¡Hola, Javier! Lo primero, darte la bienvenida a mi web. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?
¡Hola! Gracias por acogerme.
Pues en algún momento de mi vida decidí prometerme no tener días normales, pero casi todos suelen empezar a las 6 de la mañana. Suelo dedicar las primeras horas antes del horario de oficina a escribir, a relajarme, a darme tiempo para estar conmigo mismo y prepararme mentalmente para lo que toque.
Después, dependiendo del día me tocará hacer una cosa u otra, pero casi siempre estoy compaginando varios trabajos y proyectos. Por la mañana suelo hacer trabajo de oficina y ensayar, por las tardes suelo tener reuniones y recibir o impartir clases…
Suelo tener un margen de atención muy pequeño. Me aburro rápido de las cosas. Así que me dedico a facetas de mi vida muy distintas a lo largo del mismo día: puedo dirigir un espectáculo por la mañana, montar una web o diseñar un cartel de otro por la tarde, componer por la noche, recibir clases de impro, dar clases de marketing, hacer algún proyecto audiovisual para clientes…
El otro punto en común que suelen tener todos los días es que cierro el gimnasio, porque suelo llegar tarde a casa. Voy relajando pulsaciones con una buena serie o película (eso sí que es sagrado) y a por el siguiente.
Has escrito y dirigido más de 35 espectáculos, entre ellos muchos musicales. ¿Cuánta importancia tiene la música en tu vida?
¿La música o los musicales?
La música, toda. Soy un melómano empedernido. Puedo escuchar un disco nuevo al día, mínimo. Voy desde el Black Metal hasta el IDM, el jazz, la rock progresivo, el trap, la ópera o el country. Dependiendo de la época cojo un género y lo destripo. No le hago ascos a nada. Pero necesito la música como el respirar.
Lo cierto es que los musicales no son santo de mi devoción. Por lo general siempre me ha parecido un género estancado en sus propias convenciones. Aunque hay excepciones, casi siempre historias que o bien se adaptan muy bien al género (que cada vez son menos los casos, leo que hay un musical de Rocky y lloro) o bien que me sorprendían por romper elementos y hacer cosas locas.
También compongo música electrónica (tengo un sintetizador modular Eurorack en el que me pierdo cuando necesito desestresarme, entre otros cacharros) y hip-hop experimental. Suena tremendamente pedante, pero es así. Me encantaría poder hacer el diseño sonoro de mis propios proyectos y contar historias a través del rap, huyendo de la mitología urbana del pseudo-delincuente de polígono. Me parece que el hip-hop es un género muy interesante para alguien como yo, que se considera principalmente escritor, y para poder darle salida a algunas historias que de otra forma no verían la luz. Mi primer intento salió este mayo y se llama “El Más Fuerte”, un musical hip-hop que habla del acoso escolar y que bebe mucho de Hamilton, por ejemplo. El chute de felicidad al hacerlo y la reacción positiva entre compañeros y público fue tal que quiero seguir explorando esta faceta. Pero es nueva para mí.
Todo esto es una forma muy enrevesada de decir que sí, que la música tiene toda la importancia del mundo en mi vida. Soy Rob de Alta Fidelidad.
Hablando de música...si te diesen a elegir, ¿qué musical de toda la historia del espectáculo te gustaría haber escrito?
Hamilton, precisamente por lo que decía antes. Lin-Manuel Miranda es un auténtico genio. Ha hecho que vea los musicales, el hip-hop, la poesía y los primeros años de los Estados Unidos con otros ojos.
También el mundo audiovisual está muy presente en tu carrera: cortos, videoclips, videojuegos... ¿Qué te aporta cada una de estas facetas?
Yo me presento como alguien que cuenta historias, como un narrador. Lo que más me atrae de un medio u otro son sus posibilidades narrativas. Hay cosas que puedes contar con música y no con imágenes, mientras que hay otras que puestas encima de un escenario cobran mucha fuerza.
