Renacida. Panini Comics.
Edición original. Reborn 1 al 6 USA. Millarworld.
Cartoné. 192 pp. color. 18,00 €
Sinopsis:
Mark Millar, el creador de Kick-Ass y The Ultimates, se une a Greg Capullo, el aclamado dibujante del Batman de Scott Snyder, para concebir la historia de ciencia ficción del año. ¿Dónde vas cuando mueres? Ni al cielo ni al infierno: a otro sitio. Un sitio donde tienes que luchar para sobrevivir y donde las personas de tu pasado te están esperando: los buenos... y los malos.
Opinión personal de Tony Jiménez:
Hay autores que trascienden su obra. Existen varias maneras de considerar este concepto, y uno de ellos, quizás el más simplificado, es el del autor marca, ese creador que se ha convertido en un sello, en una colección, en una serie, o volviendo a lo de antes, en una marca en sí misma, como si cada nueva obra que pariera se convirtiese en un éxito instantáneo, de público y crítica, sólo por salir con su nombre. Esto es algo que se da en multitud de áreas de ocio artístico, poniendo énfasis en el cine, la música, la pintura y la literatura, sin despreciar la importancia que cada vez más va adquiriendo en series y videojuegos. Sin irnos demasiado lejos, ¿acaso Stephen King no es ya una marca en sí mismo? ¿No podemos contar por millones los lectores del de Maine que se acercan a cada nueva novela o antología que publica, sin tener en cuenta críticas, reseñas y análisis previos? Lo único que importa es que es una obra de King. King. King. El apellido en la portada del libro. King. Bien en grande. Que sea vea sin un atisbo de duda. Pero, por supuesto, no es con nuestro querido Steve con el único que ocurre a la hora de pasarnos por una librería. Dan Brown, J. K. Rowling, Dean Koontz, Dolores Redondo... La lista es larga, suele ir acompañada de una coletilla al estilo "Del autor/a de..." y es una técnica de marketing bastante eficaz que, como os comentaba, también se da en otros medios.
Pasando, por ejemplo, al cine de terror ¿cuántas veces habéis leído eso de "De los productores de..."? Desde el éxito que supuso "Insidious", de James Wan, es un no parar cuando se encuentra Blumhouse Productions en la realización de algún filme del género. Por supuesto, con los directores también ocurre, y si bien hemos mencionado a Wan, también podríamos señalar a otros ya más clásicos como Quentin Tarantino y Tim Burton. ¿No es cierto que ambos son directores marca? Algo que se ha extendido incluso al merchandising, e incluso, en estos dos casos, hablamos de realizadores con universos tan personales como conectados entre las distintas obras que llevan a cabo. Y como olvidar, por ejemplo, a uno de los reyes del autor marca: Alfred Hitchcock. ¡Si hasta contaba con una estupenda serie de televisión donde él mismo presentaba pequeñas historias repletas de suspense y horror! Con esta idea en la cabeza, y sin ánimo de alargar más esta quizás innecesaria explicación para introducir la idea que subyace bajo la preparación del cómic cuya crítica tenéis entre manos, me gustaría centrarme en el mundo del cómic, donde este tipo de autores, este "modelo" de autoría, viene de lejos y es algo a lo que estamos muy acostumbrados los fans de las viñetas. Al fin y al cabo, con miles de números de cientos de colecciones a nuestras espaldas, nos es fácil acostumbrarnos a ciertos autores, en especial, a guionistas y dibujantes, dispuestos en las series muchas veces por etapas, series limitadas, novelas gráficas muy concretas y/o tomos. La estructura de la industria comiquera posibilita la creación del autor marca, sobre todo, alrededor del dibujante, por aquello tan discutible de "una imagen vale más que mil palabras". Que se lo digan a las Marvel y DC de los 90, una época en la que los dibujantes movían casi por completo la industria, convirtiéndose en absolutas estrellas, hasta el punto de que muchos se transformaron en guionistas de la noche a la mañana, moviendo ingentes cantidades de dinero y especulación que a punto estuvieron de acabar con las dos grandes editoriales de cómics de Estados Unidos.
