FOTOGRAFÍA DE MAGGIE CRUZ |
Athenea Mata nació el 11 de septiembre de 1976 en Madrid, España. Se desempeñó como profesora en varias asignaturas del Grado de Artes Escénicas de la Universidad Antonio de Nebrija y del taller de teatro de SUR-Escuela de Profesiones Artísticas. Ha participado en varias obras de teatro, series de televisión, numerosos cortometrajes y películas. Entre ellas protagonizó Cuídate de mí (2001), Film 101 (2004) y Campeones (2018).
¡Hola, Athenea! Antes de nada, darte la bienvenida a Chica Sombra. Siéntete como en casa. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?
Ostras, qué pregunta. Pues sabes, mira, un día normal es que no tengo, porque tengo varias profesiones o dedicaciones. Entonces, todos son un poco diferentes. Hasta ahora he sido directora de la Facultad de Artes Escénicas de TAI, que es una universidad de artes, y mi trabajo es como el de cualquier decana. Dirijo seis programas, tres másteres, un grado, una diplomatura... Es un trabajo de estar allí, de dar clases, de dirigir un equipo de profesores, de buscar cómo hacer mejores las artes escénicas, cómo convertir los estudios en proyectos profesionales... Ese era un poco mi trabajo hasta ahora. Pero me acaban de ascender, y justo el día 1 de septiembre empecé con mi nuevo cargo y soy subdirectora institucional, no solo de escénicas, sino de todas las artes que hay allí: cine, música, bellas artes, fotografía y artes escénicas. El trabajo es muy chulo, porque también es buscar cómo convertir los estudios de arte en una realidad profesional a través de acuerdos con empresas, de proyectos profesionales que pongan a los alumnos detrás de gente conocida y profesional con gran reconocimiento en cada una de las áreas, que vengan a contar su experiencia y sus metodologías a los alumnos y alumnas...
Después de este trabajo en la universidad, soy madre, como tú, tengo dos hijos ya mayores, uno de ellos está estudiando en EEUU 4º de la Eso, y el otro tiene 11. Pues eso, ser madre de dos adolescentes.
Y luego, pues escribo guiones, entre ellos el de Campeones, y he tenido la suerte de que se materializara en una peli, así que también dedico muchas horas a escribir. Ahora he terminado también el guion para una peli nueva, y estoy escribiendo una serie con Elena Díaz, que es la directora de otro de mis trabajos, el de ser actriz, y con la que estoy compartiendo escenario en el Teatro Lara con la obra Madres.
Y, por último, estoy rodando el piloto de una serie en Barcelona.
Estas son un poco las partes de mi vida. En la cabeza, siempre, la maternidad, porque eso son 24/7, la universidad, que es donde más tiempo estoy y lo que me da más estabilidad económica, y el ser actriz. Esa es mi vida.
Hablando de la obra Madres, a partir del 7 de septiembre podremos verla en el Teatro Lara de Madrid. Es una comedia en la que cinco mujeres se quedan atrapadas en la sala de espera de un colegio. En su mayoría, madres. ¿Hasta dónde puede llegar esa situación?
Hasta tanto que se nos ha quedado corta la obra y estamos haciendo la serie, imagínate. Yo creo que cinco mujeres tan potentes como las que están representadas en esta obra, pueden cambiar el mundo. El poder femenino, cuando suma, es imparable. Es divertido, emocionante y, además, con la magia del teatro, según el público que tengas cada día, es una obra distinta, porque el teatro tiene eso. De repente alguien se ríe donde no se habían reído nunca. Es algo que está vivo y cada día llegamos a lugares diferentes.
Y hablando de ese público, Athenea. ¿Tú crees que esta obra animará a las madres que vayan a verla con la vuelta al cole, o todo lo contrario?
Yo creo que sí. Es una obra para ver con tus amigas, con tu madre, con tu hermana, con tus hijos, con tu marido. Es una obra que anima siempre, porque el teatro es catársico. Es ideal para desconectar de tu vida durante el tiempo que dura la obra, pero luego, cuando salgas, te hayas sentido identificada. Creo que esta obra tiene una particularidad, que es que están representados distintos tipos de mujer, y cada persona la ve desde una perspectiva y la entiende de una manera diferente. Es genial para luego salir y hablarlo. Creo que no dejará indiferente a nadie. Tenemos suerte porque conecta mucho, aborda temas de la mujer con mucho respeto hacia cualquier postura, me atrevería a decir, incluso político-social. Entonces, es valiente, pero, al mismo tiempo, no es ofensiva. Y una madre que sea, por ejemplo, ama de casa, muy comprometida con la maternidad, la va a poder ver tan feliz como una madre trabajadora que hace encaje de bolillos para poder armar toda su vida. Ambas van a sentir que sus voces están escuchadas.
Lo que se podría resumir de esta obra es el respeto hacia todo tipo de maternidad, ¿verdad?
