En esta ocasión, nos trasladamos a Edimburgo para hablaros
de una práctica que fue habitual en el siglo XIX y que, en el caso que os voy a
relatar a continuación, se fue de las manos.
En 1832 hubo una gran escasez de cadáveres para su investigación
en facultades de medicina, por lo que algunos optaron por robar los cuerpos de
los fallecidos y venderlos a las universidades, las cuales ni se preocupaban de
su procedencia.
De este hecho, se aprovecharon William Burke y William Hare
(también conocidos como los asesinatos de West
Port), los cuales pensaron que sería más fácil asesinar a personas
solitarias, vagabundos y prostitutas que desenterrar los cadáveres de los
cementerios con la complicidad de Helen
McDougal, la amante de Burke, y Margaret Laird, esposa de Hare, los cuales eran dueños de una
pensión.
El método que usaban para asesinar a sus víctimas, de las
que se contabilizan dieciséis aunque puede que fueran algunas más, era la
asfixia. Pero no una cualquiera. Lo que hacían era que mientras uno de ellos
sujetaba a la víctima por detrás, el otro, con una mano, le colocaba los dedos
índice y medio en los orificios nasales, mientras con el pulgar debajo de la
barbilla le impedía abrir la boca, lo que asfixiaba a la víctima en poco tiempo.
Aún hoy, esa forma de estrangulamiento es conocida como el "Método Burke" y la palabra inglesa "burking" se usa para definir la
forma de matar comprimiendo el pecho de
la víctima hasta asfixiarla. Ambos derivan del nombre de William, quién sería el que llevaba a
cabo de forma activa los asesinatos.
El primer cuerpo que vendieron al doctor Robert Knox fue un hombre que murió de
causas naturales en la habitación que tenía alquilada. Al ver lo lucrativo que
resultaba comerciar con cadáveres, decidieron asesinar a las personas más vulnerables,
e incluso a algún conocido o familiar que sabían que a nadie le importaban.
Parecía que nadie sospechaba de ellos, hasta que James y Ann Gray, dos inquilinos de la pensión escucharon unos extraños
ruidos en mitad de la noche. Cuando estuvieron solos, investigaron por el lugar
y encontraron el cuerpo de una mujer debajo de la cama. Fueron a denunciar el
hecho, y por el camino a la comisaría se encontraron con Helen McDougal, que intentó sobornarles en vano.
Antes de que llegara la policía, Burke y Hare llevaron el
cadáver al doctor Knox. Al llegar
las autoridades, los testimonios se contradecían por lo que les arrestaron. Un
mensaje anónimo les llevó hasta Knox,
dónde encontraron la última víctima de estos dos hombres.
Como la policía no tenía un caso sólido por falta de
pruebas, tentaron para que Hare confesara
y testificara contra Burke. Sus
palabras fueron la sentencia de muerte para William: el 28 de enero de 1829, William Burke fue colgado y diseccionado públicamente en la Escuela de Medicina de
Edimburgo. Su esqueleto, máscara mortuoria y objetos que se hicieron con su
piel están aún hoy expuestos en el museo de la escuela.
Sobre las condenas del resto de culpables, se sabe que las
dos mujeres quedaron en libertad y huyeron tratando de evitar el linchamiento
público. Por su parte, William Hare
fue puesto en libertad en febrero de 1829.
El doctor Knox
negó cualquier vinculación con los hechos, aunque se sabe que siguió contando
con ladrones de cadáveres para sus clases de anatomía.
Estos hechos hicieron que se creara el Acta de Anatomía en 1832, en el que quedaba prohibida estas prácticas
y donde el gobierno expandía de forma legal los cadáveres para su estudio.
Los asesinatos de West
Port fueron una llamada de atención al gobierno ante la falta de cadáveres
que llegaban a las universidades para su estudio, y es que hay que pensar que
gracias a las clases de anatomía y la disección de cuerpos se descubrieron
muchos aspectos del cuerpo humano que hasta ese momento eran desconocidos para
la ciencia y son la base de la medicina moderna.
¿Qué os ha parecido este pequeño repaso una parte de la
historia oscura de medicina?
Fuentes:
Hola! Vaya con la historia, que yuyu. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarUn saludo!
Ualaaaaa!! Espeluznante y muy interesante. Lo del comercio de cuerpos es escalofriante, la verdad. Y siempre pagaban los seres más solitarios. Por dios que pena. En fin.. suerte que los pescaron.
ResponderEliminarMe encantan tus entradas macabras.
Besos
DIOS!
ResponderEliminarMenuda historia... que mal rollo la verdad. A ver, que entiendo que los médicos necesitaran cuerpos para la ciencia pero hasta el punto de pagar por cadáveres sin preguntar de dónde salían?
No conocía para nada la historia pero... tela!
Saludos!
¿viste el docu sobre estos tipejos en Crimen e investigación? Uuuuuf, yo conocía la historia pero verlos recreados....
ResponderEliminarMe encantan tus Crosshistorias!! 👻👻👻
Esta historia es realmente espeluznante... :-)
ResponderEliminarBesos.
Me encanta la historia de Burke and Hare, aun tengo que ir a ver su esqueleto! Por cierto, la pelicula tambien esta muy bien, la hicieron con un toque de humor y se disfruta mucho :P
ResponderEliminarGracias por la entrada!
Besos!
¡Hola!
ResponderEliminarEstas historias me dan cosilla,ja,ja.
Gracias por la entrada :)
Besos.
Este no es para mí.
ResponderEliminarBesos
Hola! Mira que estos temas me dan muy mal rollo pero me encanta descubrirlos porque no tenía ni idea, jejeje.
ResponderEliminarBesos!
Uisss que fuerte, lo que hace la gente por dinero.
ResponderEliminarNo conocía esta historia, pero me ha encantado!! Super curiosa.
ResponderEliminarBesitos