En primer lugar, me gustaría dar las gracias a Tamara, administradora del blog, por haberse acordado de mí para su primera presentación on line. ¡Espero no defraudarte!
También agradecer a l@s lector@s que se pasarán por aquí, por ser espectadores activos de una nueva “puesta de largo” de La Heredera. A ellos principalmente va dirigido, así que aguardaré sus opiniones, pues son el alma y el fin último de todo escritor.
ARGUMENTO
Rústica con solapas.
15 x 23 cm.
352 páginas
Colección: Phoebe
ISBN: 978-84-15433-15-6
Fecha publicación: 11 de febrero de 2013
P.V.P.: 17,95€
Primavera de 1881.
Elena Robles, huérfana desde niña, regresa después de varios años de ausencia a La
Dorada, el cortijo de la serranía de Ronda donde vivió su infancia, convertida en una
rica heredera.
En la fiesta del Gobernador, conoce a Diego de Casanueva, rico terrateniente y
mujeriego empedernido, que queda hechizado por su carácter apasionado y sensual
belleza, y que intentará conquistarla cueste lo que cueste.
Días después, un inesperado encontronazo con el Marqués, misterioso bandolero del
que nadie conoce su verdadera identidad, hará que surja en ella una pasión
irreprimible y desconcertante. Dividida entre su atracción por el bandido y su
encendido deseo por Diego de Casanueva, Elena pronto se dará cuenta de que nadie
es en realidad lo que parece.
Además descubre que, tras su vuelta, se oculta un oscuro plan forjado con la única
intención de despojarla del legado de su padre. Una trama que pone en peligro su
propia vida, y a la que tendrá que hacer frente con la ayuda del único hombre que la
amará de forma incondicional.
UN POCO SOBRE MÍ
También agradecer a l@s lector@s que se pasarán por aquí, por ser espectadores activos de una nueva “puesta de largo” de La Heredera. A ellos principalmente va dirigido, así que aguardaré sus opiniones, pues son el alma y el fin último de todo escritor.
ARGUMENTO
Rústica con solapas.
15 x 23 cm.
352 páginas
Colección: Phoebe
ISBN: 978-84-15433-15-6
Fecha publicación: 11 de febrero de 2013
P.V.P.: 17,95€
Primavera de 1881.
Elena Robles, huérfana desde niña, regresa después de varios años de ausencia a La
Dorada, el cortijo de la serranía de Ronda donde vivió su infancia, convertida en una
rica heredera.
En la fiesta del Gobernador, conoce a Diego de Casanueva, rico terrateniente y
mujeriego empedernido, que queda hechizado por su carácter apasionado y sensual
belleza, y que intentará conquistarla cueste lo que cueste.
Días después, un inesperado encontronazo con el Marqués, misterioso bandolero del
que nadie conoce su verdadera identidad, hará que surja en ella una pasión
irreprimible y desconcertante. Dividida entre su atracción por el bandido y su
encendido deseo por Diego de Casanueva, Elena pronto se dará cuenta de que nadie
es en realidad lo que parece.
Además descubre que, tras su vuelta, se oculta un oscuro plan forjado con la única
intención de despojarla del legado de su padre. Una trama que pone en peligro su
propia vida, y a la que tendrá que hacer frente con la ayuda del único hombre que la
amará de forma incondicional.
UN POCO SOBRE MÍ
Sí, ya sé que esta parte suele ser un poco tediosa para mucha gente que espera a que entremos en el meollo de la novela, la historia y los personajes en sí, pero creo que es sumamente necesario, pues una obra es parte de la personalidad de su autor, y en el caso de La Heredera, es una parte verdaderamente importante.
¿Quién es Elena Garquin? Una escritora perseverante, que ya existía antes de La Heredera, mucho antes. Siempre suelo decir que nací con un montón de libros bajo el brazo, que me ocupé de ir leyendo en cuanto tuve edad para hacerlo, jajaja!! Mi base como escritora surgió de la lectura, que incentivó mi imaginación y la guió hacia lo que fue mi verdadera razón de ser: la novela romántica, y dentro de ella, la histórica, aunque no descarto adentrarme en otro tipo de subgéneros en un futuro.
Soy una persona vital, bastante impetuosa, una luchadora que no se rinde fácilmente y amiga de mis amigos, a quien le gusta disfrutar de las pequeñas-grandes cosas de la vida en compañía de sus seres más queridos. En ese sentido soy muy afortunada. Me siento perfectamente arropada por un extraordinario marido y dos hijos como dos soles que son el eje de mi existencia.
Ya veis, mis afectos rebosan y tengo la suerte de dedicarme a aquello que me realiza como persona y que se ha convertido en el gran aderezo de mi vida: plasmar las historias que surgen de improviso en mi cabeza a través de la escritura para hacer las delicias de otras personas. ¿Qué más puedo pedir?