Edición original. Reborn 1 al 6 USA. Millarworld.
Cartoné. 192 pp. color. 18,00 €
Sinopsis:
Mark Millar, el creador de Kick-Ass y The Ultimates, se une a Greg Capullo, el aclamado dibujante del Batman de Scott Snyder, para concebir la historia de ciencia ficción del año. ¿Dónde vas cuando mueres? Ni al cielo ni al infierno: a otro sitio. Un sitio donde tienes que luchar para sobrevivir y donde las personas de tu pasado te están esperando: los buenos... y los malos.
Opinión personal de Tony Jiménez:
Hay autores que trascienden su obra. Existen varias maneras de considerar este concepto, y uno de ellos, quizás el más simplificado, es el del autor marca, ese creador que se ha convertido en un sello, en una colección, en una serie, o volviendo a lo de antes, en una marca en sí misma, como si cada nueva obra que pariera se convirtiese en un éxito instantáneo, de público y crítica, sólo por salir con su nombre. Esto es algo que se da en multitud de áreas de ocio artístico, poniendo énfasis en el cine, la música, la pintura y la literatura, sin despreciar la importancia que cada vez más va adquiriendo en series y videojuegos. Sin irnos demasiado lejos, ¿acaso Stephen King no es ya una marca en sí mismo? ¿No podemos contar por millones los lectores del de Maine que se acercan a cada nueva novela o antología que publica, sin tener en cuenta críticas, reseñas y análisis previos? Lo único que importa es que es una obra de King. King. King. El apellido en la portada del libro. King. Bien en grande. Que sea vea sin un atisbo de duda. Pero, por supuesto, no es con nuestro querido Steve con el único que ocurre a la hora de pasarnos por una librería. Dan Brown, J. K. Rowling, Dean Koontz, Dolores Redondo... La lista es larga, suele ir acompañada de una coletilla al estilo "Del autor/a de..." y es una técnica de marketing bastante eficaz que, como os comentaba, también se da en otros medios.
Pasando, por ejemplo, al cine de terror ¿cuántas veces habéis leído eso de "De los productores de..."? Desde el éxito que supuso "Insidious", de James Wan, es un no parar cuando se encuentra Blumhouse Productions en la realización de algún filme del género. Por supuesto, con los directores también ocurre, y si bien hemos mencionado a Wan, también podríamos señalar a otros ya más clásicos como Quentin Tarantino y Tim Burton. ¿No es cierto que ambos son directores marca? Algo que se ha extendido incluso al merchandising, e incluso, en estos dos casos, hablamos de realizadores con universos tan personales como conectados entre las distintas obras que llevan a cabo. Y como olvidar, por ejemplo, a uno de los reyes del autor marca: Alfred Hitchcock. ¡Si hasta contaba con una estupenda serie de televisión donde él mismo presentaba pequeñas historias repletas de suspense y horror! Con esta idea en la cabeza, y sin ánimo de alargar más esta quizás innecesaria explicación para introducir la idea que subyace bajo la preparación del cómic cuya crítica tenéis entre manos, me gustaría centrarme en el mundo del cómic, donde este tipo de autores, este "modelo" de autoría, viene de lejos y es algo a lo que estamos muy acostumbrados los fans de las viñetas. Al fin y al cabo, con miles de números de cientos de colecciones a nuestras espaldas, nos es fácil acostumbrarnos a ciertos autores, en especial, a guionistas y dibujantes, dispuestos en las series muchas veces por etapas, series limitadas, novelas gráficas muy concretas y/o tomos. La estructura de la industria comiquera posibilita la creación del autor marca, sobre todo, alrededor del dibujante, por aquello tan discutible de "una imagen vale más que mil palabras". Que se lo digan a las Marvel y DC de los 90, una época en la que los dibujantes movían casi por completo la industria, convirtiéndose en absolutas estrellas, hasta el punto de que muchos se transformaron en guionistas de la noche a la mañana, moviendo ingentes cantidades de dinero y especulación que a punto estuvieron de acabar con las dos grandes editoriales de cómics de Estados Unidos.