Los videojuegos fueron mi primer amor. Antes de dedicarme al cine o al teatro fui periodista especializado en videojuegos. Escribí en medios como MeriStation, MarcaPlayer, IGN…
Por eso, soy muy amante del teatro inmersivo e interactivo, de los pervasive games, del mezclar videojuegos, cine y teatro para generar una experiencia completa que difumine los límites entre la vida real de la ficción. Ojalá pueda pronto explorar mis ideas al respecto. Pero sin duda, mi filosofía y por lo que me dedico a cosas tan distintas es que, al final, todo es lo mismo: todo es un equivalente sofisticado a juntarse sentados alrededor del fuego y contar cosas increíbles que nos sirvan para darle sentido a la vida.
Actualmente diriges “Bella y Bestia”. ¿Qué de novedoso podemos encontrar en tu versión que no tengan las demás?
Este musical lo hemos concebido como un cuento que habla de los cuentos. Nuestra trayectoria, y la mía en particular, siempre ha girado alrededor de los cuentos clásicos, y me parecía que Bella y Bestia brindaba una oportunidad ideal para hablar del poder de los cuentos, de su utilidad y de su importancia.
Nuestro lema como compañía es que hacemos “Historias de siempre, contadas como Nunca”. En esta ocasión, los cambios más importantes respecto a la historia original se encuentran en los personajes. Los sirvientes encantados del castillo no son objetos, sino humanos con “deformaciones” que representan pecados capitales y que, aunque son igualmente desternillantes, lo son por distintas razones. Por ejemplo, el mayordomo del castillo es un bocazas que no para de hablar, la cocinera no puede dejar de comer su propia comida, y el limpiador tiene un TOC que hace que se obsesione con cada mota de polvo que ve por el suelo.
La relación entre Bella y Bestia también tiene cambios fundamentales, aunque los personajes son esencialmente los mismos que conocemos. Queríamos hablar de conceptos como el quererse a uno mismo por encima de querer a los demás, entender el amor como algo que suma y no como una necesidad irracional como se representa en Hollywood normalmente… desarrollar una relación entre iguales, abordando algunos prejuicios de género de forma que lo entienda cualquier niño.
Todo esto es una forma muy sesuda de decir de que nuestro musical respeta muchísimo el imaginario colectivo, pero quiere darle otra perspectiva al cuento. Primero, para los niños, que tienen otra forma de ver las cosas que nada se asemeja a los niños de hace cuarto de siglo, en el caso de la adaptación de Disney; segundo, para los padres que ya conocen de sobra cómo empieza, se desarrolla y termina la historia. Lo ideal es que salgan del teatro hablando sobre sus personajes favoritos, sobre las canciones, sobre algunos puntos interesantes de la historia…
¡Ah! Hablando de la música. Tenemos 7 temas originales que, al contrario que en otras adaptaciones que hemos hecho, que han sido más variados en estilo, en esta ocasión nos hemos decantado por llevárnoslo a Broadway, a un terreno más dramático. Creemos que tenemos temas que van a poner a papás y a niños los pelos de punta, junto a algunos más juguetones y tarareables.
Estoy segura de que vais a llenar el Teatro Maravillas, así que...¿tenéis pensada para después una gira nacional? ¿Os podré ver en Málaga?
Por ahora tenemos alguna cita obligada en teatros fuera de Madrid, como en el Palacio Euskalduna de Bilbao, aunque seguro que tarde o temprano pasaremos por Málaga, porque es una ciudad que nos encanta y en la que tenemos a personas queridas por nosotros. Hay varios sitios de la península que nunca nos fallan y a los que tenemos muchas ganas de presentarles este proyecto.
Para terminar, darte mil veces las gracias y hacerte una última pregunta: ¿eres feliz?
Hoy sí. Mañana, a saber.
¡Muchas gracias, Javier!
Hola
ResponderEliminarVaya, un gusto conocerte a aquellos que están detrás de obras tan bonitas.
Besos
Hola! Muchas gracias por la entrevista, está genial como siempre!
ResponderEliminarUn saludo!