Panini Comics
Autores
Skottie Young, Jean-Francois Beaulieu
Número de páginas
160 pp
Tamaño
18X27.5
Contiene
I Hate Fairyland 1-5 USA
Formato
Tomo en tapa dura
Interior
Color
ISBN
9788490949887
Sinopsis:
Skottie Young, el genio detrás de las versiones bebé de los héroes Marvel y de la serie de Mapache Cohete, vuelve del revés todos los tópicos sobre los cuentos de hadas. Imagina un cruce entre el escenario de Alicia en el País de las Maravillas y la violencia de Masacre. Te presentamos a Gert, una mujer de cuarenta años atrapada en el cuerpo de una niña de seis que no puede escapar de un mundo mágico al que llegó hace tres décadas. Únete a ella y a su gigantesca hacha para averiguar quién sobrevivirá a aquella que odia el Reino de las Hadas.
Opinión personal de Tony Jiménez:
Es curioso que el último (y por entonces, primer) cómic que reseñé para el presente blog fuera, precisamente, una obra de un autor marca, en este caso, de dos: Greg Capullo y Mark Millar, dibujante el primero y guionista el segundo de "Renacida", cómic que, por casualidades de la vida, también comparte algunos puntos en común con el que hoy os traigo. Y es curioso que mi primera reseña comiquera para Chica Sombra fuera el cómic de dos autores marca, porque ahora toca la obra de otro autor marca, de otro dibujante con un estilo tan particular como personal, carne de cañón para aquellos ávidos de merchandising adorable al más puro estilo de las figuras Funko Pop. Os hablo de Skottie Young, que con su primer cómic en solitario no sólo demuestra que sigue estando en la mejor forma posible, sino que todavía tiene mucho que ofrecernos más allá de los superhéroes y las magníficas adaptaciones de las novelas del Mago de Oz, una serie de cómics que no sólo trasladaban deliciosamente al mundo de las viñetas la conocida historia de la joven Dorothy. Con la gamberra, odiosa, salvaje y sanguinaria Gertrude, Young da un puñetazo encima de la mesa, dejando claro que no es un dibujante que se haya quedado anquilosado, o simplemente encasillado en un modo de hacer las cosas, en este caso, en las parodias babies de los héroes de Marvel. Skottie Young aún no ha tocado techo, aunque "I hate Fairyland" es el siguiente paso que da para hacerlo.
El guión, que lleva a cabo el
propio Young, es de una sencillez espectacular, necesaria para todo lo que nos
va a contar el escritor-ilustrador a partir de unas semillas harto conocidas
para los fans de los cuentos y la fantasía. Tenemos a Gertrude, una niña dulce,
infantil e inocente, como cualquier otra niña pequeña, que un buen día es absorbida
por un extraño vórtice que la conduce, según sus propios deseos, a una tierra
repleta de magia, risas, alegría e imaginación. Y así sucede. La cría llega al
País de las Hadas, habitado por todas las criaturas mágicas, sobrenaturales y
provenientes de los mundos de fantasía que podáis imaginar. Para volver a su
hogar, Gertrude debe hallar una llave que le abrirá la puerta indicada para
ello, una llave que, según le comenta la Reina del País de las Hadas, le será
fácil encontrar. De este modo, la niña inicia la presuntamente sencilla
búsqueda junto a un adorable ayudante que tiene mucho de Pepito Grillo, al
menos, a priori. Y colorín colorado... este cuento está muy, muy, muy lejos de
acabarse. ¿Por qué? Bueno... Hasta ahora hemos tenido un argumento como otro
cualquiera para un cuento de hadas, ¿verdad? No difiere mucho del Mago de Oz
del que hablábamos antes, e incluso de clásicos como "Alicia en el País de
las Maravillas", y los cientos de derivados que hemos tenido desde
entonces. En pocas palabras, los cimientos de "I hate Fairyland" son
harto conocidos. Y eso es lo que busca Young, frente a las críticas que podrían
salir y gritar que estamos ante lo mismo de siempre. Dejando a un lado que la
originalidad, a veces, está sobrevalorada, y que una obra original (si es que
eso existe a estas alturas) ni es sinónimo automático de calidad, y además
depende mucho de quien la disfrute, en el presente lo original es la visión que
dé cada autor de la misma historia contada por enésima vez. Skottie Young no es
que sepa todo esto a la perfección, sino que lo utiliza a su favor para
dejarnos con un palmo de narices a la hora de narrarnos la "dulce"
travesía de Gertrude por el País de las Hadas.
