El demonio de Próspero, o cómo exorcizar con estilo


Autor: K. J. Parker

Traductora: Mª Pilar San Román

Ilustración de cubierta: Andrés Sáez 

Longitud: 96 páginas

Formato: 15 cm x 23 cm

Encuadernación: Rústica

Sinopsis:

«Como si Deadpool se hubiera metido en el cuerpo del Brujo Geralt». —The New York Times
Los puede oler, sentir… cuando un demonio está cerca, no se le escapa nunca. Y si para expulsarlo del cuerpo que ha poseído tiene que sacrificar al huésped… bueno, eso no es problema. Este es el protagonista narrador de El demonio de Próspero, un exorcista tremendamente eficaz y sin demasiados escrúpulos.

Y sí, Próspero de Schanz es un filósofo, científico, artista… el hombre más sabio de todos los tiempos y se ha propuesto educar al recién nacido príncipe para que sea el mejor gobernante de la historia. Lástima que esté poseído por un demonio.

K. J. Parker nos invita en esta novela corta a dialogar con el demonio, a pensar sobre el bien y el mal, sobre qué es moral o amoral. Una novela que destila ironía, con varios niveles de lectura que deleitará al lector más exigente.


Opinión personal de Tony Jiménez:

¿Qué es la originalidad? ¿Qué es una obra original? Habría quien respondería a estas preguntas con el clásico "algo que no se ha visto antes". Y tendría razón, ¿verdad? Nada hacer pensar que se estuviera equivocando. ¿O sí? Al fin y al cabo, siendo puntillosos, deberíamos señalar que por más libros, películas, videojuegos, series, cómics y música que consumamos, siempre se nos escapará algún título, algún trabajo, por lo que sería complicado asegurar que tal o cual creación es o no original, al menos, si queremos acertar al cien por cien. Sin embargo, hay artistas que consideran que lo original es, en realidad, darle un punto de vista personal a temas ya tratados con anterioridad. Yo pienso igual, sinceramente. Quizás esa idea que parece tan original ya se ha hecho en la otra punta del mundo, pero no se ha hecho tan popular ni ha logrado el reconocimiento necesario como la que sale después. Pero, ah, el punto de vista de cada uno... Eso es bien distinto. Por poner un ejemplo rápido, "El misterio de Salem´s Lot" no deja de ser "Drácula" reinterpretada por Stephen King (algo que él mismo ha admitido desde su concepción). ¿Cómo hubiera sido el proyecto de estar detrás Clive Barker, Jack Ketchum o Ramsey Campbell? Bastante diferente, pero con las mismas pautas. Ahí voy.

Hay que reconocer que tuvo más impacto el estreno de "El exorcista", la popular película de terror dirigida por William Friedkin, que la publicación de la novela en la que se basa, "El exorcista", de William Peter Blatty, quien también guionizó el filme. Lanzada en 1971, dos años antes de la cinta, fue todo un éxito, aunque nada comparable a cómo la catapultó ésta, convirtiéndose en uno de los libros más vendidos de la década de los 70. No fueron pocos quienes señalaron la originalidad de la historia de la posesión demoníaca que unía a dos sacerdotes que preparaban un exorcismo con el que pretendían salvar a la víctima, una niña, ni más ni menos. Curiosamente, Blatty no tardó en confesar que, en realidad, "adaptaba" un caso real de exorcismo acaecido en los años 40 y del que se enteró en los 50, un caso en el que el exorcizado era un niño. En pocas palabras, no había tal originalidad en el manuscrito, mucho menos en el largometraje. Sin ir más lejos, antes de que "El exorcista" despertara un interés inusitado en las historias sobre posesiones y exorcismos, antes de que creara una oleada de producciones y relatos similares, ya habíamos tenido obras parecidas, pero que no habían alcanzado esa fama, ese reconocimiento mundial, esa popularidad. Igual se podría decir del cine y la literatura de zombis antes de que llegase George A. Romero con su excelente "La noche de los muertos vivientes", pero mejor dejamos a los resucitados comecerebros para otro día. Quiero que nos quedemos con los exorcistas, los cazadores de monstruos y los investigadores de lo paranormal.