Precisamente, los dos autores de
"Renacida", son hijos de los 90, en el mejor de los sentidos, aunque
la carrera de ambos posee tanta veteranía que ya eran conocidos mucho antes.
Fue en dicha década cuando comenzaron a explotar su talento, alcanzando un
clímax, que continúa desde entonces, a principios del presente siglo XXI, uno a
mayor velocidad que el otro, por cierto, ambos con una calidad y alcance
envidiados por muchos otros artistas de similar profesión. Os hablo de Mark
Millar y Greg Capullo, y si sois fieles del mundo del cómic, seguro que no sólo
os sonarán esos nombres, sino que es bastante probable que hayáis leído un par
de trabajos suyos, e incluso, es muy posible que estén entre vuestros
guionistas y dibujantes favoritos. Entre los míos lo están, conociendo primero
a Capullo, el dibujante, cuando lo lógico, por aquel entonces, hubiera sido al
contrario. Precisamente, Greg Capullo siempre ha sido más conocido, adorado y
popular en Estados Unidos que fuera de sus fronteras, librándose casi siempre
del foco del reconocimiento de masas por diversos motivos personales que no
vienen al caso, creciendo su más que merecida fama con su incorporación al
nuevo universo DC, en una de las principales colecciones de los Nuevos 52:
"Batman". No fueron pocos los comiqueros que descubrieron en ella a
un artista que llevaba ya años despuntando, creando fans, construyéndose una
fama de autor marca con la que logra que uno se acerque a los cómics que dibuja
sin necesidad de saber de qué tratan.
Sin embargo, no fue el Caballero Oscuro quien posicionó a Capullo en primera línea, sino el Engendro del Infierno protagonista de "Spawn", creación de Todd McFarlane, precisamente, uno de esos dibujantes noventeros de los que os hablaba antes, uno de los que mejor terminaron y que mejor han sabido moverse para sobrevivir a lo que vendría después. Spawn, personaje del que me reconozco como muy fan, tenía mucho de Batman, y admito que mientras devoraba sus cómics, sobre todo, la longeva, exitosa y sobresaliente etapa con Capullo de dibujante, pensaba en el artista para que se hiciera cargo del protector de Gotham en el futuro; quién me iba a decir a mí que, a pesar de la tardanza, mi deseo se vería cumplido. ¿Es mucho pedir que también acabe dibujando a Spiderman, Punisher, Lobezno y otros de mis personajes comiqueros favoritos? Por cierto, el estilo de Capullo es muy, muy deudor del de Todd McFarlane, tanto que hay viñetas y páginas dibujadas por ambos que cuesta distinguir a quién pertenecen. Por supuesto, ¿cómo pasar al guionista de "Renacida" sin mencionar "The Creech", la obra más personal de Capullo? Dos series limitadas que prometían ser trilogía (nos quedamos a medias, lamentablemente), donde el dibujante no sólo nos ofrecía su espectacular arte para dar vida a una historia con mucha acción y ciencia-ficción, sino que también se ponía en modalidad guionista para contarnos las desventuras de una especie de enorme clon alienígena con el cerebro de un científico pacifista y un chip que le ocasionaba ataques de rabia, una criatura que era la destrucción personificada cuando su intelecto no interfería en las oleadas de violencia.
