una vez fuera, me acerqué a los chicos para darles mi enhorabuena. Con todo la humildad del mundo, cuando los felicitaba, todos me preguntaban: ¿SÍ? Sí, chicos, sí, un SÍ rotundo y en mayúsculas. BRAVO, ENHORABUENA.

¡No os la perdáis!