El ex detective Leo Nakamura lleva una vida rutinaria y solitaria en Ciudad Gris. Sus deseos y sueños han dado paso a una existencia anodina.

Todo cambia cuando dos jóvenes le piden ayuda para recuperar un objeto valioso en manos de Erika Blame, una mujer muy poderosa y sin escrúpulos. Lo que parecía un simple encargo se convierte en una peligrosa misión. Nakamura descubre que el objeto, conocido como Paraboloide, está vinculado a un experimento de alcance desconocido que amenaza a la ciudad.

Nakamura se ve arrastrado a un laberinto de secretos y mentiras, donde cada paso puede ser el último. En una carrera contrarreloj deberá descubrir los oscuros secretos que orbitan alrededor del Paraboloide y detener a Erika Blame antes de que el experimento desate el caos sobre Ciudad Gris.

¿Podrá conseguirlo y detener el poder del Paraboloide antes de que sea demasiado tarde?

El destino de la ciudad está en sus manos y el tiempo se agota.

Conozco a Mónika Feren de las redes y la considero una buena compañera de letras. Es por ello que me decidí a leer esta, su última novela, además de que tiene una portada muy sugerente y una sinopsis que me atrajo desde el primer momento. 

En esta distopía nos trasladamos a Ciudad Gris, lugar que da nombre a esta historia, en la que Leo Nakamura, antiguo detective privado, intenta sobrevivir en medio de la contaminación que asola al planeta. Trabaja en la planta de reciclado y lleva una vida solitaria, aburrida y rutinaria, hasta que el hijo de Erika Blame, la mujer más poderosa de la ciudad, le pide ayuda. Quiere que detenga a su madre, que pretende usar el Paraboloide, objeto muy poderoso que puede conllevar la destrucción de la humanidad, antes de que sea demasiado tarde.

La trama me ha parecido muy original y, a pesar de su complejidad, muy bien hilada desde el principio hasta el final. Me ha entretenido y, además, ha logrado sorprenderme, sobre todo con el personaje de Nakamura. No me esperaba para nada el giro final, cuando se nos descubre el pastel.

Un cóctel de experimentos, peligrosas misiones, asesinatos y secretos que mantienen al lector con la vista clavada en las páginas. Sin duda, leeré la siguiente entrega, porque, además, tiene un final de infarto. Vamos, como diría mi madre, ¡acaba en lo mejor!

P.D: Me han encantado las Afueras Verdes y cómo la imaginación de la autora ha creado esa utopía dentro de la distopía que es la historia. Qué lugar más bonito y qué visual le ha quedado.