¡Hola Denis! Encantado de que estés hoy
por aquí con nosotros en este, tu espacio, Chica Sombra. Quería de paso aprovechar también para darte la bienvenida a nuestro rincón cultural. Ya sabes
que esta es tu casa, así que ponte cómodo que enseguida empezamos.
Bueno,
vamos con la primera pregunta. Cuéntanos, ¿cómo es un día normal en tu vida?
Depende mucho de la semana,
especialmente del trabajo que tenga que desarrollar. Ando metido en varios
proyectos, algunos en desarrollo para series de ficción en colaboración con
otros autores y/o productores. Y este verano estoy inmerso al 100% en el rodaje
de varios capítulos para “El Internado.
Las Cumbres”. Se trata del reboot de la mítica serie española que arrasó
hace una década y fue impulsora de muchas otras series de éxito posteriores que
han conformado un panorama actual muy prometedor para la ficción nacional. Produce
Mediapro y Atresmedia y esperamos que la serie se estrene el año próximo en Amazon Prime. Como puedes imaginar, mi
día a día ahora se centra en el rodaje, no me queda mucho tiempo libre más que
para preparar el día siguiente de rodaje y descansar. Cuando llega un rodaje
así, al igual que en el caso de “La
Influencia”, mi ópera prima, siento la necesidad de dedicarle toda mi energía
y tiempo. Y es entonces cuando se echa de menos el tiempo de calidad con la
familia y amigos. Pero mi vida adulta ha sido gran parte así.
Haciendo
un repaso a tu biografía, no solo he podido comprobar que has realizado
diversos cortos que han sido premiados en numerosos festivales sino que, además, llevas bastantes años rodando anuncios para marcas y firmas
internacionales. Los cuales, dicho de paso, también han sido elogiados y
galardonados. Si te parece vamos a empezar con esta cuestión. ¿Cómo es la
experiencia de rodar spots para televisión? ¿Qué dificultades y/o alicientes te
han aportado o te siguen aportando este tipo de trabajos?
Empecé a rodar anuncios como director
después de mi regreso de Los Ángeles en el 2001 (como anécdota a recordar,
pesadillesca eso sí, tenía mi billete de avión de vuelta a España el mismo 11/11,
imagínate la casualidad macabra y la complicación para mi regreso). A partir de
ahí todo fue una carrera progresiva en el mundo de la publicidad, rodando
primero para el mercado nacional y después dando el salto a nivel
internacional. La experiencia fue muy gratificante, a pesar de que yo estudié cine
y televisión y mi intención es seguir combinado mi carrera como director de
ficción con la publicidad de calidad, cuando el calendario me permita, está
claro. Es un formato, el publicitario, que me gusta, porque puedo desarrollar en
poco tiempo una narrativa especial para cada anuncio, dependiendo del guion y del brief de agencia. Conoces a muchos profesionales de todo el mundo,
te haces con equipos y sistemas de rodaje diversos que a la vez son todos muy
similares… sientes como el mundo se hace pequeño trabajando en distintos
lugares. Llevo una película rodada, ahora estoy con una serie, pero claro, he
rodado cientos de anuncios y eso no puedo negarlo, es una parte fundamental de mi
carrera.
También
he leído que has trabajado en diversas partes del mundo. ¿Es muy diferente la
manera de rodar en esos países si la comparamos con tu trabajo aquí, en
España?
Lo que comentaba, es diferente y a la
vez siempre sigue una serie de pasos y normas establecidas, leyes no escritas,
códigos que no se sabe porqué ya llevamos todos dentro. Hay ciertos países,
fuera de Europa, donde sí ves y sientes las diferencias en cuanto al ritmo de trabajo,
pero si el equipo es profesional suele ir todo fluido. Por eso, me gusta
colaborar con directores de fotografía locales, primero por presupuesto, que es
algo que contemplan todas las productoras, pero también considero que el idioma
y la comunicación/confianza con el equipo local es importante. Si no puedo
hablar ruso o chino, pues el director de fotografía puede comunicarse con el
equipo e intermediar por mí, eso genera seguridad y al mismo tiempo te ven como
un profesional que se adapta y está abierto a lo que ofrece el lugar.
Volviendo
al tema de los cortos. He tenido la oportunidad de verlos a través de tu cuenta/web
profesional, y la verdad es que me han parecido sensacionales. No obstante,
para que todos nuestros lectores y lectoras conozcan algo más acerca de ellos,
¿podrías hablarnos brevemente de ellos? ¿Cuáles son los temas que
abordan y de dónde surgen esas ideas? Y lo más importante, ¿qué quieres
transmitir con ellos? ¿Cuál es el mensaje que ocultan?
