En una era antigua y agonizante, una serie de extraños peregrinos de diferentes confines remotos entrecruzarán sus caminos en busca de respuestas, pues su entorno, tal como lo conocían, se acerca a su fin: una joven aprendiz de bruja sin apenas habilidades y su gato, un muchacho descendiente de nigromantes con un pasado oscuro y deshonroso, un par de enanos rivales entre sí desde que nacieron, un gólem de piedra con crisis de identidad, un legendario hombre-planta, una numerosa familia de gnomos de los pantanos… Todos ellos, los últimos de un linaje casi extinto, emprenderán un peligroso viaje hacia lo desconocido más allá de las fronteras prohibidas. Un grupo ridículo y poco preparado, y sin embargo la única esperanza de un mundo que, por día que pasa, se desvanece sin que nadie sepa por qué.

Después de tres antologías inolvidables, el autor regresa con su estilo inconfundible para atrapar a los lectores, y lo hace con Más allá del Bosque del Ocaso, su primera novela, una aventura oscura y envolvente que bebe de La historia interminable, El mago de Oz, el universo de Mundodisco y el realismo mágico de las obras de Studio Ghibli, entre otras historias atemporales.

Que la fantasía no es mi género ya lo sabéis, sobre todo si sois habituales por aquí. Sin embargo, hay autores a los que conozco, me gusta cómo escriben y tengo la intención de leer cualquier obra que publiquen. Es el caso de Juan Manuel Peñate, más conocido en la bloggosfera como Ray, y al que conozco virtualmente desde ya unos años. Por eso, no dudé en apuntarme a esta lectura conjunta organizada por Laky, de Libros que hay que leer. 

A pesar de eso, de no ser gran amante de la fantasía, me he llevado una grata sorpresa con esta novela, sobre todo por el mundo que ha creado el autor, un mundo lleno de variopintos personajes que, además, me han resultado una delicia. Veo, no solo como lectora, sino también como escritora, muy difícil lo que Juanma ha conseguido aquí: crear multitud de protagonistas, que ninguno se parezca entre sí, y que todos estén tan humanizados que acaben convirtiéndose en tus amigos, en tu equipo, en tus compañeros de aventuras.

Que sí, que la trama está llena de aventuras, de lugares maravillosos... pero yo me quedo con uno de ellos, al que me iría a vivir ahora mismo: esa cabaña mágica en mitad del lago. Vamos, creo que la imaginación del autor es desbordante y, así mismo, desborda también la del lector página a página. Sin embargo, como ya le dije a él por privado, esta es una novela coral, donde los personajes, y solamente ellos, llevan todo el peso del libro. ¡Y qué maravilla! No podría elegir solo a uno, ni a dos, ni a tres... me quedo con el equipo que forman y con la amistad tan bonita que se crea entre ellos.

Por ello, ese final me ha parecido sublime y me ha sacado una lagrimilla. La familia, al fin y al cabo, no tiene por qué ser de sangre.