Sin embargo, no fue el Caballero Oscuro quien posicionó a Capullo en primera línea, sino el Engendro del Infierno protagonista de "Spawn", creación de Todd McFarlane, precisamente, uno de esos dibujantes noventeros de los que os hablaba antes, uno de los que mejor terminaron y que mejor han sabido moverse para sobrevivir a lo que vendría después. Spawn, personaje del que me reconozco como muy fan, tenía mucho de Batman, y admito que mientras devoraba sus cómics, sobre todo, la longeva, exitosa y sobresaliente etapa con Capullo de dibujante, pensaba en el artista para que se hiciera cargo del protector de Gotham en el futuro; quién me iba a decir a mí que, a pesar de la tardanza, mi deseo se vería cumplido. ¿Es mucho pedir que también acabe dibujando a Spiderman, Punisher, Lobezno y otros de mis personajes comiqueros favoritos? Por cierto, el estilo de Capullo es muy, muy deudor del de Todd McFarlane, tanto que hay viñetas y páginas dibujadas por ambos que cuesta distinguir a quién pertenecen. Por supuesto, ¿cómo pasar al guionista de "Renacida" sin mencionar "The Creech", la obra más personal de Capullo? Dos series limitadas que prometían ser trilogía (nos quedamos a medias, lamentablemente), donde el dibujante no sólo nos ofrecía su espectacular arte para dar vida a una historia con mucha acción y ciencia-ficción, sino que también se ponía en modalidad guionista para contarnos las desventuras de una especie de enorme clon alienígena con el cerebro de un científico pacifista y un chip que le ocasionaba ataques de rabia, una criatura que era la destrucción personificada cuando su intelecto no interfería en las oleadas de violencia.
Si de los dos autores principales
de "Renacida", Capullo es el "escondido", por así decirlo,
Mark Millar es el que ocupa las portadas, el que chupa cámara y el que busca
los primeros planos en todo momento. A pesar de haberse pasado por DC, en
especial, para realizar algunos cómics de Superman bastante acertados, es más
conocido por sus trabajos propios y en Marvel, dedicándose de un tiempo a esta
parte casi en exclusiva a los primeros con su línea Millarworld, publicada
entre distintas editoriales, posicionándose Image como la favorita del autor.
Famoso por obras tan interesantes como "The Ultimates" (actualización
de los Vengadores de Marvel para el siglo XXI, y que sentó las bases de gran parte
del universo cinematográfico de Marvel Studios), "El viejo Logan",
"1985", "Marvel Knights: Spiderman" y "Civil
War", las obras del guionista para Millarworld tampoco se han quedado
atrás en cuanto a popularidad. "Los Vengadores" de Joss Whedon,
"Logan" y "Capitán América: Civil War", entre otros filmes
y conceptos adoptados por Marvel para sus filmes (fuera y dentro del
espectacular universo compartido de Marvel Studios), no necesitan presentación,
pero ¿y si recordamos que las dos entregas cinematográficas de
"Kick-Ass" nacieron a partir de cómics de Millar? Sin olvidar las
rompedoras "Kingsman: Servicio Secreto" y "Kingsman: El círculo
de oro", ni la adrenalinica "Wanted (Se busca)", que está a
punto de cumplir nada más y nada menos que diez años. Mark Millar siempre se ha
mostrado como un guionista sin pelos en la lengua, experto en personajes
chulescos, situaciones "cool", cómics blockbusters y viñetas que se
graban a fuego en la mente de cualquier comiquero. Además, no es un tipo tonto,
más bien, todo un inteligente experto en marketing. No es de extrañar que en
este año 2017 haya vendido Millarworld a Netflix, con todo lo que ello
conlleva; desde secuelas de algunos de los filmes basados en sus obras que no
han encontrado acomodo en Hollywood hasta nuevas adaptaciones, pasando por
series, como la que parece que se prepara sobre "Renacida", tal y
como indican declaraciones como las de la entrevista a Capullo y a Millar que
contiene este tomo editado por Panini. Tampoco está de más recordar que el Millarworld
es una especie de universo casi compartido por los personajes de las diferentes
obras personales de su autor, donde cada nuevo título parece destinado a llenar
las salas de cine, o las pantallas de televisión, claro.