Tras los primeros y espectaculares compases de la pequeña en su nuevo hogar de fantasía, Young nos descubre no sólo que Gert no logró dar con la maldita llave, sino que se ha quedado atrapada durante décadas en el País de las Hadas, eso sí, con el cuerpo de una niña de apenas diez años y la mente de una mujer de casi cuarenta, que ha terminado siendo una cruel, sádica y violenta amargada con gusto por las palabras malsonantes, la carnicería y el uso de armas más grandes que ella. Es entonces cuando esos cimientos de los que os hablaba antes explotan por todas partes, organizando una masacre de las buenas, todo por obra y gracia de un Skottie Young que da un giro argumental tremendo a lo que nos contaba. Sí, seguimos asistiendo a la búsqueda de la llave por parte de Gertrude, pero todo ha cambiado, incluso su antaño alegre y vivaracho acompañante mágico, ahora más amargado incluso que ella, con gusto por la ironía y el sarcasmo, y bastante harto de la odisea en la que andan metidos, aunque ansiosos por hallar la llave y deshacerse de la "niña", a la que, en el fondo, considera su mejor amiga. Sin embargo, la Reina del País de las Hadas comienza a estar bastante cansada de la oleada de destrucción que deja Gert a su paso, con montañas de cadáveres de seres mágicos, incluyendo a los narradores del cuento que se nos narra. Es entonces cuando la monarca traza un plan para sacar del mapa a la apocalíptica cría, lo que empujará a ésta a conseguir un oscuro poder que podría poner en peligro a todo el País de las Hadas.
Tras los primeros y espectaculares compases de la pequeña en su nuevo hogar de fantasía, Young nos descubre no sólo que Gert no logró dar con la maldita llave, sino que se ha quedado atrapada durante décadas en el País de las Hadas, eso sí, con el cuerpo de una niña de apenas diez años y la mente de una mujer de casi cuarenta, que ha terminado siendo una cruel, sádica y violenta amargada con gusto por las palabras malsonantes, la carnicería y el uso de armas más grandes que ella. Es entonces cuando esos cimientos de los que os hablaba antes explotan por todas partes, organizando una masacre de las buenas, todo por obra y gracia de un Skottie Young que da un giro argumental tremendo a lo que nos contaba. Sí, seguimos asistiendo a la búsqueda de la llave por parte de Gertrude, pero todo ha cambiado, incluso su antaño alegre y vivaracho acompañante mágico, ahora más amargado incluso que ella, con gusto por la ironía y el sarcasmo, y bastante harto de la odisea en la que andan metidos, aunque ansiosos por hallar la llave y deshacerse de la "niña", a la que, en el fondo, considera su mejor amiga. Sin embargo, la Reina del País de las Hadas comienza a estar bastante cansada de la oleada de destrucción que deja Gert a su paso, con montañas de cadáveres de seres mágicos, incluyendo a los narradores del cuento que se nos narra. Es entonces cuando la monarca traza un plan para sacar del mapa a la apocalíptica cría, lo que empujará a ésta a conseguir un oscuro poder que podría poner en peligro a todo el País de las Hadas.
"I hate Fairyland" es y
no es una parodia. Lo es, porque lo que tenemos aquí es un cómic que vuelve del
revés todos los clichés y tópicos del género de fantasía, poniendo énfasis en
los cuentos fantásticos llenos de hadas, unicornios, cíclopes, plantas que
hablan, trolls, ogros y duendes. No lo es, porque Young se toma en serio a sí
mismo, se toma en serio la historia que él mismo escribe y, por supuesto, se
toma en serio a su genial protagonista, Gertrude, algo que también deberíamos
hacer todos. En un prólogo fantástico, el guionista y dibujante nos explica,
con todo lujo de detalles, cómo llegó a realizar esta obra, publicándola con la
editorial Image, un sueño hecho realidad, dado que se crio con muchos de sus
primeros cómics, como "Spawn" (sí, el ya mencionado Greg Capullo
sobrevuela la presentación del cómic, referenciado por Young debido a la
admiración que le profesa) y esa locura que es "The Maxx", entre
muchos otros. Es fácil hallar el origen de esta obra si tenemos en cuenta que
el primer cómic que enamoró a su creador fue la revista "MAD". Entre
eso, y las producciones Image de los 90, está todo dicho. El propio Young
confiesa que tenía muchas ganas de publicar un cómic propio más allá de
"encargos" como los primeros números de la serie regular
protagonizada por Mapache Cohete y la miniserie de los bebés cabezones surgida
alrededor de la última "Secret Wars", ambas de Marvel, por supuesto.
Como artista que conoce perfectamente cómo contar una buena historia, tanto
escribiéndola como dibujándola, Young se ciñe a lo simple, a lo sencillo, al
dos más dos, lo llena todo de tópicos y luego nos entrega una historia
reconocible desde el minuto uno, pero tan gamberra, bizarra, estrambótica,
salvaje, desvergonzada, rompedora y fresca, que uno no puede más que dejarse
cautivar por ella mientras se lo pasa muy, muy bien con las sanguinarias
andanzas de Gert para regresar a un mundo que igual no está preparado para su
nivel de violencia.
