Hoy vengo a contaros un viaje muy especial, porque realmente me adentré entre la multitud de paredes que componen este sanatorio abandonado. Se encuentra en mitad del bosque de Sierra Espuña, en Murcia, lugar donde viví la mayor parte de mi vida. Son multitud los curiosos que lo merodean casi siempre, pero precisamente esa noche solo estábamos unos cuantos amigos y yo, quedándose la mayoría fuera, ya que, careciendo de puertas y ventanas, se oía cómo estas golpeaban con violencia sus marcos, no corriendo ni una mísera brisa de aire.
Este lugar se inauguró en 1935 para albergar a enfermos de tuberculosis, donde se cuentan que los familiares los dejaban y nunca más volvían a por ellos. Dice la leyenda que algunos ni siquiera estaban enfermos, pero acababan contagiados por esa enfermedad, y también por la locura que allí reinaba. Al parecer, tenían cámaras de tortura de donde muchos de los internos jamás salían con vida, siendo maltratados, algunas veces hasta la muerte. Precisamente, sus almas son las que dicen que a día de hoy siguen allí, gritando, golpeando paredes y puertas, e intentando salir para volver con aquellos familiares que los abandonaron a su suerte.
Mientras bajaba esas escaleras, que llevaban a las cámaras de tortura, más que miedo sentía impotencia y pena. Nadie se merece lo que esos enfermos pasaron. ¿O quizá sólo son leyendas? Nunca se sabrá, pero si queréis visitar un sitio que pone los pelos de punta, no dudéis en adentraros en este bosque hasta dar con este impresionante sanatorio abandonado, donde ya se han grabado decenas de psicofonías y donde muchos dicen haber visto a una "dama blanca" deambular por los pasillos.
¿Te atreves?
Me encantan estas cosas, te recomiendo benditos bastardos en youtube
ResponderEliminarHola! Sería una visita muy interesante sin duda, aunque da un poco de miedo. Gracias por la información!
ResponderEliminarUn saludo!
¡Hola! Los sanatorios abandonados son de las cosas que más mal rollo pueden darme jaja Un besote :)
ResponderEliminarEres muy animada.... yo si vienes a Bilbao te llevo a una biblioteca que fue un hospital y un sanatorio, también, pero como está rehabilitado no me da miedito como este.
ResponderEliminarBesos, valiente.
No me atrevo, no me atrevo. Yo me conformo con que me descubras estos sitios por aquí.
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué mal rollito dan los hospitales abandonados. Un besazo.
ResponderEliminarParece sacado de alguna de mis historias. Y es que los lugares abandonados me atraen mucho. Yo iría encantado.
ResponderEliminarUn beso ;)