Poca duda cabe de que "Renacida"
es un cómic de autor. De autores marca, en realidad. Esto es remarcable por una
trama que es complicada de explicar sin soltar spoilers, centrándose así más el
cómic en el nombre de los autores, los mejores y mayores atractivos que han
convertido a la obra en un éxito instantáneo, tanto de crítica como de público.
Sin embargo, y a pesar de lo complicado que es hablar de "Renacida"
sin soltar ni un solo spoiler, aquí vamos a ahondar en ella, una vez nos hemos
ocupado del guionista y el dibujante. Tenemos entre manos una historia
protagonizada por la anciana Bonnie Black de ochenta años de edad, o casi
ochenta, una mujer fuerte que vive con intensidad en un hospital los que pueden
ser sus últimos días en la Tierra, hasta que, finalmente, lo son. Bonnie muere,
o eso parece, dejando a familiares destrozados y el cadáver del amor de su
vida, su marido, al que perdió quince años atrás a manos de un asesino. Sin
embargo, Bonnie no despierta en el Cielo, aunque tampoco en el Infierno, ni se
ve consumida por la más absoluta nada. La mujer, con el aspecto y la vitalidad
que presentaba a los veinticinco años de edad, despierta en una especie de
realidad de fantasía, donde no sólo se encuentra con orcos, dragones, hadas,
bestias mitológicas, demonios, trolls e increíbles abominaciones, sino con
numerosas personas que han pasado por su existencia, siendo su querido padre
quien le explica dónde se halla, y que es, ni más ni menos, que la elegida para
enfrentarse a un siniestro mal que avanza sin cuartel. Para ello contará no
sólo con la ayuda de su padre y algunos antiguos conocidos, sino con una de sus
antiguas mascotas, ahora un animal fiero y guerrero, capaz, además, de
encontrar a su fallecido esposo en las vastas y verdes llanuras del fantasioso
universo en el que se mueve.
"Renacida" es algo más que fantasía épica, aunque también lo es, y en oleadas. Seres de leyenda se amontonan alrededor de la protagonista, cuya mejor arma es una espada y su mayor enemigo una especie de bestia cornuda similar a un Lucifer sin la piel roja. Sin embargo, multitud de conceptos tecnológicos adornan su camino, como partes del traje que porta, o muchas de las armas que se utilizan, tanto por parte de sus aliados como por parte de sus enemigos. Millar hace una mezcla genial, aunque es evidente que tira más por la parte de la fantasía, con grandes dosis de acción, épica, aventuras, ciencia-ficción y unas pizcas de terror, ingredientes que le van como anillo al dedo a Capullo, hasta el punto de que no es complicado imaginarse el mundo que dibuja el ilustrador formando parte de uno de los círculos del infierno que tan bien nos mostraba en "Spawn", eso sí, más luminoso que de costumbre, por lo que igual estamos hablando de parte del particular Cielo que en alguna ocasión nos enseñó. Y de Cielo e Infierno va la historia, por lo que no es casualidad que Greg Capullo esté de por medio. Bueno, no va del todo sobre el Cielo y el Infierno, que no dejan de ser menciones secundarias en la trama principal, sino que Millar se esfuerza más por contarnos un relato acerca de lo que hay al otro lado, en el más allá, o lo que es lo mismo, al lugar al que vamos cuando morimos. ¿El vacío? ¿La nada? ¿El Purgatorio? ¿Reencarnación? ¿Una estación alienígena? ¿Algo peor? Y ese es precisamente el toque diferenciador que contiene "Renacida". No sólo es fantasía épica unida a ciencia-ficción con aires de blockbuster (aunque al final tenga más posibilidades de convertirse en una serie de televisión), sino que posee un trasfondo muy apropiado para charlar una vez concluida su lectura. Un debate que no sólo gira alrededor de lo que hay más allá, de nuestro destino una vez dejamos la vida, sino también acerca de cómo hemos influido en el mundo, en la existencia de otros y lo que nos llevamos a ese incierto más allá. Nuestros recuerdos, nuestras alegrías, nuestras tristezas, nuestros seres queridos (humanos y animales), nuestras vivencias, nuestros anhelos, nuestras desgracias, nuestras victorias, nuestras derrotas, nuestras lágrimas, nuestras sonrisas, nuestros amores... Greg Capullo logra condensar magníficamente todo el significado de la obra en una hermosa y genial viñeta a toda página donde los recuerdos de la protagonista se van quebrando sobre ella en forma de lámpara de araña de cristal que contiene todo lo que he dicho y aún más.
