Los grafitis de mamá, ahora abuela o cómo tomarse la vida con humor

Toti Martínez de Lezea

Colección: Narrativa, 31

Formato: 150 x 220 mm

Páginas: 136

Encuadernación: Rústica

Sinopsis:

Un ama de casa, en términos de la universal Wikipedia, es en la cultura tradicional, la mujer que tiene como ocupación principal el trabajo en el hogar, con quehaceres domésticos tales como: el cuidado de los hijos, la limpieza de la casa, la compra de víveres y otros artículos, la preparación de los alimentos, la administración parcial o total del presupuesto familiar, la supervisión de trabajos y de tareas en el ámbito del hogar, y un largo etcétera. Una ocupación invisible que se prolonga 24 horas durante los 365 días del año, que no disfruta de vacaciones y donde no existe el despido.

Han pasado unos años desde que Toti escribió Los grafitis de mamá, un texto humorístico sobre los avatares de una mujer “corriente”, ama de casa, sin trabajo fuera de ella. Una mamá, ahora abuela, que ha puesto al día esta nueva edición revisada y ampliada.

Opinión personal:

Los grafitis de mamá, ahora abuela es un monólogo humorístico contado por una madre y abuela que está hasta el higo de toda su prole. Que sí, que los quiere mucho, pero que también necesita tiempo para quererse ella.

Toda la trama ocurre en un solo día, el del 66 cumpleaños de esta señora que, en clave de humor, nos narra todo lo que acontece en su vida desde que se levanta hasta que se acuesta. Casa, marido, nietos... la pobre mujer no tiene tiempo, literalmente, ni de ponerse crema en la cara. Y como diría mi madre ni pagá ni agradecía.

"Hombre... ya es mayorcito para decidir por sí solo, pero, desde luego, si él me pide mi opinión, le diré lo mismo que cuando lo conocí: que me gustan los hombres con barbas y, sobre todo, que me gusta él"

Ahora, las jóvenes estaréis pensando "buah, no lo leo porque no me voy a sentir identificada". Igual con la protagonista no, pero sí con sus hijos. Si vais a ver ahí, muchos de vosotros, a vuestra madre o abuela, siempre sacrificada, siempre quitándose plumas de sus alas para poder hacer más grandes las vuestras... y, bueno, creo que son cosas que no terminaremos de entender hasta que no tengamos hijos. Aun así, deja una reflexión muy buena y cómica sobre la puta mierda que es dedicar la vida a cuidar de la casa y de los demás, sobre todo si nadie lo hace con nosotros.

Me ha encantado la protagonista, una mujer que con la edad que tiene es tolerante y abierta, tanto a las diferentes maneras de vivir, como a las distintas orientaciones sexuales. Acepta a sus hijos, uno de cada leche, tal y como son, respeta sus vidas y sus decisiones. Y no solo a ellos, sino a todas las personas. Una mujer encantadora y divertida que te hará pasar un ratito ameno, ya que el libro se lee del tirón.