El género de terror usa infinidad de instrumentos para meternos el miedo en el cuerpo, en todas las áreas posibles. Videojuegos, cine, literatura, televisión y cómics, entre otras, comparten las formas que utiliza para que no seamos capaces de dormir con la luz apagada, por supuesto, cada una de ellas a su estilo; mientras en la literatura se trata de leer un libro, por ejemplo, con los videojuegos el objetivo es ponernos a los mandos de nuestros protagonistas para vivir una intensa aventura tan espeluznante como aterradora, en la que seguramente tendremos que sobrevivir a algunos de esos instrumentos que el terror emplea, instrumentos que también podemos definir en ocasiones como figuras que, a su vez, se podrían subdividir en distintas clases para concretar todavía más, todas ellas manejadas para que nos sintamos desprotegidos, con los pelos de punta y la sensación real de que algo nos persigue mientras lo pasamos tan mal como bien con la película, la serie o el libro de turno. ¿De qué os estoy hablando? De fantasmas, de demonios, de duendes, de extraterrestres, de asesinos, de seres mitológicos, de leyendas urbanas y, por supuesto, de... monstruos. Subrayad esta última palabra, porque es esencial para entender el título que hoy os traemos.

Cada figura de las comentadas (y de las no comentadas) tiene a su vez una serie de subdivisiones según la historia e incluso el contexto cultural en el que nos movamos. Por ejemplo, si hablamos de fantasmas, hay lugares en los que no es lo mismo un fantasma, un espíritu y un espectro, y si hilamos más fino comprobaremos que cada uno tiene incluso su propia denominación, como suele pasar en Japón, donde se les suele señalar como yurei, y dentro de estos tenemos a los goryo y a los onryo, entre otros, conociendo también a espectros con calificaciones aún más específicas como la Hanako-san, el espíritu de los aseos públicos, y la Teke-Teke, el fantasma de una joven cortada por la mitad por un tren al caer a sus vías. Siendo más claro todavía, dentro de los monstruos están los vampiros y los hombres lobo, ¿verdad? Pero, al mismo tiempo, dentro de los vampiros y los hombres lobo hay distintas denominaciones e incluso vampiros y hombres lobo con nombres y apellidos (que se lo digan a cierto conde). Para los nativos americanos, más que de hombres lobo hablaríamos de cambia pieles y en Francia tenemos al loup-garou. Y me vuelvo a centrar en monstruos, sí, porque, ante todo, "Una vez al año" es una novela de monstruos, lo que en términos cinematográficos vendría a ser una monster movie. ¿Podríamos llamarla "monster book"? ¿"Monster novel"?

La obra de Jorge Pérez García es una de esas que escasean en el género de terror, sobre todo si hablamos del terror literario. Uno de esos libros necesarios, afirmo, sin ningún tipo de pudor. No es que falten los monstruos en el terror escrito, por supuesto, y podría poner docenas de ejemplos de títulos publicados últimamente con vampiros y hombres lobo como protagonistas y antagonistas. Sin embargo, el monstruo de "Una vez al año" no es ninguno de esos, y me gustaría dar más detalles acerca de su naturaleza, pero me temo que entraría en el terreno de los spoilers, y lo último que quiero con esta reseña es reventaros la diversión de ir descubriendo las pistas que el autor nos va dejando durante páginas y páginas hasta revelar qué es exactamente el monstruo que aterroriza a la familia protagonista. Tampoco tenemos que esperar mucho, por cierto, dado que el libro apenas alcanza las doscientas páginas de extensión; no necesita más para narrar lo que el escritor quiere, yendo bastante al grano, en especial a la hora de mostrarnos el brutal enfrentamiento entre la criatura y sus presas. Jorge Pérez García no ahorra palabras para describirnos al ser, quien se lleva todos los galardones al formar parte de algunas emocionantes escenas de acción, acercando "Una vez al año" más a la experiencia de títulos cinematográficos como "Aliens: El regreso" que a la que ofrece "Alien: El octavo pasajero". Terror y acción a partes iguales.

Pero ¿de qué va exactamente la novela? Porque igual estoy ahondando demasiado en ella, aunque no suelte spoilers y ni siquiera os estéis enterando de que lo hago. Como la propia sinopsis nos indica, la protagonista, Carol, vive cada año una auténtica pesadilla justo el 21 de junio, es decir, justo en la Noche de San Juan, cuando una misteriosa y letal bestia se escapa de la oscuridad para perseguirla. Conocida como la Noche de Amenaza, durante unas horas, Carol es el objetivo del ser, el cual, en realidad, es una especie de maldición que infecta a su familia. Si acaba con toda ella, la maldición tocaría a su fin. De este modo, la familia de Carol ha elaborado un plan que sigue cada año, un plan con el que logran tenderle una trampa al monstruo y matarlo, logrando todo un año de paz hasta que el siguiente 21 de junio regresa, volviendo todo a empezar. Sin embargo, eso no impide que de vez en cuando haya víctimas, como Carol bien sabe y quizá vuelva a saber cuando sus hijos puedan colaborar en la Noche de Amenaza, solo que no será una cualquiera, sino una bastante especial en la que todo saldrá mal, lo bastante mal como para que la familia al completo esté en peligro debido a un factor impensable. Y es que... ¿Podría el engendro ser controlado por otra persona?

Como decía anteriormente, "Una vez al año" no se detiene en florituras. Estamos, repito, ante una novela de acción y monstruos, de monstruos y terror, con una familia armada hasta los dientes y preparada lo máximo posible para hacer frente a una criatura prácticamente invencible, porque hay que recordar que, a pesar de que cada año pueda morir, siempre regresa, siendo una maldición infinita cuyos misterios y orígenes se resuelven en las páginas del libro... y hasta aquí puedo contar. Confieso que es la primera obra que leo de Jorge Pérez García, pero no será la última, al igual que es el primer título que cae en mis manos del catálogo de Valhalla Ediciones, aunque tampoco será el último. La edición está bastante bien, con sus solapas, un acabado notable y una portada que cuenta poco y casa bastante con el interior, lo cual es perfecto en unos tiempos donde hay que andarse con cuidado para que la cubierta no nos estropee las sorpresas de la lectura en su afán de llamar demasiado la atención. Para confirmar que "Una vez al año" es una historia de terror, se nos indica en la contraportada que pertenece a la colección Valkiria de la editorial, es decir, al apartado de dicho género que Valhalla Ediciones posee. Habrá que investigar en él (y en los demás) para hallar otras lecturas igual de impactantes, adictivas y sorprendentes.