Gracias por tus palabras sobre mis
cortometrajes, que además considero fundamentales para entender dónde me
encuentro a nivel profesional. Incluso diría que podríamos generalizar en
muchos casos, directores que empezaron rodando cortos como un formato para
expresarse, experimentar e incluso cometer ciertos errores. Pues bien, en mi
caso, son tres los que considero más importantes, aunque he rodado más y cada
uno de ellos tiene su importancia en el momento en el que lo rodé. Es una
cadena, uno te lleva a otro y, la verdad, no me arrepiento ni del tiempo ni el
dinero incluso invertido. Es mucho esfuerzo levantar una película, pero sabes
que detrás hay una productora solvente seguramente, un productor con sus
contactos, unas ayudas del Estado y televisiones públicas y cadenas privadas
que pueden apoyar el proyecto… es un negocio, al fin y al cabo. En el caso de
los cortos es diferente. Hay un componente de colaboración desinteresada, que
sin él no podrían llegar a rodarse. El primero que rodé a nivel profesional y
en 35 mm fue “Angel”. Se rodó en el
2002 en mi segunda visita a Los Ángeles después
de mi estancia y formación académica. Seguía tomando algunas clases y trabajaba
de lo que podía en cafeterías, con la ilusión puesta en rodar este corto de
género fantástico. La historia de unas hermanas gemelas que se reencuentran
tras un largo período en sus vidas, cada una con un camino muy distinto, y que
va a suponer un volver a rememorar el
pasado y abrir heridas que nunca se cerraron. Tiene suspense y una fantástica Mapi Galán interpretando a las dos
hermanas gemelas. Tuvimos que hacer uso de la postproducción con slipt screens y otros trucajes. Habla
del odio y la separación entre hermanos y de cómo los errores del pasado puede
significar un cambio de rumbo en el futuro. Este fue el primero de los cortos
con temática oscura dentro de las relaciones familiares, que es un tema que
siempre ha fascinado.
“Angel”, como el resto de los que rodé a
continuación, se estrenó en el Festival
de Sitges en competición y voló por todo el mundo. Eso me abrió las puertas
a poder hacer un segundo corto a nivel y factura profesional, “Lazarus Taxon”, en el 2008. Se rodó en
digital con una productora de Barcelona, Polar
Star. Carles Brugueras, el
productor ejecutivo, tenía claro que quería hacer un corto de calidad y
sorprendimos a mucha gente con un nivel exquisito de rodaje, postproducción y
un tipo de historia poco común en los cortometrajes. Tenía muchos efectos para
representar, supuestamente, un paisaje post-apocalíptico en Cataluña, inundado
por los efectos del cambio climático. Sumergido y podrido. Y trata una historia
sórdida sobre un padre que lleva a su hija muerta a una isla, donde un hombre
desconocido le indicó que la podrían resucitar. Una vez en la isla se encuentra con
el desconocido y todo lo que parecía una salvación acaba tornándose oscuro e
impredecible. Es una historia de supervivencia y habla del amor paterno-filial,
más allá de la muerte. Y de esos muertos que llevamos dentro para siempre. Ariel Casas y Mingo Ràfols tienen, a mi entender, un gran duelo interpretativo. Fue
una gozada vivir todo el proceso y los éxitos que cosechó a nivel nacional y,
sobre todo, internacional.
Por último, el más reciente, allá por el
2012, fue “El Grifo”. Este es un corto
muy diferente, mucho más luminoso de look y fotografía, pero igualmente oscuro
en cuanto a contenido y desarrollo. Un anciano, interpretado por el gran Celso Bugallo, es abandonado a su
suerte durante un fin de semana largo mientras su hija, Ana Fernández y su yerno, Daniel
Freire, se marchan a esquiar con los niños. El anciano tiene que sobrevivir
enganchado a un grifo… así, como suena, en una historia truculenta también de
supervivencia y dolor, que tiene reminiscencias de “La Cabina” o un capítulo de “La
Dimensión Desconocida”. Quizás, por ser el último, es el que más
reconocimiento me dio a nivel nacional, ganamos el Festival de Elche, entre otros, y supuso una buena carta de
presentación para rodar el largometraje. “El
Grifo” nos habla de la soledad de nuestros mayores, y de los miedos que
todos tenemos a envejecer. Juega mucho con la agonía y la fisicalidad
del actor para recrear un mundo de paranoia minimalista.
