Sinopsis:
Año 1974. La pequeña editorial de Jake y Candy Wallace recibe un ultimátum del Banco: o pagan las deudas o les cierran el negocio. Para poder pagar, Jake emprende la heróica tarea de escribir él mismo un best seller. El problema es que Jake jamás ha escrito nada. Esto le producirá tal tensión que su salud mental empezará resquebrajarse. Candy, por su parte, sintiéndose amenazada por el comportamiento cada vez más errático de su marido, notará cómo empieza a brotar de su interior un inquietante poder telequinético que creía olvidado.
Opinión personal de Tony Jiménez:
¿Son malos los libros autopublicados? ¿Los autores que se autopublican son escritores de segunda? Menuda manera de comenzar esta reseña, ¿verdad? No, no saquéis todavía las antorchas, porque las respuestas a estas preguntas igual os sorprenden... o no. Al fin y al cabo, si echáis un rápido vistazo a este rinconcito de internet, encontraréis multitud de análisis y críticas de todo tipo, tanto positivas como menos positivas y bastante positivas. El tema de los autopublicados da para mucho, diría que incluso para algún que otro ensayo, pero como tampoco va de eso lo que estoy escribiendo, voy a simplificar para poder avanzar con "Superpoder", un libro autopublicado y un autor autopublicado, en Amazon, por cierto, por si queréis buscar ya la obra mientras leéis estas líneas. Una novela autopublicada no es automaticamente mala, igual que una publicada por la editorial tradicional no es automáticamente buena. Así de simple. Es cierto que la primera carece de unos filtros, objetivos o no, que sí posee la segunda, pero más allá de eso, cada vez menos encontramos diferencias entre los dos modelos de publicación, en especial desde que Amazon permite lanzar títulos en tapa dura (¿para cuándo las solapas?). En lo personal, mi experiencia con los autopublicados ha sido siempre excelente, hallando auténticas joyitas literarias que pueden "rivalizar" perfectamente con volúmenes de editoriales tradicionales sin avergonzarse lo más mínimo. Sí, las probabilidades de toparte con libros poco cuidados son más altas, pero eso no quiere decir que un autopublicado sea malo o menos literario por el mero hecho de serlo. "Superpoder" es un claro ejemplo de ello. Otro más.
La obra de Marc Egea, al que voy a seguir atentamente desde ahora (así me ha gustado el libro, ya os lo adelanto), posee una de las sinopsis más sinceras que he leído nunca. Y me quedo corto. Dividida en dos partes, la primera nos da una pincelada de la historia en sí, mientras que la segunda nos presenta el formato de la ¿novela? ¿Cómic? ¿Ensayo teatral? Pero ¿qué narices es "Superpoder"? Porque, como indican esos párrafos en la contraportada, tiene portada de cómic (y con un significado bastante chulo que iremos descubriendo poco a poco conforme leamos las páginas interiores), pero no es un cómic, claro, ni siquiera un cómic novelado, con o sin superhéroes. ¿Es teatro? Sí, es teatro. Nos vamos acercando. Es una obra de teatro que se lee como una novela, o mejor dicho, es el guion de una obra de teatro. Para poner un ejemplo cercano, ¿os acordáis de "La tormenta del siglo"? Sí, esa maravilla de Stephen King, un guion para una miniserie de televisión que fue publicado poco antes de su estreno, como si una nueva novela del de Maine se tratase. Y menciono al creador de Carrie White (pista, pista) con toda la intención del mundo, porque, aunque no lo parezca, "Superpoder", además de ser un libro difícilmente clasificable, es, ante todo, una carta de amor tanto al Rey como a su universo.
