Entrevista a Valentín Coronel: `Los niños son niños, no seres idiotas´



Hoy tenemos en la web al escritor residente en Pontevedra, Valentín Coronel.
¡Hola, Valen! Lo primero, darte la bienvenida a Chica Sombra. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?

Hola, María. Justo hoy he publicado en Twitter ‒ironizando sobre la “excitante” vida de un escritor‒ que me iba a comprar un pantalón de chándal y debía cambiar un tiesto. El último pantalón de chándal lo compré hace un par de años; por tanto, hoy es un día especial…
Sobre mi rutinaria rutina: me levanto temprano y plasmo sobre papel lo que he soñado. Desayuno con Vero, mi mujer, me despido hasta la tarde y después hago algunas tareas domésticas. A las nueve me siento delante del ordenador y me marco objetivos. A media mañana compruebo que estoy a años luz de los objetivos y descubro cómo mis anotaciones al despertar eran absurdas; entonces desespero y voy a lanzar unas canastas. En la cancha obvio el hecho de ser un señor mayor y solitario que pega saltos y masculla contra adversarios imaginarios. Tras esforzarme al máximo durante un largo periodo de tiempo, para ser yo (quince minutos) regreso, me ducho y cambio los objetivos por otros. Con suerte, consigo escribir varias páginas; sin suerte me pongo a practicar dominadas. Si alguna vez me ves muy cachas sabrás que ando corto de inspiración.
  
Escritor de contenidos para páginas webs, marketing online, blogs… ¿Cómo comenzó tu relación con la escritura? ¿Qué autores o autoras te han influenciado a la hora de decidir dar rienda suelta a las letras?

Escribo porque no sé tocar el piano; sufro esa bonita maldición llamada “creatividad”. Si naufragas en una isla desierta junto a una persona puramente creativa morirás de inanición, pero bien entretenida. Empecé a leer muy joven. Odiaba el colegio, pero me encantaba ir a la biblioteca, me fascinaban las palabras por su capacidad única para contener, entre líneas, historias y emociones. 
Ahora que recuerdo… empecé el día que vino un ministro a nuestra escuela. Nos pidieron escribir algo sobre La Constitución para que el buen señor trajeado supiera lo listísimos que éramos. Uno de los textos escogidos fue un poema mío, plagiado por un reconocido compañero de clase. Eligieron la versión “apócrifa” y la maestra me explicó que el mío, el original, estaba muy bien, pero yo tenía mala letra y esta no era digna de un ministro. Fue una buena lección, nada ha cambiado. El envase lo es todo. Décadas más tarde terminé redactando anónimamente para otras personas muy elegantes, muy aparentes y muy huecas.

Hay muchas referencias en lo que escribo. Eran los ochenta, me crié al lado de un cine que programaba sesiones dobles de cualquier género. Era una gran época para crecer con las magníficas colecciones infantiles y juveniles de la editorial Alfaguara, pero también con Tintín, Asterix o Mortadelo y Filemón. Me encantaban los cuentos clásicos con ogros, brujas y finales terroríficos. Me fascinó el libro La historia interminable tanto como me horrorizó la meliflua película basada en la novela. Me gustaba la libertad creativa y la ironía de Gianni Rodari, la mala leche e imaginación de Roald Dahl… En general, echo de menos en literatura infantil/juvenil un tono más irónico y algunas capas subyacentes de amargura. Los niños son niños, no seres idiotas. Tengo la sensación de que se ha separado totalmente el mundo infantil y el adulto, sin un paso intermedio en el que lo lúdico no asesine a la inteligencia. ¡También puede ser que me esté haciendo un viejo gruñón!
Perdón, hablaba sobre referencias. De adulto encontré otras, muchas… ¡demasiadas! Para resumir: mis libros favoritos son La conjura de los necios y Trampa 22. No me suele gustar la literatura rutinaria.

Tu primer trabajo escribiendo sobre ecología fue al contactarte una agencia de comunicación, la cual te pidió que escribieras sobre una marca de ropa. ¿Cómo fue esa experiencia?