Debo reconocer que pensaba que
"I hate Fairyland" era un tomo único... hasta que descubrí un
precioso "Primer tomo" en la portada de esta maravillosa y completa
edición de Panini. Este volumen contiene los cinco primeros cómics de la serie
USA, además de un buen montón de jugosos extras como el ya citado prólogo, y
todas las portadas originales y alternativas que acompañaron a los cómics en la
salida en su país de origen, realizadas por autores de la talla de Erin
Hunting, Aaron Alexovich, Jay Fosgitt, Joe Vriens, Katie Cook, Ryan Ottley y
Derek Hunter, entre muchos otros. A destacar, el ajustado precio que le ha
puesto Panini al tomo, una llamada bien alta a hacerse con él si pasamos por
nuestra librería especializada, así como la edición en tapa dura, bastante
currada, una más en la larga trayectoria de Panini para ofrecernos las mejores
historias comiqueras en las mejores condiciones. No quisiera terminar esta
reseña sin señalar la ingente cantidad de momentos divertidos, descacharrantes
y transgresores que ofrece el cómic; desde las continuas muertes de gigantes,
soles y lunas, mostradas en toda su gloria de película gore, hasta esa bestial
portada de Skottie Young donde Gert ha asesinado a un montón de reconocibles
personajes de cuentos de hadas, con nombres y apellidos, sin mencionar partes
tan geniales del cómic como esa vida que se monta el acompañante de Gert
mientras ésta se encuentra inconsciente, la aparición de Feliz, el lenguaje de
nuestra violenta protagonista, la noche de los faunos vivientes, o cuando desea
ser normal y... termina siéndolo, eso sí, teniendo en cuenta su alimentación a
base de golosinas y dulces durante años. La contraportada misma del tomo es, al
mismo tiempo, una declaración de intenciones de "I hate Fairyland" y
un resumen de lo que podemos hallar en páginas con las que pensaremos una y
otra vez que ojalá existiera ya una serie de animación sobre la obra de Skottie
Young en general, y ésta en concreto. Acompañar a Gert es realizar un viaje
psicodélico repleto de osos amorosos destripados, cabreadas reinas de las
hadas, pepitos grillos fumadores, duendes masacrados, ojos volando desde sus
cuencas, armas cada vez más grandes, palabrotas que harían enrojecerse a un
vikingo y cortinas de sangre pintando las paredes de casas de caramelo. No hace
falta que diga que me apunto al siguiente. ¿Y vosotros? Seguro que sí... o la
pequeña y adorable Gertrude irá a visitaros.
No me van mucho los cómics así que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos.
Qué delicia. Me encanta ese giro de tuerca a los cuentos de hadas, el estilo desenfadado y gamberro que sigue la historia y los dibujos tan frescos y locos. Precisamente mi fiebre comiquera empezó con Spawn (también de la casa, y mi adorado Greg Capullo), allá por mi adolescencia (sí, porque Dragon Ball, que fue antes, no cuenta). Lo dicho, una serie muy suculenta con la que sin duda me gustaría hacerme. Estupenda reseña, muy currada.
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Pues mira qué casualidad, Ray, pero yo también cuento entre mis cómics-mangas de infancia-adolescencia tanto a "Dragon Ball" como a "Spawn", siendo la primera antes, claro, pero no tardando "Spawn" mucho más. Incluso diría que uno de los primeros empujones para convertirme en coleccionista de cómics me lo dio la serie regular "Spawn" tras unos muchos cómics de Spiderman. Y, bueno, a Image tengo mucho que agradecerle, y últimamente, mis mayores agradecimientos van por "I hate Fairyland".
Eliminar¡Muchísimas por pasarte! Por comentar, por los piropos... ¡Me alegra que te haya gustado tanto la reseña! Espero que te hagas pronto con este primer tomo y nos cuentes qué tal.
¡Un abrazote! ;)
Hola :)
ResponderEliminarLa verdad es me llama pero a la vez me hecha para atrás así que lo voy a dejar pasar.
Nos leemos
Kiss for you
Hola! No es mi estilo pero las ilustraciones están genial. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Muy interesante, me ha sorprendido lo de la mujer atrapada en el cuerpo de niña, al leerte me has rememorado a Entrevista con el vampiro, sin duda una historia a tener en cuenta y eso que no suelo adentrarme en este género.
ResponderEliminarBesos =)
¡Infinitas gracias por vuestros comentarios!
ResponderEliminarMe encanta que la "buena" de Gertrude (que de buena tiene más bien poco, jajajaja) haya tenido tanto éxito entre todos vosotras, sombritas. ¡Así da gusto hacer reseñas! Si os llama, no dejéis pasar una sola de las aventuras de esta "peque" en el País de las Hadas, porque son inolvidables, en el mejor de los sentidos.
Y por supuesto, billones de gracias a mi querida, amada y talentosa Chica Sombra por dejarme un hueco en su magnífica web para hablaros de cómics tan divertidos como éste. Es todo un honor reseñar para Chica Sombra; para la web... y más todavía para la Chica Sombra de verdad.
¡Abrazos y besos de los grandes! :) :) :)