El concepto de investigador y/o investigadora de lo paranormal señala a un personaje que investiga y lucha, cuando hace falta, sucesos sobrenaturales que a menudo están relacionados con objetos y criaturas paranormales como demonios, fantasmas, brujas, monstros y leyendas de todo tipo. Por supuesto, la idea tras este tipo de personajes (protagonistas, secundarios, villanos) es mucho más amplia, pero creo que como resumen es suficiente quedarse ahí. Ya nuestro querido H. P. Lovecraft usaba mucho a los investigadores de lo sobrenatural, y más todavía todos los escritores cercanos a su círculo. Si ampliamos las fronteras, es fácil comprobar que se han paseado por áreas más allá de la literatura; desde el cine hasta la televisión, pasando por los cómics y los videojuegos. "Expediente X", "Buffy, cazavampiros", "Sobrenatural", "Hellboy", personajes comiqueros como Blade y el mismísimo Doctor Extraño, Dylan Dog, el protagonista de la saga de videojuegos "Devil May Cry", la agencia Spookhouse del videojuego de culto "Nocturne"... Los títulos y personajes son prácticamente infinitos. En ocasiones, estos personajes tienen algo de exorcistas. ¡Que se lo pregunten al popular John Constantine de la editorial DC! O al ya mencionado Hellboy, por ejemplo, personajes que comparten ciertos rasgos más allá de su afición por desposeer cuerpos de inocentes. Sin embargo, no cabe duda de que uno de los más famosos de los últimos tiempos es el brujo Geralt de Rivia, conocido dentro y fuera de la literatura; cazador de monstruos, investigador de lo sobrenatural y, sí, también exorcista. Un personaje del que el protagonista de "El demonio de Próspero" bebe mucho. Y no lo afirmo a la ligera, no.

El protagonista del libro que os traigo hoy, es un exorcista, sobre todo un exorcista, aunque bien podría encajar en el perfil de un investigador de lo sobrenatural, también combatiente de lo paranormal, claro. Nos encontramos en un escenario que se mueve en lo fantástico, con rasgos medievales y que a ratos recuerda mucho a historias como "Canción de hielo y fuego" y la mencionada saga de Geralt de Rivia, en especial a ésta, como bien indica una de las más acertadas e impactantes frases promocionales de la obra: "Como si Deadpool se hubiera metido en el cuerpo del brujo Geralt", dijo nada más y nada menos que The New York Times. ¡Casi nada! Menudas referencias, ¿eh? Sí, nuestro amigo, que nos va presentando poco a poco el "extraño" universo en el que nos movemos, es muy Geralt (cazador de monstruos, exorcista, maestro de ciertas artes arcanas, capaz de hacer valer aquello del mal menor, las medidas desesperadas para situaciones desesperadas y el polémico el fin justifica los medios), pero también es muy como el Mercenario Bocazas de Marvel, aunque no tan chistoso, pero sí con toneladas de mordacidad. Conforme vamos conociéndole también descubrimos que tiene poco de héroe. Aquí no los hay, y es complicado contar más sin desvelar aspectos importantes de la trama, porque estamos ante una novela corta que, por extensión, bien podría ser un relato largo. Los spoilers podrían volar.

Por supuesto, la palabra "demonio" se encuentra bien visible en el título del volumen. Son una parte esencial de lo que nos cuenta el escritor K. J. Parker, al que, por cierto, me acerco por primera vez en este manuscrito, y no será la última, porque las virtudes que posee sobrevuelan cada página; desde su estilo hasta el vocabulario que utiliza, pasando por el desarrollo de personajes y situaciones y cómo nos va metiendo en su particular mundo sin que apenas nos demos cuenta. Si "El demonio de Próspero" se hace corta no es por su extensión, sino porque uno no puede parar de leer en cuanto empieza. Pero me he despistado un poco, porque hablaba de demonios y exorcismos y, sí, aquí viene lo que decía al principio: la originalidad. ¿Es original lo que se nos cuenta al respecto? No. ¿Es original la forma que tiene el autor de nárranoslo? Sí, tremendamente original. Las reglas que rodean a los demonios y a los exorcismos que los expulsan no pueden ser más interesantes. Olvidaos de todo lo que sabéis al respecto, porque el universo de Parker va en otra dirección, al mismo tiempo que no es familiar desde un punto de vista raro, casi inexplicable. Y todo esto (y más) viene envuelto en la espectacular edición de Red Key Books, con una portada que es imposible que no os llame la atención. ¿Queréis conocer el brutal catálogo de esta editorial? ¿Queréis conocer la afilada prosa de K. J. Parker? Pues "El demonio de Próspero" es el título perfecto para hacerlo. En ambos casos. Que el demonio me lleve si miento.




Tony Jiménez

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Muchas gracias por la información, aunque en este caso no me animo. Un saludo :)

    ResponderEliminar
  2. No me termina de llamar pero gracias por dármelo a conocer.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar

Susúrranos entre sombras lo que te ha parecido la entrada...