"Renacida" es algo más que fantasía épica, aunque también lo es, y en oleadas. Seres de leyenda se amontonan alrededor de la protagonista, cuya mejor arma es una espada y su mayor enemigo una especie de bestia cornuda similar a un Lucifer sin la piel roja. Sin embargo, multitud de conceptos tecnológicos adornan su camino, como partes del traje que porta, o muchas de las armas que se utilizan, tanto por parte de sus aliados como por parte de sus enemigos. Millar hace una mezcla genial, aunque es evidente que tira más por la parte de la fantasía, con grandes dosis de acción, épica, aventuras, ciencia-ficción y unas pizcas de terror, ingredientes que le van como anillo al dedo a Capullo, hasta el punto de que no es complicado imaginarse el mundo que dibuja el ilustrador formando parte de uno de los círculos del infierno que tan bien nos mostraba en "Spawn", eso sí, más luminoso que de costumbre, por lo que igual estamos hablando de parte del particular Cielo que en alguna ocasión nos enseñó. Y de Cielo e Infierno va la historia, por lo que no es casualidad que Greg Capullo esté de por medio. Bueno, no va del todo sobre el Cielo y el Infierno, que no dejan de ser menciones secundarias en la trama principal, sino que Millar se esfuerza más por contarnos un relato acerca de lo que hay al otro lado, en el más allá, o lo que es lo mismo, al lugar al que vamos cuando morimos. ¿El vacío? ¿La nada? ¿El Purgatorio? ¿Reencarnación? ¿Una estación alienígena? ¿Algo peor? Y ese es precisamente el toque diferenciador que contiene "Renacida". No sólo es fantasía épica unida a ciencia-ficción con aires de blockbuster (aunque al final tenga más posibilidades de convertirse en una serie de televisión), sino que posee un trasfondo muy apropiado para charlar una vez concluida su lectura. Un debate que no sólo gira alrededor de lo que hay más allá, de nuestro destino una vez dejamos la vida, sino también acerca de cómo hemos influido en el mundo, en la existencia de otros y lo que nos llevamos a ese incierto más allá. Nuestros recuerdos, nuestras alegrías, nuestras tristezas, nuestros seres queridos (humanos y animales), nuestras vivencias, nuestros anhelos, nuestras desgracias, nuestras victorias, nuestras derrotas, nuestras lágrimas, nuestras sonrisas, nuestros amores... Greg Capullo logra condensar magníficamente todo el significado de la obra en una hermosa y genial viñeta a toda página donde los recuerdos de la protagonista se van quebrando sobre ella en forma de lámpara de araña de cristal que contiene todo lo que he dicho y aún más.
De este modo,
"Renacida" llama a la reflexión tras su lectura, convirtiéndose en
una de esas historias comiqueras que hacen falta en un medio casi fagocitado
por los superhéroes. Y ojo, no lo digo de manera peyorativa. Después de todo,
soy muy fan de los cómics de superhéroes, vengan de la editorial que vengan,
pero es cierto que, al menos de vez en cuando, viene bien que alguien nos
recuerde que el mundo del cómic es más que eso, y que se pueden contar más
historias en él, relatos tan emotivos como espectaculares, lejos de las mallas,
los malvados supervillanos y los planes de estos para conquistar el país, el
mundo, la galaxia o lo que se tercie. "Renacida" es un cómic...