LA HEREDERA Y SU RAZÓN DE SER
Todo tiene su por qué en esta vida, y mi primera novela publicada no iba a ser menos. Nació con un solo fin: el de distraer de la vida real a una muy querida amiga a quien los acontecimientos, tristes e inevitables, estaban superando. De ahí que mis personajes fueran seres voluntariosos, pasionales, con mucha fuerza interior y capaces de sobreponerse a los numerosos reveses que les ocurren e lo largo de la historia. De ahí que eligiera un escenario tan emblemático como Ronda para mezclar en ella terratenientes dueños de latifundios, damas de carácter firme y extraordinaria belleza, gitanos itinerantes, Guardias Civiles sagaces, arriesgados curas y bandoleros que defienden los más diversos intereses.
No tenía otra razón para escribir. Quería que ella se olvidara de sus desgracias para adentrarse en una historia donde hubiera risas, diálogos ingeniosos, ritmo trepidante en la escritura, con un estilo directo que le llegara al corazón, personas imperfectas pero entrañables y, por supuesto, un final feliz que le dejara un buen sabor de boca.
Creo que lo conseguí, porque fue ella quien, después de leer el manuscrito original, me animó a intentar publicarla con tanta insistencia que terminé por hacerle caso.
Nunca le estaré lo suficientemente agradecida.
LOS PERSONAJES
Pero basta ya de ponernos trascendentales. Como dije antes, La Heredera está escrita con sensibilidad, sensualidad y varios giros inesperados que espero hagan las delicias de todo el que se asome a sus páginas. Erotismo, sentimientos a flor de piel (tanto beneficiosos como perjudiciales), se mezclan con abundantes diálogos, misterio, aventuras y alguna que otra sorpresa de esas que te dejan con la boca abierta.
La culpa de todo esto la tienen ellos. Sí, mis personajes, los que surgen en mi cabeza pero acaban adquiriendo autonomía suficiente como para hacer suya la historia. Podría presentarles yo, pero prefiero que lo hagan ellos mismos, si no tenéis inconveniente. Sus voces se oirán mejor que la mía. Aunque no son todos los que están (el elenco de secundarios es de lo más variado), sí espero haber escogido un ejemplo significativo para, al menos, atraer vuestra atención hacia el resto.
Diego de Casanueva.
—Irresistible, encantador, con una labia que derrite corazones y derrumba barreras morales, pero con un fondo de generosidad infinita, honor y confianza. Me presentaré. —Se inclina haciendo una elegante reverencia—: Soy Diego de Casanueva, dueño de varias posesiones que me hacen ser terrateniente de profesión y mujeriego por auténtica vocación. Me gustan las emociones fuertes, los ajetreos propios de mi condición y las responsabilidades que esta conlleva, pero todo mi mundo da un vuelco cuando la conozco a ella. Sí, amigos, ella supone el desafío más grande con el que he tenido la fortuna de encontrarme en mi vida, pese a que es capaz de complicármela hasta límites insospechados. Suelo ser alegre, desenfadado, seguro de mí mismo, con la cabeza muy bien amueblada pese a lo que pueda parecer, y muy apasionado (o eso dicen mis conquistas), pero nada de eso parece funcionar con mi nuevo objetivo. Hace que acabe por utilizar todo el conjunto de mis encantos. Se empeña en mantener conmigo un tira y afloja de lo más interesante, hasta conseguir que acabe corriendo tras sus faldas como un mendigo. Me hará morder el polvo… ¿Queréis saber quién es la diosa que ocupa todos mis pensamientos? Pues aquí la tenéis…
Elena Robles.
—¡¡Uuufff!! ¿Todo eso es por culpa mía? —Ella sonríe de forma perversa—. Si no supiera que realmente estás loco por mí, te enviaría a… Bueno, no voy a decir a dónde porque soy toda una dama. Elena Robles es mi nombre, y mi noble cuna me impide expresarme como mi corazón me dicta en muchas ocasiones. En unos años, me convertiré en una de las mayores herederas de toda Andalucía. Pese a que soy joven y mujer, poseo una inteligencia que estoy dispuesta a poner en práctica con todo el montante de mi herencia. Soy impetuosa, pasional y decidida, pero también consciente de que mi condición femenina me pondrá muchas trabas a la hora de conseguir mis objetivos. Sin embargo, no cejaré en mi empeño, por mucho que la ambición ajena ponga en peligro mi vida… Aunque el mayor peligro para mí será la atracción hacia un sinvergüenza con sonrisa de dios griego y la mirada penetrante de un desconocido con un corazón de oro. ¿Por cuál de ellos me decidiré? El amor me abrirá los ojos y el resto de sentidos…
El Marqués.
