Sinopsis:
Una locomotora de vapor pintada de azul Garter aparece flotando por el espacio cercano a la Tierra.
El primer contacto con un alienígena ha ocurrido y a siete mil millones de personas desconcertadas no les queda más remedio que asumirlo.
Una periodista local llamada Valeria y su impresentable exnovio, Enrique, acompañarán al visitante en su viaje, ignorantes de los oscuros intereses y las maquiavélicas conspiraciones que se están creando a su alrededor.
¡Deshágase la luz! es una historia sobre trenes voladores, sociedades secretas, gobiernos intrigantes y extraterrestres; sobre la creación del universo, la mezquindad y el egoísmo del ser humano.
También sobre algunas cosas que quizá merezcan la pena… y pulpos.
Los pulpos molan bastante.
Opinión personal de Tony Jiménez:
¡Ah! ¡Editoriales independientes! ¿Qué sería de nosotros sin ellas? Como escritor, podría hablar largo y tendido sobre editoriales independientes; desde aquellas en las que he trabajado y trabajo hasta en las que estuve y ya han cerrado, pasando por otras con las que he colaborado ligeramente e incluso también por aquellas que solo conozco como lector. Sin embargo, me quedo con esta última parte, pues esto no es un artículo acerca de mis experiencias como escritor con este tipo de editoriales. Estáis ante la reseña de "'¡Deshágase la luz!", una de las novelas más interesantes que ha publicado una editorial independiente en los últimos años. Y, sorpresa, porque ¡no es de terror! Para que luego digan que solo os traigo críticas de libros de género. Pero no me despisto; hablamos de una reseña. Lo que quiere decir que toca ponerme en plan lector. Y a eso voy.
¿Qué es una editorial independiente? Bueno, no es un mal tema para comenzar con la reseña, ¿verdad? Niña Loba Editorial (potente nombre para una editorial, ojo) es una editorial independiente. Y me quedo tan ancho, pero... no. ¿Qué es una editorial independiente? Podríamos definir una editorial independiente como aquella que trabaja un poco al margen de las grandes, tanto en la forma como en el fondo, incluyendo aquí temas como la distribución, el tipo de catálogos, el marketing, los géneros que trabaja y los objetivos. Por supuesto, también tiene relación el tamaño de la editorial en sí, siendo la mayoría de editoriales independientes lo que podríamos denominar también como editoriales pequeñas y/o medianas. Por ejemplo, mientras que las editoriales más grandes pueden lanzar varios títulos un mismo mes, sin ver resentidas sus ganancias, una editorial independiente es más cautelosa al respecto; es posible que alguna publique dos o tres libros en un mes, aunque lo habitual es uno, lanzando otras uno cada pocos meses. Estoy generalizando, claro, porque, al fin y al cabo, hay de todo, pero es para que os hagáis una idea. Otro ejemplo puede ser el del riesgo que toman las editoriales grandes con respecto a las independientes. Y aquí salen ganando las segundas, sin querer faltar a las primeras, por supuesto.
"¡Deshágase la luz!" es una novela arriesgada. Sólo su sinopsis ya nos lo confirma. ¿Podría ser una historia digna de ser publicada por Planeta, por poner un ejemplo rápido? Por supuesto. Al escritor de César Narganes no le falta calidad. Sin embargo, ¿es lo que Planeta suele publicar? ¿Entra en alguna de sus colecciones, editoriales o sellos? ¿Encarna la filosofía de Planeta? En absoluto. Mientras las grandes suelen ir a lo seguro (insisto, no es algo malo), dejando poco espacio para el riesgo, la experimentación, las obras de corta extensión (en el caso del texto de Narganes, hablamos prácticamente de una novela de bolsillo, que no bolsilibro, ojo) y ciertos géneros parecen más indicados para las editoriales independientes. Esto no quiere decir que las grandes no publiquen ciencia ficción y terror, por ejemplo, pero no cabe duda de que prefieren la novela histórica y el suspense. Al final, lejos de provocar esto toda clase de enfrentamientos, acaba dando como resultado una especie de simbiosis en la que grandes e independientes se complementan a la perfección, hasta tal punto que no es raro terminar viendo a autores que empezaron en editoriales pequeñas publicando con las grandes, y también al revés. Son maneras distintas de entender el ¿negocio? Nada más. Mientras se complementen, todos salimos ganando.
Es la primera vez que Niña Loba Editorial se pasa por aquí, y os puedo asegurar que no será la última. "¡Deshágase la luz!" ha sido toda una sorpresa, una agradable sorpresa literaria, de esas locas y surrealistas, pero, al mismo tiempo, emocionantes, divertidas y emotivas. Todo y más en apenas doscientas páginas en las que pasa de todo, demostrando el autor que sabe aprovechar, y bastante bien, una extensión tan corta. Además, el ritmo de la novela es estupendo, pues no deja descansar al lector sin necesidad de que sea una continua escena de acción tras escena de acción. Y vuelvo a hablar de "surrealismo" para colocar el término como una de las mayores y mejores virtudes de "¡Deshágase la luz"!, pero siendo un surrealismo bastante contenido. En pocas palabras, teniendo en cuenta el argumento que maneja el autor, hubiera sido tremendamente sencillo que se le hubiese ido de las manos, provocando un desastre repleto de idas de olla sin sentido. Sin embargo, dentro de ese carácter surrealista, Narganes mantiene la cabeza fría, sabiendo en todo momento lo que quiere contar, cómo lo quiere contar y cuándo lo quiere contar. Y, ¿qué es lo que nos cuenta?
Imaginad que un buen día aparece en el cielo una locomotora de vapor pintada de azul, como si pudiera volar, así, sin más, como si fuera la cosa más normal del mundo. Imaginad que es una nave alienígena. Imaginad que dentro viaja un ser todopoderoso. Imaginad que posee el cuerpo de un español de tres al cuarto. Imaginad que todo esto es lo más normal de "¡Deshágase la luz!". Lo que nos espera a partir de aquí es una gran cantidad de Chupa Chups, un presidente de los Estados Unidos que no quiere serlo, una cruel y mandona primera dama, una "secta" de lo más curiosa, asesinos del Vaticano, la molonidad de los pulpos y Khan, mucho Khan. César Narganes aprovecha cada locura que nos presenta, cada divertida locura que nos saca una sonrisa, para hablar del ser humano, para filosofar hacia dónde vamos como especie, para ahondar en lo que nos hace ser lo que somos y lo que significa ser humano y pasar nuestro día a día en el planeta Tierra, como especie y como individuos únicos. Es imposible terminar (y vaya cómo termina) el libro sin darle vueltas durante un buen rato. Y eso es difícil de conseguir. Muy difícil. Démosle las gracias a Khan. Démosle las gracias César Narganes y sus ideas sobre locomotoras azules que vuelan y pulpos que molan.
Muy buen libro, no lo conocia
ResponderEliminarbsss
Qué idea tan original!!!!
ResponderEliminarTiene buena pinta.
ResponderEliminarHola! No conocía el libro pero lo cierto es que no creo que sea para mí pese a que no tiene mala pinta. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Tiene buena pinta! =)
ResponderEliminarBueno, bueno, bueno. Parece que ha habido de todo en cuanto a comentarios. Como siempre, ¡gracias por pasaros! Os aseguro que el libro no es sólo que tenga buena pinta, sino que su lectura la confirma.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por comentar!
Abrazotes.