Exactamente. Tú sabes, que además tienes más cercano el nacimiento de tu peque, lo que es tener a todo el mundo opinando. Además, con Campeones he tenido la suerte de tener mucho contacto con los niños discapacitados y con sus familias, y sé cómo es la gente de intrusiva y con qué facilidad y ligereza opina sobre todo. Sobre todo cuando somos madres primerizas, eso nos afecta. Recuerdo cuando tuve a mi primer hijo, con mi madre diciéndome que le pusiese la chaqueta, y mi suegra diciendo que se la quitara. Con el segundo, dije, mira, que no venga nadie al hospital, quiero vivir esto solo con mi pareja y mis hijos. Quería vivirlo sin esa intervención externa. No lo hacen con mala fe, lo hacen con su mejor intención, pero es verdad que muchas veces es muy incómodo, porque te cuestionas si lo estás o no haciendo bien. Y lo que resume esta obra es que todo es perfecto, todo está genial, lo hagas como lo hagas: si das el pecho, si no lo das, si decides educar en casa, si lo llevas a un colegio donde aprendan cinco idiomas... Pues fenomenal, porque nadie tiene la receta, y porque cada uno hemos salido de una manera gracias a millones de ingredientes y al amor, que es lo que nos hace converger como personas.
Está claro que cada madre es un mundo. ¿Cómo llevan en la obra, durante ese encierro involuntario, esas diferencias respecto a la crianza?
Pues es muy bonito, porque es donde está la transformación que produce el metateatro de la obra, porque ellas mismas empiezan haciendo mucho hincapié en sus diferencias desde el recelo, desde la desconfianza, desde un querer convencer a las otras de que lo suyo es lo correcto y, de repente, esto se acaba transformando en el máximo respeto, en la permeabilización de las ideas de las unas en las otras y, sobre todo, en empatía. Creo que es el elemento que nos diferencia y que nos hace ser tan maravillosas a las mujeres, porque lo tenemos de serie.
La obra reivindica el tema de la conciliación laboral, el intentar compatibilizar nuestra vida personal, con la laboral, la maternidad, las tareas de casa... ¿Crees que aún hay mucho que hacer en este país respecto a eso?
Por supuesto, y no solo con las mujeres, también con los hombres. Creo que hemos avanzado muy despacio con el tema de la conciliación. En España pasa algo con eso. Cuando una empresa decide si se puede teletrabajar o no, el que teletrabaja a veces se siente hasta mal; seguimos tosiendo y yendo a trabajar por miedo a lo que digan. Y los hombres creo que aún tienen mucho miedo de cogerse una baja por paternidad para compartir eso con su mujer... Eso está muy lejos de estar establecido como algo habitual, cuando la paternidad se vive de manera tan bonita como la maternidad, con la misma implicación, con la misma generosidad, y lo mismo lamenta un hombre como una mujer el no poder estar con su hijo.
Dejando a un lado la obra, esto ya es una pregunta de madre a madre: ¿qué te da más miedo a ti: la lista de materiales del curso o el grupo de WhatsApp de padres?
El grupo de WhatsApp. Los grupos de WhatsApp me dan mucho miedo en general (Risas). Soy de perfil bajo en casi todos ellos, creo que con la edad, y cada vez más, en los grupos de padres, de fútbol, de judo, del colegio normal... Bueno, bueno. Creo que es bastante difícil, por el lenguaje escrito y cuando no tienes confianza con esas personas, que entiendan el mensaje tal y como tú quieres transmitirlo. Entonces, es muy fácil la marginación, herir la sensibilidad, que alguien se sienta excluido, que alguien sienta que no se ha escuchado lo que quería decir o que no se le ha tenido en cuenta. Yo ya tomé la decisión de no interferir, sobre todo en temas políticos, o cuando, por ejemplo, felicitas el día de la mujer trabajadora y se arma la Marimorena porque no has felicitado a los padres... Son grupos peligrosos, así que intento ser perfil bajo.
En el tema del material escolar, reconozco que tiro mogollón de compra online por tema de horarios. No me da la vida para ir a comprarlo. Aunque también es verdad que, cuando son más mayores, es más fácil porque te lo piden, no tienes que estar tú tan encima para ver qué necesitan.
Me da mucho más miedo la humanidad, que no deja de sorprenderme y no siempre positivamente.
¿Tienes algún próximo proyecto, además de Madres, del que me puedas hablar?
Sí, lo que te conté antes. Este fin de semana ruedo un piloto con un personaje chulísimo que se llama Susana y me encanta, porque lo que más me gusta es trabajar con personajes que no son parecidos a mí. Y ella está alejada de mí: es una tía muy dura, ha estado en la cárcel, es mecánica... No tiene nada que ver conmigo. Lo ruedo en Barcelona para una serie nueva.
Para terminar, darte mil veces las gracias y hacerte una última pregunta: ¿eres feliz?
Ostras, ¡qué pregunta! (Risas). A día de hoy, en mi vida, trabajo mucho para ser feliz, y lo soy a veces. Pero vivo una vida con consciencia, es decir, si tengo algún problema de cualquier tipo, no intento pasar por encima como si no hubiese ocurrido y seguir hacia delante. No. Trabajo el vivir el presente con consciencia y, bueno, estoy en ello. Sí que tengo momentos de mucha felicidad y me siento, desde luego, una persona muy afortunada y me lo repito cuando se me olvida. También intento incluir el deporte, porque da mucha felicidad, la felicidad de hacer algo por una misma. Es una felicidad pequeñita de quererme, de ponerme por delante a mí misma.
Soy consciente de que tengo cosas que mejorar, lugares a los que quiero llegar evolucionando... pero sí, en resumen, no una felicidad permanente, pero no hay ni un día solo en el que deje de trabajar por tenerla.
Una entrevista super interesante. Gracias por compartir.
ResponderEliminarBesos
Hola, muchas gracias por la entrevista, ha sido muy interesante.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.