¡Ya estamos en la Spooky Season! Solo faltan unos días para Halloween, por lo que he pensado que es buena idea traer una de las películas de terror que más me han gustado este año. Y no puede ser otra que Evil Dead Rise (o El despertar, en España).

Secuela directa de la trilogía de Sam Raimi, nos encontramos de nuevo ante un festival de vísceras, humor negro y mucha sangre que hará las delicias de los que, como yo, adoraban a estos demonios surgidos del Necronomicón Ex Mortis.

Con un tono algo más serio (que me ha recordado a la estupenda recuela de Fede Álvarez), Evil Dead Rise da lo que promete: pasarlo en grande durante su hora y media de duración.

Su inicio es muy potente. La verdad es que me encantan los prólogos así. Y el resto no se queda atrás.

En esta cinta conoceremos a Beth, una groupie... ¿o era técnico de guitarra? (Los que vean la peli, lo entenderán) que va a ver a su hermana Ellie y a los hijos de esta: Bridget, Danny y Kassie, los cuales viven en un bloque que está a punto de ser derribado. Mientras las hermanas se ponen al día, los chicos se van a por unas pizzas, y lo que parece un temblor de tierra inofensivo deja al descubierto un sótano oculto. Danny decide bajar y encuentra un extraño libro y un disco de vinilo. Los que somos ya asiduos al terror sabemos que coger objetos siniestros no es buena idea, así que, cuando el chico pone la cinta, despierta a unos demonios que harán de esa noche un infierno.

La verdad es que me ha resultado entretenida en todo momento. Las dosis de drama están bien conseguidas y los personajes son creíbles y sufres con ellos (grande Alyssa Sutherland encarnando a uno de los deadites con más peso en pantalla de la franquicia). Me han encantado las posesiones y el cómo las relacionan con las ilustraciones de esta nueva versión del Necronomicón. Y el final… solo diré que es muy Ash (los que ya han visto esta saga, sabrán a lo que me refiero).

En resumen, Evil Dead Rise me ha parecido una genial secuela. Sangre y mucha mala leche se mezclan para ofrecernos todo un divertimento para pasar un rato de miedo.

A mí me ha encantado.