Grosera.

Repulsiva.

Depravada.

Desquiciada.

Nauseabunda.

Son solo algunos de los adjetivos atribuibles a esta novela del Bizarro Fiction.

Voy a intentar escribir esta opinión siendo lo más sincera posible y, por supuesto, desde el respeto máximo al autor por su trabajo, pero, francamente, no me ha gustado casi nada. Y digo casi nada porque he logrado sacar alguna cosa positiva, que ahora os pondré a continuación. Pero es una historia muy bizarra, demasiado para mí gusta, rozando lo repulsivo y casi, casi el mal gusto. Pero, como siempre digo, esto no es una crítica profesional, sino simple y llanamente mi opinión.

Algunas escenas son divertidas, sobre todo por algunas frases cómicas que utiliza el autor y que me han hecho soltar una carcajada. Además, la historia es corta, ya que no llega a las 200 páginas, y esto hace que se lea de forma rápida y ágil, ya que Cristian escribe con pluma sencilla (que no simple).

Vale, que sí, que la sinopsis me avisaba de lo que me iba a encontrar dentro, e igual ha sido mi culpa por atreverme a leer esta historia, pero me ha resultado plana y repulsiva. Una cosa es una historia bizarra, y otra es que, en sus páginas, los protagonistas solo piensen en follar y en cagar... y eso sea básicamente lo que hagan. Follar, cagar, y viceversa. En culos, en vaginas, incluso en gallinas. Y no hablo solo de sexo, también de cagar y de lamer lo cagado. En fin, ya veis por dónde voy. 

Sintiéndolo mucho, los puntos malos me pesan mucho más que los buenos, y me ha resultado una lectura bastante desagradable. Todo esto, por supuesto, respetando los gustos lectores de los demás y sin atreverme a recomendarlo o no.