Kim Minwoo, un profesor con muy mala suerte en los trabajos y con una rata como mascota, se encuentra un día por casualidad con Lee Namoo, el idol más conocido de todo el país. Al principio, el profesor se obsesiona un poco con él. Pero ¿quién no lo haría? Es guapo y exitoso, así que Minwoo empieza a stalkearlo en Internet. Al poco, vuelven a encontrase, pero ese momento les marcará para siempre.

A lo largo de sus 606 páginas, encontraremos tres partes bien diferenciadas: la primera, cuando se conocen, con momentos cómicos y entrañables con los que vas descubriendo el carácter de cada protagonista. La segunda, el cómo se cuece el romance entre estos dos chicos, donde vas viendo mejor sus heridas y acabas enamorándote de ellos a la par que lo hacen Minwoo y Namoo. Y la tercera, donde todos los acontecimientos que hemos visto cocerse a fuego lento estallan, dejando un final que voy a recordar por mucho tiempo.

Uno de esos que te destroza el alma pero, a la vez, llegas a su última línea pensando que has leído una historia que te acompañará por siempre.