Llego a la parte más complicada de la reseña. Mencionar a Stephen King para relacionarlo con la obra de Marc Egea no es un spoiler... aunque casi. Las pistas están ahí (observad esa portada que adquiere más significado todavía una vez terminada la lectura del libro), e incluso los homenajes (ese "On Watching"), pero eso no quiere decir que uno pueda profundizar en este aspecto tan importante del trabajo de Egea, sobre todo si uno intenta hacer un buen y correcto análisis, uno que no estropee la experiencia de adentrarse en él sabiendo lo mínimo. A mí me pasó algo curioso, porque es cierto que cuando comencé a leer "Superpoder" ya conocía ese hilo conductor que tenía alrededor del de Maine. Sin embargo, no es algo que se presente de buenas a primeras desde el inicio, sino que se va descubriendo poco a poco, casi sin que uno se dé cuenta. Una pista por aquí, una pista por allá, otra por allí y... sorpresa sorpresa. Quizás esto que estoy contando no signifique nada para alguien que no sea un lector constante (la forma en la que el novelista denomina cariñosamente a sus fans acérrimos), aunque para quien sí lo es resulta oro puro. Claro que estamos ante una lectura indicada para esos lectores constantes; no es que los demás no puedan disfrutarla, pero no cabe ninguna duda que ese extra, que sí tenemos los que somos seguidores del Rey desde tiempos inmemoriales, es imprescindible para gozar al cien por cien de la experiencia que es "Superpoder".
Se nota, y mucho, que Marc Egea es todo un lector constante. Y de los buenos, diría yo. La manera en la que lo conecta todo para que al final encajen las piezas con el universo de Stephen King es realmente admirable. Me quito el sombrero. Por si fuera poco, y como se anuncia en la portada, cuando se termina la historia propiamente dicha, o principal, de "Superpoder", Marc Egea nos regala un par de capítulos de "On Watching", o "Mientras no escribo" (guiño, guiño), un texto no publicado por completo y escrito por nada más y nada menos que Buck Richman (guiño, guiño, guiño... y guiño). Estos dos episodios de regalo sí que están redactados de forma más convencional, y con esto quiero decir que son en formato novela, y completan lo que acabamos de leer, de manera magnífica, otorgando un desarrollo todavía mayor a algunos de los personajes del guion y a las situaciones que viven. Es más, reconozco que al acabar el libro me he quedado con ganas de más, de mucho más, pero no de "Superpoder" en sí, que me ha dejado bastante satisfecho, sino de "Mientras no escribo". Desde aquí insto a Buck Richman a que encuentre la forma de publicar el manuscrito al completo, porque preveo un futuro bombazo. A mí, al menos, ya me tiene ganado. Y presupongo que a buena parte de los lectores constantes del de Maine.
Entonces... ¿qué es "Superpoder"? Es una obra de teatro, por supuesto. Es un guion. En parte es una novela. Es la (re)confirmación de que la calidad se halla tanto en autopublicados como en publicados de manera tradicional, tanto en la autopublicación como en la publicación tradicional. Es un gran trabajo de Marc Egea. Es un libro que devoras sin que te des cuenta. Es una lectura tan curiosa como interesante agradable. Es una forma de engancharse al autor, de descubrirle y seguirle la pista. Y es, sobre todo, una a oda a Stephen King, un delicioso guiso que se va cocinando poco a poco, casi sin que nos demos cuenta hasta que vamos pillando los guiños y referencias que van creciendo hasta transformarse en el grueso de la narración, con ese impresionante aporte extra que es "On Watching". Es una obra a la que se puede acercar cualquiera, pero cuyo disfrute extra sólo alcanzamos los que somos lectores constantes de nuestro querido Steve, para quien es toda una carta de amor de otro lector constante como es Marc Egea. "Superpoder" es un título necesario, porque si existen multitud de autores, fuera y dentro del fantástico, que conocen la vida fuera de los ensayos y de sus propios trabajos, ¿por qué no también el padre de Carrie White y el Overlook? Me apunto encantado a un mundo repleto de más volúmenes como "Superpoder".
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Me parece interesante
ResponderEliminar¡Hola! Se ve muy interesante pero no creo que sea para mí. Un besote :)
ResponderEliminarHola, muchas gracias por la recomendación, pero no me llama demasiado, así que la dejo pasar.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.
No la veo para mí en esta ocasión, pero gracias por la estupenda reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola! gracias por la recomendación, me pareció muy interesante. Besos
ResponderEliminarMe parece una obra redonda: cuidada, fresca, divertida y que mantiene el interés hasta el final. Ha sido un placer leerla y ahora deseando verla.
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