De
los tres cortos tuyos que he visto previos a “La influencia”, observo que “El Grifo”, sin duda, ha sido
el más premiado y alabado por la crítica. Debo de confesarte que es el que más
me ha impactado e impresionado. Pero volviendo al tema, seguro que además de
ser una experiencia sumamente bonita, también debe ser de lo más estimulante. De
todos los premios recibidos, si tuvieras que quedarte solo con uno, ¿cuál
sería? Y de todos ellos, ¿cuál es al que le tienes más cariño o del que guardas
un recuerdo especial?
Como comentaba antes, creo que el
de Elche fue el más valioso a nivel festival. En cuanto a reconocimiento, “El Grifo” obtuvo el Premio TAC a mejor corto de terror
catalán del año. Y de eso estoy muy orgulloso, la verdad. El resto de premios,
todos son importantes para aumentar la confianza en uno mismo como director y
proseguir en el camino.
Seguimos
tirando de la cuerda. Imagino que rodar una película, además de elaborar previamente
el guion (porque veo que también escribes), aunque debe resultar algo de lo más
gratificante, tampoco debe ser precisamente una tarea nada sencilla. ¿Qué
diferencias encuentras, dejando a un lado la extensión y los medios para cada
formato, si comparamos la tarea de rodar y escribir un corto, por ejemplo, frente
a un film? ¿Cómo es el proceso creativo? ¿Cómo abordas cada
nuevo reto, cada trabajo?
Escribir me gusta, pero no tanto como
dirigir. Lo que más me entusiasma es el set, el estar en contacto con los
actores y el equipo. Aún así he colaborado en todos, o casi todos, los guiones
que he rodado, incluido mi primer largometraje. Bien es cierto que Michel Gaztambide se encargó de
reescribir y cerrar la versión final, pero estuve trabajando por mi cuenta y
luego con Daniel Rissech el guion de
“La Influencia”, adaptación de la
novela de Ramsey Campbell. Pretendo
seguir escribiendo mis proyectos más personales, pero como director estoy
abierto a dirigir buenos guiones de un tercero.
La escritura en sí me parece un proceso solitario, que requiere mucho tiempo y mucha concentración. Y lo más complicado es cuando lo tienes delante, ya escrito, cómo valorar lo que está bien y hasta qué punto no lo está. Hay que ser crítico y estar abierto a los comentarios de los demás, y eso no siempre es fácil. La reescritura es muy comprometida. Y lo más importante, dar con algo que te guste de verdad, aunque luego no llegue a la gente. Porque el cine se basa en expresar una serie de ideas, conceptos, historias e imágenes en las que crees y que te hacen vibrar, al menos a ti como creador. Y diría más, a ti como creador en ese momento. Porque yo veo “La Influencia” ahora y siento cosas distintas a cuando la estaba rodando. Yo también he crecido como persona y director, y eso lo cambia todo. Quizás haría ciertas cosas de otra manera. Pero hay que confiar en ti como director en cada momento, no pensar en lo que dirán los demás y apostar por lo que sientes, aunque llegues a equivocarte. La carrera de un director no se hace con una película, se hace con muchos títulos, sean series, cortos, películas… Tú cambias, tu escritura cambia y tu manera de rodar también. Los resultados son distintos cada vez, pero siempre hay una esencia que se mantiene.
Si
te parece, vamos a pasar ahora a hablar de tu película, “La influencia”. Tras visionarla, tengo que decir que me ha dejado
con muy buen sabor de boca. Además, está inspirada en la novela del mismo
título del escritor Ramsey Campbell (cosa que ya nos comentabas antes). Esta pregunta está dedicada a aquellos lectores y lectoras que todavía no la hayan
visto (pese a que está disponible en Netflix). ¿Qué te gustaría contarles
acerca de ella para ponerles la miel en los labios (sin hacer spoilers) y animarles
a que la vean?
“La
Influencia” es mi ópera
prima, trabajada con sangre, sudor y lágrimas. El trabajo de muchos años. Una
experiencia complicada a la vez que plenamente gratificante. Es una historia de
terror basada en un triángulo de mujeres
complejo, tres generaciones enfrentadas
(madre, hija y nieta) entre las que subyace el drama, la tensión y el
terror que despliega la película. Alicia (Manuela
Vellés) convertida en mujer casada con Mikel (Alain Hernández) vuelve a su hogar de infancia, que abandonó años
atrás dejando a su madre (Emma Suárez)
a cargo de su hermana (Maggie Civantos).