Fue muy interesante y un magnífico potenciador de la creatividad. Le di al blog un tono surrealista y divertido. Incluso montaba ridículas fotos que ahora se considerarían “memes”. El blog solía tratar sobre cualquier cosa, menos sobre la marca. Supongo que hacíamos aquello del “branding” desde las emociones y estas cosas tan “marketinianas”. Camisetas, sinceramente, vendimos pocas, pero a fuerza de probar recursos y formas de escritura en cientos de entradas se generó la semilla de la colección Tu Opinión Divergente.

Hace muy poquito tuve el gustazo de leer tu libro El oso polar se fue a la playa. Ecología para animales despistados, el cual me hizo reír, a la par que concienciar sobre el daño que estamos causando a nuestro planeta. ¿Cómo surgió la idea de este libro? ¿Qué consideras que fue lo más complicado a la hora de escribirlo?

La idea surgió motivada por imc, la misma agencia que me representa. La labor de los buenos agentes también pasa por motivar a los autores. Flor García, una amiga ilustradora me llevó a imc por otro proyecto. Supieron entonces cómo “deconstruía” mi cabeza y me pidieron que pensara en una colección juvenil de no ficción. Presenté una idea bastante loca e irreverente con cambios de tono y tipografía, juegos con el lector, ironía, ilustraciones divertidas… Escribí las primeras páginas y les gustó mucho (Supongo que si alguien termina en la cárcel por sus ominosos chistes seré yo).

Lo más complicado, sin duda, es ajustar los temas que quisiera tratar a un número limitado de caracteres sin perder la gracia. Hay personas (muchas, me temo) que compran los libros “al peso”. Aunque hay magníficas novelas de tropocientas páginas os digo, oh lectores/as, que la mayor parte de los cuentos de Quim Monzó o las pequeñas novelas de Paul Auster son infinitamente mejores y más complejas que tochos seudo históricos de ochocientas páginas. Ya me podéis lapidar.

Cuando una gran editorial, como es Algar, llamó a tu puerta para trabajar en El oso polar se fue a la playa (aunque no me imagino a un señor trajeado aporreando la puerta de tu casa), ¿sentiste que debías ser más comedido a la hora de expresarte, ya que tu libro podía llegar a mucha más gente? ¿Cómo fue trabajar con el dibujante Sergi Càmara?

Interesante pregunta… en realidad fue imc la que llamó a la puerta de Algar/Bromera con un borrador del libro. Gonçal López-Pampló, un editor muy poco trajeado ‒en mente y cuerpo‒, se entusiasmó con la idea y todo se puso en marcha. La confianza y consejos del editor es BÁSICA (y lo pongo en mayúsculas) para que una obra sea un éxito. Cuando El Oso… se terminó, recibí una llamada de Gonçal. Entre risas me comentó: “Está muy bien, pero nos ha quedado un poco antisistema”, y yo le contesté: “Me temo que no hay nada más antisistema que la ecología”.
Trabajar con libertad es una gozada. Debo decir que mis libros apenas han sufrido modificaciones o censura, salvo algún chiste sobre falsos celíacos y algún otro colectivo especialmente tiquismiquis. También confieso que en esta época de ofendiditos/as me da un poco de miedo el segundo título que he escrito sobre sexualidad, pero Algar/Bromera conserva el espíritu “indepe” y valiente… puedo afirmar que he encontrado la horma de mi zapato.

Con Sergi tengo una relación fantástica. Es un gran ilustrador, con un bagaje profesional acongojante (por no decir la otra palabra que se forma casi con las mismas letras). El señor Càmara es un tipo directo, sincero y metepatas, como yo. Compartimos la afición al boxeo y a no callarnos casi nada. De hecho, estoy preparando un divertido libro de ficción con la esperanza de que lo ilustre él.

También eres creador de la colección Tu opinión divergente, dedicado a jóvenes a partir de 12 años, e impulsor del proyecto Ágora Pinto. Para los que no lo conocen, ¿podrías darnos más información sobre dichos proyectos?

