Hablar de Black Mirror en general es complicado, y ya no solo porque es una serie antológica, sino porque cada episodio dista mucho del anterior, así que voy a comentarlos uno a uno.
Eso sí, en resumen diré que me ha gustado, aunque es algo diferente a las otras temporadas, ya que nos encontramos con alguna que otra historia de terror, alejada del tema tecnológico, y que cuenta con una etiqueta propia, Red Mirror, de la cual espero que podamos ver más cosas en un futuro.
Pero vamos “al turrón”:
Joan es terrible: El primer episodio nos advierte de los peligros de la letra pequeña de los contratos que firmamos. Sí, sí, esos que ni leemos.
Joan se despierta un día y descubre que su vida está siendo plasmada en un canal de streaming y que Salma Hayek la interpreta. Todo sale a la luz: sus deseos, sus secretos… por lo que hará lo que sea con tal de que cancelen la serie… y con lo que sea, me refiero a…. no, no os lo voy a decir, ya lo descubriréis vosotros. Buen inicio de temporada con un capitulo muy entretenido.
Loch Henry: Me ha encantado. Ese rollito true crime, de investigación y de revelación de secretos. De mis favoritos de esta temporada. Y no cuento más para no hacer spoilers.
Beyond the sea: Puede que sea el que cuenta con la carga dramática más fuerte. Tanto Josh Harnett como Aaron Paul están geniales interpretando a unos astronautas que se meten en sus alter egos para, a pesar de estar en el espacio, poder estar con su familia. Tragedia, drama y un final sorprendente. Muy bueno.
Mazey Day: La verdad es que es un capítulo… diferente. Nos alejamos de la tecnología para contar una historia sobre el acoso de los paparazzis y de lo que son capaces de hacer por una exclusiva. Aunque se me ha hecho algo pesado, me ha gustado en general, y el acto final es muy bueno, rozando el terror, cosa que he disfrutado a pesar de que no sea lo que busco en esta serie.
Demon 79: ¡Y aquí llega Red Mirror! El primer capítulo oficialmente de terror de la serie (aunque el anterior también lo pondría en esta categoría). La verdad es que me ha gustado mucho cómo mezcla el tema del racismo, la subida de la ultraderecha y las maldiciones demoníacas. Aunque debo confesar que me ha caído genial este demonio. Tiene toques de humor, sangre y un final con sorpresa. ¿Qué más se puede pedir?
En general, la sexta temporada de Black Mirror se aleja un poco de lo que estamos acostumbrados a ver y, a pesar de contar con buenos capítulos, ninguno se posicionaría en mi top. Y es que los de “Oso blanco” y “¡Cállate y baila!”, mis favoritos de todos los que han hecho, son difíciles de superar. Aún así, sigue resultando entretenida y te deja, en algunas ocasiones, con mal cuerpo o pensando: “¿Esto nos espera en un futuro?”.
La recomiendo.
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