bonito, enternecedor y muy capaz de conseguir que nos echemos un vistazo a
nosotros mismos durante un buen rato, repasando nuestra vida y a quienes nos
acompañan en ella, tanto a quienes nos la hacen mejor como a quienes han pasado
por ella momentáneamente para ponernos la zancadilla. Por supuesto, no hay que
olvidar que nos encontramos ante un cómic de autor marca, uno bastante indicado
para seguidores de Mark Millar y Greg Capullo, uno con toneladas de acción,
diversión y lucha entre el bien y el mal, repleto de tópicos (algunos molestan,
y otros no) y con algunas decisiones argumentales bastante discutibles (el giro
argumental sobre el villano se ve venir, aunque es bastante bueno; sin embargo,
no lo es el destino de uno de sus generales, teniendo en cuenta las razones por
las que va tras la heroína). Pero esos detalles son sólo la superficie de un
argumento que muchos han subrayado como estúpido, cuando en realidad, no puede
ser más trascendental, emotivo, profundo e intrínseco en el significado de ser
humano.
La edición de Panini no podría
ser más completa. Tomo de tapa dura que no sólo reúne los seis números que
comprenden "Reborn" en el original USA, sino que incluye también
bocetos de Greg Capullo, las biografías artísticas de los autores y una
interesante entrevista a estos sobre el proceso de creación del cómic y el futuro
que le espera; desde secuelas hasta la más que probable serie televisiva en
Netflix que comentábamos antes. La calidad del tomo de Panini es sobresaliente,
así como el precio, bastante ajustado para ser un producto de lujo, perfecto
para regalar o darse un buen capricho, siendo un título indicado especialmente
para aquellos fans de Mark Millar, Greg Capullo o ambos, aunque también es una
historia idónea para aquellos que no se acerquen a este medio porque los
superhéroes no les atraigan. "Renacida" es una historia que los no
habituados a los cómics pueden disfrutar de principio a fin, una nueva
demostración de que el concepto de autor marca no está encarcelado entre las
paredes del marketing y un estupendo ejemplo de que el mundo del cómic puede
dar mucho más de sí de lo que los tópicos y clichés a su alrededor nos dicen,
tópicos y clichés derruidos incluso por los cómics de superhéroes, por cierto.
"Renacida" nos remueve por dentro gracias al maravilloso arte de Greg
Capullo y a un sorprendentemente contenido Mark Millar, capaz de dejar su
chulería sólo a los villanos, creando a una protagonista dulce, fuerte,
decidida, valiente, vulnerable, real y alejada de muchas de sus creaciones
anteriores, sumergida en un argumento más profundo de lo que parece a simple
vista, y muy anclado en uno de los principales temas que clavan sus raíces en
el significado de ser humano, nuestro lugar en el universo y cómo cambiamos el
mundo a nuestro paso, si es que lo hacemos. "Renacida" nos recuerda
que si debemos tener seguridad de algo es de la muerte, aunque no de lo que nos
espera al otro lado.
Este para mi friki adorado al que quiero a pesar de ese frikismo 😸😸😸😸😸😸😸
ResponderEliminarMadre mía que reseña más completa, ha sido un placer leerla. Me parece un comic super interesante así que me lo apunto sin duda.
ResponderEliminarSaludos.
¡Muchas gracias por pasaros y comentar!
ResponderEliminarSí, Pelipequirroja, me parece que a cierto amigo friki que nombraste en cierta Cueva del Extraño, le encantaría este cómic, jajajaja.
Y gracias, Meri Rodvar. La verdad es que me ha salido más extensa de lo que pretendía, pero mira, si ha salido completa, miel sobre hojuelas. Mientras no haya salido pesada, me quedo tranquilo, jajajaja. Y sí, apuntatelo sin duda, porque es una grata lectura.
¡Gracias, gracias, gracias!
Abrazos.