Sí, claro. El Oso… es el primer ejemplo de la colección, el segundo libro tiene título, pero no te lo puedo decir porque está sin registrar. Has leído el primero, así que ya sabes que puedes esperar de la colección: ¡lo inesperado! Es una colección que fomenta el pensamiento propio y crítico, y se ríe de sí misma, a pesar de tocar temas serios y en ocasiones muy complejos.

Sobre Ágora Pinto… pobre, está bastante difunta. Yo sólo fui la tercera pata de un banco que formaron mis amigos Raquel y Juan (ilustradora y “jefe”). La revista digital pretendía mantener una independencia total tanto de la publicidad como de las influencias políticas, cualidades que la mataron. La honestidad te hace ser vulnerable. Jamás olvidaré el día que pedimos colaboración a todas las formaciones políticas para dar su punto de vista en la revista. En la sede de una de ellas nos quisieron comprar para convertirnos en su altavoz. Y no, no es el partido político que estás pensando.

Tienes una forma muy desenfadada y divertida de informar, sin parecer que estás informando, y eso, a mi parecer es una manera estupenda de llegar a la gente joven, y no tan joven como yo, ejem... ¿Por qué decidiste enfocar tus escritos a ese tipo de público?
Cuéntanos en qué futuros proyectos estás inmerso, y si son aptos para todas las edades.

Gracias. Hay una parte de mi escritura que llevo de serie: me gusta divertirme y experimentar con (casi) todo lo que hago. Mi mujer, por ejemplo y para su desesperación, sabe que jamás comerá dos veces de la misma manera un plato que yo cocine, ya que siempre varío las recetas. Mi desquiciada forma de ser impregna cada folio.
Escribo para niños/niñas y jóvenes (o semi-jóvenes) por el síndrome de “El traje nuevo del emperador”. Me apetece “liberar mi pluma” (Vaya, esto da para muchos chistes, todos obsoletos e incorrectos). Quiero una dosis extra de realidad, aunque me reservo el derecho de escribir para adultos. Los/las más jóvenes tienen una gran cualidad: la sinceridad. Son capaces de leer sin prejuicios. Pueden saber si algo les llena, les interesa o aburre sin sentirse mediatizados. ¿Cuántas veces hemos leído un truño terrible por recomendación de conocidos, o la presión de la publicidad? 

Sobre futuros libros: el segundo de la colección Tu Opinión Divergente ya se está maquetando, es lo más inmediato. Aparte, tengo dos pequeños cuentos que estoy preparando y el librito que te nombré junto a Sergi (ojalá) sobre un grupo de superhéroes muy atípico. También trabajo un proyecto de novela “adulta” y un volumen de cuentos cortos.

Como viene siendo un clásico en nuestra web, aquí te suelto la última pregunta que le hacemos a todos/as nuestros invitados: ¿Eres feliz?

Me pondré en modo insoportable Coelho zen para decirte: Si no sabes si eres feliz, seguramente ya lo estés siendo (sí, claro que lo soy. Tengo la suerte de SER y ESTAR, como tú, como todos los que respiramos libremente y mantenemos la salud y la cordura. En condiciones normales ser optimista y feliz es una obligación moral).

Me despido, no sin antes darte las gracias por tu tiempo y contestar sinceramente a las preguntas.

¡Ha sido un placer!


Chica Sombra

7 comentarios:

  1. Una entrevista muy divertida e irónica! Me ha encantado el lema de los niños, pienso igual ;)

    Besitos

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  2. No le conocía, muy interesante.
    Un beso!

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  3. Fantástico Valen!
    Si no lo habéis leído, lo recomiendo. Divertido y ácido (se vende por separado) ��
    @MissDeedlit

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  4. Me ha gustado mucho la entrevista!! Gracias por darnos a conocer a este autor y este libro.

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  5. Hola!
    No lo conocía.
    Gracias por compartir la entrevista.
    Besitos :)

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  6. Hola! No lo conocía, gracias por la entrevista. Estoy de acuerdo con la frase inicial y creo que todo el mundo debería empezar a interiorizarla.

    Un saludo!

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