—Me alegra saber que te provoco tal confusión de sentimientos, porque tú lo eres todo para mí. —Dicho esto, él mira hacia el frente con sorpresa—. ¿Tengo espectadores? Perfecto, entonces. Soy El Marqués, famoso bandolero que defiende la nobleza de sus actos, principal quebradero de cabeza de la Guardia Civil y sumiso admirador de la señorita Robles. La fidelidad a la palabra dada es mi lema. Mis actos nacen del corazón, se gestan en mi privilegiado cerebro y terminan por desembocar en la lucha interior que mantengo y que me impide mostrarme a mi amor con el rostro descubierto, puesto que nadie (bueno, casi nadie) sabe cuál es mi verdadera identidad. Yo guiaré a Elena para que logre escapar de ciertas manos indeseables a las que terminaré por enfrentarme. Tu ingenio es muy agudo, petimetre, pero yo lo superaré…
Juan Lomana.
—Espero que no estés hablando de mí, Marqués, porque yo quiero a Elena. —Se encoge de hombros—. Bueno, a mi manera. Y es que la relación que mantengo con mi pupila es bastante peculiar. Me llamo Juan Lomana, y soy el encargado de administrar la herencia de Elena hasta que ella cumpla la mayoría de edad para poder hacerse cargo de semejante cantidad de dinero… O bien hasta que encuentre un marido que lo haga por ella, claro. No sé cuál de las dos opciones será la menos problemática, pero lo que sí sé es que hay cierto moscón que ronda a mi pupila con mucha insistencia y con unas intenciones que están demasiado claras… ¡Lo peor de todo es que Elena suspira por él! Además, se ha buscado un aliado misterioso que me está haciendo la vida imposible. Voy a tener que emplearme a fondo para hacerle ver lo erróneo de sus actos, pero antes tendré que devolver la palabra a la Garquin, que se empeña en hablar siempre cuando todo está de lo más interesante.
Gracias, Juan. Como veis, la muestra es amplia, pero podría seguir, como decía aquel, hasta el infinito y más allá. Me he dejado en el tintero a Rosalía, el aya de Elena y una de sus principales aliadas, a Catalina, prima de nuestra heroína, don Fabián, un cura que ha hecho las delicias de más de una, Álvaro Salcedo, capitán de la Guardia Civil e implacable perseguidor del Marqués, o Lorenzo, el hermano pequeño de Diego, eso por no hablar de los gitanos y demás bandoleros…
¡En fin!, que no me extiendo más. Para l@s valientes que hayáis llegado hasta aquí, espero que mi presentación haya despertado en vosotr@s la curiosidad suficiente como para adentraros en su historia. Para l@s que ya lo hayáis hecho, mi infinita gratitud por vuestro interés y vuestros comentarios, y para aquell@s que aún estéis indecis@s, allá os van un par de extractos que, espero, acaben por decidiros:
«[…]
—¿Quiere que hablemos de intimidades? —preguntó a su vez—. Pues bien, le diré que hacía tiempo que no estaba tan encantado con una compañía femenina. Esta noche habrá aquí mujeres hermosas, pero le aseguro que todas palidecen a su lado. —Su tono de voz fue bajando hasta convertirse en un susurro, y la intensidad de su mirada fue subiendo a medida que acercaba la boca a su oído—. ¿Quiere que hablemos de intimidades? —repitió—. Le diré que me parece una gloria estar conversando con una mujer que tenga réplica e ingenio además de belleza, y que en estos momentos me encantaría estar a solas con usted para poder besarla hasta hartarme… Aunque dudo que me hartara en algún momento. Después la acariciaría durante mucho tiempo, hasta que me suplicara, que gimiera o que gritara como los amantes a los que estuvo a punto de sorprender… Eso, señora mía, sí que sería algo íntimo.»
«[…]
—Sí, claro que sí —afirmó, y
ella abrió mucho los ojos por la sorpresa—. Te quiero en mi cama ahora y el
resto de nuestra vida. En este momento eres joven y bonita, pero cuando el paso
del tiempo estropee tu piel y tu aspecto ya no sea tan apetecible, también
querré que sigas ocupándola. —Hizo una pausa para tomar aliento—. Daría la
espalda al resto del mundo para tenerte a mi lado. Te quiero en mi vida, Elena,
De lo contrario, nunca te hubiera propuesto matrimonio.»
Para más información
acerca de mí y de La Heredera, aquí os envío los enlaces de mis dos blogs:
Gracias por la presentación ;) Espero poder tenerlo pronto en mis manos!
ResponderEliminarGracias de nuevo, Tamara!! Espero que mi novela te guste también. Besos!!
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