El personaje de Alicia vuelve a casa porque la madre, su madre, la matriarca
Victoria, ha caído en coma. Una vez allí tendrá que lidiar con los terrores de
la infancia, que asolaron tanto a su hermana como a ella. El Mal duerme, pero sigue estando muy presente y desplegando su
manto negro sobre la hija de Alicia, Nora, (Claudia
Placer) como objetivo. Es una historia de venganza, que abarca muchos tipos
de terror, desde el psicológico al horror con elementos gore. Considero que
tiene muchos elementos de mis cortos y es una apuesta por el género sincera y
directa, hecha por un amante del terror para amantes del género y también otros
que quieran adentrarse en un mundo terrorífico, de brujería y otras artes
oscuras. Es una película muy visual y atmosférica, cargada de momentos de
tensión y algún sobresalto.
Además,
en todos tus trabajos empleas mucho el elemento psicológico, que pienso que es
algo muy importante para que cualquier film de este género funcione. Así que,
volviendo a tu película, ¿cómo fue el proceso de rodaje? ¿De qué manera
consigues que ese factor tan importante sea efectivo?
El rodaje fue, sin duda, lo mejor del
proceso. Iba a rodar cada día como un niño con zapatos nuevos. Estuvimos a las
afueras de Madrid, tranquilos, en un pueblo donde se localizaba la casa que es
el escenario principal. Además, arrancamos el rodaje en Asturias, en un pueblo
pescador maravilloso y eso nos dio aire. Maravilloso todo, la verdad. Es una
sensación que no se puede explicar, tu sueño hecho realidad con un equipo del
más alto nivel profesional, todos a una para rodar algo que has imaginado
tantas veces en tu cabeza… alucinante.
En
ella cuentas con un gran elenco de actores y caras muy conocidas. A lo mejor te
pongo en un compromiso, pero ¿qué tal fue trabajar con ellos?
Pues fue un placer trabajar con todos y
cada uno de ellos. Las decisiones de casting que se tomaron, junto a Carmen Utrilla, la directora de casting, y Kiko Martínez, el productor
ejecutivo, fueron muy acertadas. Volvería a repetir sin duda con cualquiera de
ellos. Hicimos mucha cohesión como grupo y hubo momentos muy bonitos en rodaje.
Es, sin duda, una experiencia que te une. Con la mayoría conservo una relación
a distancia, a través de redes. Cuando te encuentras con profesionales de la
talla de Maggie, Manuela, Alain o Emma
es todo muy sencillo. Si entran en un proyecto es porque le ven el potencial al
personaje y a la historia. Y eso es algo que luego se nota en el set. La
implicación es máxima y, además, su talento es indudable cuando pones la cámara.
Pues
con esto, casi hemos concluido. Quería agradecerte de nuevo, Denis, el tiempo
que nos has dedicado. Ha sido todo un placer compartir este rato contigo. Antes
de terminar, sí que me gustaría hacerte una última pregunta que siempre hacemos
desde Chica Sombra. ¿Eres feliz?
Soy feliz rodando, soy feliz con los
míos y cerca de mi hijo, cuando viajo, cuando veo a la gente feliz a mi
alrededor. Pero últimamente y con el confinamiento hemos vivido escenas muy
duras. Ahora mismo, tratando de recuperar viejas sensaciones. Con el paso de los
años, cuesta cada vez más alargar esa sensación, pero es algo interior que
tienes que trabajar cada día. Yo lo intento mediante diferentes técnicas y
trato de ver siempre una esperanza en el futuro, que es ahora mismo bastante
incierto.
Denis,
te deseo mucho éxito en tus próximos proyectos. Pero, sobre todo, que sigas en
esa línea. Ya que tienes un gran porvenir por delante, como bien estás
demostrando con obras como las que hemos mencionado a lo largo de la entrevista.
Te lo digo sinceramente, como cinéfilo confeso, y amante del terror en todas sus
vertientes.
Muchas gracias por la entrevista, la he disfrutado
mucho.
Ahora
sí, para finalizar, las últimas palabras son tuyas. Si quieres aportar algo
más, este es tu momento.
Silencio. Agradecimiento. Y larga vida
al género de terror.
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